18-El misterio de Cobra

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El reloj de la plaza central, alto como torre y de un dorado brilloso, marcaba las 22:00, y a la par, el campanario del Monasterio, sonó diez veces.
Era una de esas noches de invierno, donde aún con tres suéteres, bufanda y demás abrigo, el propio frío atravesaba sin piedad el cuerpo, de las miles de personas que esa noche se encontraban allí, conglomerados en una larga y extensa fila, cubriendo más de veite cuadras; exagerados decían que está llego hasta las afueras de la ciudad.
Entre risas, conversaban expectantes, formando una leve neblina, producto del vapor que salía de su aliento al hablar. Las nubes comenzaron a dejar caer gotas tan gélidas, que parecían diminutos trozos de hielo molido. El boletero abrió las puertas del teatro y mientras cortaba las entradas, los espectadores ingresaban emocionados, siguiendo al acomodador que los guiaba hasta su asiento correspondiente.
Las manecillas de todos anunciaron las 22:30 y la función tan esperada daba inicio.
Era la obra que todo el país hablaba y que aquella noche daría su última presentación, como despedida después de tantos años de éxito. Se la conocía como "Canción de vida", una historia en donde la protagonista tiene una doble vida, otra familia y cierto día, uno de sus amantes descubre la verdad y la obliga a tomar una decisión crucial, con que familia se quedará...
Como era costumbre en el teatro "Sandia's Rex", los espectadores ingresaban minutos antes para disfrutar de un corto entremés, a cargo de comediantes y artistas independientes y ya a las once en punto, el gran telón rojo, que parecía una muralla, se abría de par en par. Las luces se apagaron por completo, el único lugar que no se encontraba en penumbras era el escenario, que maravillaba a todos con la pintoresca escenografía. Un modesto living, con sillones blancos, una mesita de café, una chimenea de ladrillos negros con leña ardiendo y una puerta en una de las esquinas, color marrón que contrataba con la pared gris de fondo.
Los reflectores principales se encendieron y la actriz protagonista, María Popper, una hermosa mujer de cabello ondulado bien castaño, ojos color verde esmeralda y una figura escultural, como si su embarazo y sus ya cuarenta y tantos fueran más que un simple recordatorio de vida e envidia para las demás féminas, salió a escena.
Su hija candela y su esposo, como cada fin de temporada, sentados en primera fila, la observaban lucir su talento. Candela de doce años en ese entonces, parecida a su padre de piel blanca, ojos café y cabello corto, admiraba tanto a su madre, que soñaba algún día convertirse en actriz.
Cuando la obra término, el público entero se puso de pie, sellando la despedida de los actores con una avalancha de aplausos, que retumbaron por
toda la fachada del "Sandia's Rex ". Pasada la media noche, ya habiendo pasado veite minutos del final, la alegría, felicidad y comentarios acerca de la obra, lentamente se fueron convirtiendo en un barullo de gritos e insultos, ya que las puertas no se abrían y las salidas de emergencias no se encontraban habilitadas.
El pánico comenzó a correr por los corazones de todos, al percibir en el aire un intenso olor a humo.
-¡Fue...Fuego...Fuego!-Gritaron todos alarmados.
La poca seguridad que esperaba afuera, formando un cordon para que salgan los actores rapidamente intentaron socorrerlos, pero las puertas eran muy resistentes. La policia y bomberos se acercaban de prisa.
-Papá...¿Qué está pasando?-Preguntó Candela observando con asombró desde la ventanilla del auto. Ella y su padre se retiraron antes, para esperar a su madre y evitar el tránsito.
-No...no lo se.-Respondió con preocupación.
Como un destello enseguecedor, Candela observó con sus ojos bien abiertos, la transformación del teatro en una enorme masa de fuego y escombros que se dispersaban por los aires. Su padre erráticamente se bajo del auto y ella se quedo paralizada, en shock.
-Mamá...-murmuró mientras una lágrima caía por su mejilla derecha.
Aquel día, aquella noche, fue conocido como el atentado "Sandia".Nunca se supo quien fue el responsable, solo que todos los presentes incluida su madre, murieron incinerados.
Quince años pasaron del accidente, el teatro "Sandia's Rex", quedó como un simple recuerdo y vestigio de la tragedia humana. Se lo intento reparar, varias veces, incluso era ya una promesa que todo político hacia en campaña. Pero cada intento terminaba en fracaso, cada grupo de trabajadores que se le encargó la tarea de repararlo dejaba sin más la obra a medio terminar, por lo que según ellos definían, miedo. Varias historias se cuentan, que en la noche se pueden oír los gritos de los fallecidos y, algunas veces, aplausos como si una obra estuviera en cartelera.El teatro "Sandia's Rex" en el pasado una cuna para los actores y hoy solo un horroso recuerdo trágico, rodeado de vigas, lonas, arena y ladrillos unidos, mostrando una construcción inconclusa.
Candela, lejos de seguir el camino de su madre, se unió a la policía, jurandose nunca más, pisar un teatro. A pesar de su talento y convicción, la ciudad en donde ella vivía era muy machista y a las mujeres policías, solo se les daba trabajo de oficina.
-La acción es para los hombres.-Le dijo cierta vez que el Comisionado de la jefatura.
Al oír eso, arrancó la placa de su camisa,y abandonó sin más su cargo.
Realizó un estudio de criminologia y con su sagaz ingenio y habilidades adquiridas en la academia de policía, monto su propia oficina de investigacion privada, bajo el seudónimo de "Inspector Koneko". En honor a una antigua guerrera japonesa, utilizando el termino de "inspector" porque, en una ciudad machista era la unica forma de que la tomaran en serio. Luego de resolver varios casos de asesinatos, secuestros y robos, su fama creció con creces, volviéndose una amenaza para el crimen y una aliada muy importante de la policía.

"Los Cuentos de Eze"#PT2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora