Capítulos 7 y 8

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7. La historia de A

¿No os he contado la historia de A? En ese caso tengo que retroceder a segundo de primaria... Bueno, lo contaré brevemente:

Yo tenía un amigo, llamemoslo AS. ¿Quien era A? No, no es la persona que he mencionado con el nombre de A. Veréis, en primero y segundo, teníamos un peluche que se llamaba Prisco (Primero) y Puppi (Segundo). Nos lo sorteabamos cada finde y eso a un compañero le encantaba, el mismo AS.

AS, era un niño de mi clase con una mente brillante, se le ocurrían cosas ingeniosas y de mayor quería ser inventor. Me ponían siempre a su lado en clase y acabé haciéndome su amiga, aunque yo... era como que me repelaba, porque a parte de tener mucha imaginación y querer ser inventor, también era muy pesado y a veces quería evitarlo.

Él, creó un muñeco con su imaginación, muy parecido a Puppi y a Prisco, solo que se llamaba A, era un extraterrestre del futuro y no sé que más.

En ese momento, mi abuela me tejió una bufanda y pensé que podría hacer un peluche de ese tal A que se había inventado mi compañero. Le mentí, le dije que mi abuela ya lo había hecho, pero no, no lo hizo y él preguntaba día tras día si lo había traído, y no solo él, también otra chica, con la que en 5º de primaria también tuve un problema pero se lo buscó ella. (Luego avanzaremos y cuando termine esta historia, empezaré esa otra)

Bueno, mi mentira con A, llegó muy lejos, tanto como para que mi madre cuando me recogía, siempre llevaba una bolsa, seguramente de la compra y AS, creía que llevaba a aquel muñeco, pero no, no lo llevaba porque ese peluche nunca existió. Recuerdo que cogí a mi madre por el bracillo y me la llevé corriendo a casa mientras AS nos perseguía con sus ilusiones de aquel muñeco.

Sus padres hablaron con mi madre, ella estaba muy contenta de que yo hiciera un amigo pero les tuvo que decir que ese muñeco nunca existió y AS nunca me volvió a preguntar por ese A porque dejó de ser mi amigo, es decir, a veces lo éramos y otras veces no. Nos perdonabamos, lo regañaba, me decían que era mi novio... pero en fin, supongo que me cargué una amistad aunque era una edad muy temprana para hacer eso.

De todas formas, como decía aquella sabia psicologa, mentir, mentimos todos. Recuerdo que en segundo de primaria también me mintió una amiga, pero no por hacer daño, claro que no, sino para ser mi amiga ya que me dijo que me había comprado una Nintendo DS por mi cumpleaños. En aquellos tiempos, esa Nintendo era una joya, yo aún la tengo y busco el juego de los Sims 3 JAJAJÁ.

Bueno, luego dijo que era una PSP, osea que imagináos las trolas que somos capaces de contar nuestros primeros años de nuestras vidas.

¿Y que quería decir con esto de AS? Que cuando estabamos en sexto y se supone que estaba bien con mi clase, el muy "cabrito" hace delante de toda la clase:

"No deberíamos de perdonar a Aitana... es una mentirosa" y Paleolitica me defendió. ¡Que me defendiera fue lo más gracioso e irónico, perfectamente podría haber soltado "No necesito sus palabras de caridad, se defenderme sola" y en ese momento le hubiera sacado una peinada al imbécil ese y hubiera quedado como Dios.

Recuerdo que el último día de clase de cuarto de la eso, osea hace nada, dijo mi tutora cuando no estaba AS que antes, cuando eramos más pequeños en el sentido de "Puberteañeros" él siempre metía la pata y era un impertinente. Osea que pasó de ser el inventor ingenioso a un impertinente y luego... no sé que fue, la verdad.

A mí siempre me trató bien pero no sé a que vino ese comentario hacía a mi, pero bueno, ¡Que atrevida es la ignorancia! y más a los 11-12 años.

8. Cartas anónimas

¿Os cuento la historia de la chica esta? Veréis, fue a principios de quinto, antes, mucho antes de mis problemas con CM y esas cosas.

Las palabras también duelen: Mi experiencia en el colegio. #historiarealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora