Prólogo

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Salía de trabajar, hoy hacia un día lluvioso.

Iba por la Gran Manzana (Nueva York), iba tranquila cuando de repente veo a dos hombres, uno pelirrojo y el otro castaño ambos estaban borracho, ambos parecían tener cuarenta años.

—¿A dónde vas preciosa? Pregunto el hombre castaño.

—A mi casa. Le conteste con la voz temblorosa.

—Queras decir a mi casa. Dijo el pelirrojo.

El castaño me empuja hacia un callejón y el pelirrojo me coge de las muñecas mientras el castaño entra y sale de mí, mis lágrimas caían de los ojos.

Entonces Apareciste TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora