El receso de verano pasó en un abrir y cerrar de ojos para los chicos. En cuanto estuvieron en Tokio de nuevo, los entrenamientos universitarios y los de la selección juvenil (en el caso de Ushijima, Oikawa y Bokuto), les consumieron casi todo el tiempo. A su vez, Kuroo continuaba con su labor como asistente de laboratorio del departamento de Química. Y Daichi, por su parte, se buscó un trabajo de medio tiempo que pudiese conjugar entre el estudio y los entrenamientos; de alguna forma quería comenzar a independizarse económicamente de su familia, para evitarse conflictos futuros.
Así pasó el tiempo y pronto llegó el otoño, con sus hojas doradas y su agradable clima, después del agobiante calor estival. Por aquella época Oikawa y Bokuto estaban más ansiosos que nunca, pues en Noviembre tendrían un torneo nacional de volley en el que también habían clasificado las universidades de Akaashi e Iwaizumi. Por lo mismo, tanto Tooru como Bokuto oscilaban entre la alegre emoción de aquel futuro enfrentamiento, y la depresión más absoluta al pensar que no compartirían el mismo lado de la cancha con sus respectivos amores.
—Le ganaremos a todos ellos —aseguraba Ushijima, quien en su simple mente creía que el malestar de sus amigos eran por la posibilidad de perder ante otras buenas universidades.
—¡Pero... pero... ! —balbuceaba Bokuto.— ¡Yo quiero ganar el corazón de Akaashi, no ganarle un partido! ¡Pero tampoco quiero que nuestro equipo pierda! ¡AHHH! ¡AGASHEEE!
Akaashi, presente y haciendo un informe en una esquina de la mesa, ni se inmutaba ante el berrinche de Bokuto.
—¡Ya sé que ganaremos! —replicaba Oikawa.— ¡Y ese es el problema! —su expresión se tornaba dramática.— ¡Porque eso significa que traicionaré a Iwa-chan... Y TODO SERÁ TU CULPA, VACA DEL DEMONIO! —y empezaba a tirarle cosas por la cabeza a Wakatoshi. Habían prometido con Iwaizumi que juntos derrotarían a Ushijima, pero ya no era una opción viable.
Aquella escena se repetía a menudo en el departamento de los chicos.
Daichi seguía pasando mucho tiempo con ellos, pero recientemente solía ausentarse más seguido o llegaba más tarde, debido a su nuevo trabajo part-time en una tienda. Una de esas tardes llegó al departamento cargando unas cajas de pizza que le habían encargado los chicos.
—¿Qué hacen? —preguntó al entrar a la sala.
Aquella pregunta era, de alguna forma, la contraseña de Daichi. La repetía casi siempre que arribaba al lugar, y no la formulaba como un saludo casual, no; en verdad nunca entendía qué rayos hacían aquellos descerebrados la mitad del tiempo, y se veía obligado a pedir explicaciones. En ese momento en particular, Ushijima estaba recostado en el suelo con la cabeza apoyada en unos cojines, los cuales a su vez descansaban sobre la falda de Bokuto; éste último le sostenía una mano con firmeza a su amigo. Oikawa estaba sentado a un lado de Ushijima, diciéndole algo mientras le auscultaba el estómago, y Kuro estaba ubicado delante, ante las piernas flexionadas de Wakatoshi.
—¡Practicamos un parto! —respondió Bokuto con una amplia sonrisa.
—Ah, bienvenido, Daichi —saludó Ushijima.
—Shh, no hables, sigue respirando como te dije, maldita sea —lo reprendió Oikawa.
—Ah, sí, de acuerdo —continuó inhalando y exhalando profundamente.
—No deberías hablarle así a una parturienta, Oikawa —apuntó Kuroo.— Le estreserás el parto.
—Shh, cariño, no te estreses —le dijo Bokuto a Ushijima, dándole palmaditas en la coronilla.
—Es Vacatoshi, quisiera estresarle la vida misma si fuese posible.
Carraspeando, Daichi terminó de cambiarse el calzado y pasó a dejar las cajas de pizza en la cocina antes de tomar su asiento junto a la mesa. Observó que el televisor estaba encendido en el canal de "Discovery Home & Healt", en un programa sobre cuidados de embarazadas y preparación de partos.
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El Club de los 5 - Haikyuu!!
FanfictionLos chicos de tercero dejan atrás la preparatoria y entran a la vida universitaria. Oikawa se muda a Tokio sin Iwaizumi, tras haberse declarado torpemente y sin saber la respuesta. Allí descubre que sus nuevos y ruidosos vecinos son Kuroo y Bokuto...