Capitulo 12

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HARRY P.O.V.

Con Cuqui aqui, todo era más fácil. Predecía los caminos correctos, dónde podríamos encontrar pistas y dónde no, dónde habían monstruos, dónde había comida y agua y hasta dónde hacía más fresco por la noche para dormir cómodamente.

Ciertamente todos estamos contentos con su presencia.

Sin embargo, he notado que hay cierta tensión entre ella y Matsuri y Konoth. ¿Habrá pasado algo que pasamos por alto?

Y, además, estos dos se han vuelto mucho más cercanos. Igual que Kate y Darrel. Esos dos, por alguna razón, últimamente caminan al lado del otro, conversan entre ellos, tienen chistes internos...

¿Qué está ocurriendo aqui?

- Detengámonos a descansar. - pidió María, un poco cansada.

Habíamos hallado una pista que nos indicaba que ella había desaparecido junto a sus raptores justo del centro del bosque del oeste, asi que nos dirigimos allí justo ahora.

Pero ya llevábamos la mañana completa caminando, asi que era hora de un reposo.

- Es buena idea, descansemos. - afirmé.

- Ya era hora. - escuché a María aliviarse. Esa chica nunca coopera con esto.

Todos nos sentamos. Habíamos recogido unas frutas con ayuda de Halia, Beroe y Konoth, y claro, Cuqui. Asi que ese sería el almuerzo. Frutas.

Qué nutritivo...

Escuché a alguien suspirar, y, al levantar la vista, vi a Kate mirando a lo lejos.

- ¿Qué ocurre? - preguntó Darrel.

- Extraño mucho a mi mamá. Estoy preocupada, está sola. Pensará que algo malo me pasó y eso la destrozará.

Mat la miró con atención.

- Te entiendo. No puedo dejar de pensar en mi papá. Él es muy histérico y ansioso. Seguro ha tenido a la Policía de todo Tokio buscándome por semanas.

- ¿Cuánto tiempo llevamos aqui? - preguntó María de repente.

- No lo sé... ¿como un mes? - contesté, mirando mi fruta.

- Creo que un mes y un poco más. - dijo Kate.

- No sabemos cuantos días hay en un mes. - dijo Halia.

- O qué es un mes. - completó Beroe.

- No hay necesidad de saber eso. - dijo Konoth. - encontrarán a la princesa y la salvarán. Entonces regresarán con sus padres y a sus vidas.

Todos nos miramos. Cada uno de los presentes en este grupo estábamos concientes de que había cierta posibilidad de no poder rescatarla.

- Estoy de acuerdo con Konoth. - completó María. - mientras más nos centremos en encontrarla, más rápido lo haremos. Y entonces no tendremos que pensar en el tiempo.

Todos guardamos silencio. Las palabras de María intentaban alentarnos, esa era su intención.

Sin embargo, sin querer, ella había usado un tono que lo hacía sonar como si ella estuviera tratando de convencerse a si misma de ello.

Los nervios se estaban alterando. Ya estábamos en el punto de pensar "nunca saldremos de aquí" a pesar de haber avanzado tanto. Y para no caer en desesperación intentábamos calmarnos unos a otros, pero todos estábamos mal.

- Kate, ¿cómo recibiste el libro? - preguntó Mat, tal vez para cambiar el tema y calmarnos en serio.

- Uh, yo... - se aclaró la garganta. - como ya saben, soy de Estados Unidos, de New Yersey. Mi mamá y yo vivimos solas, mi papá murió cuando yo era muy pequeña. El otro día fue mi cumpleaños. Mi papá había dejado un regalo para dármelo a la edad específica de 17 años. Así que fue mi cumpleaños y mamá me lo entregó. Había una carta en el libro. Luego de leerla leí el libro y me quedé dormida.

La Princesa de la TorreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora