Prólogo.
¿Normal? ¿Qué es normal?, nadie lo puede saber, cada uno tiene un prototipo de "normalidad" pero nunca se sabe.
Lexie es una chica "normal" y sin complicaciones, tiene una vida relajada, notas aceptables, padres que le cumplían todos sus caprichos y buenos amigos, una en especial, Natasha. La típica chica bonita que todos deseaban. Rubia, alta, ojos claros, tez blanca y capitana del equipo de porristas, mientras que Lexie era una chica bajita, de complexión gordita, cabello castaño oscuro, ojos marrones y no tan popular como su mejor amiga, pero aun así congeniaban perfectamente. Ella amaba pintar, el olor a pintura la embargaba de felicidad y un lienzo nuevo era como una nueva vida, algo que la renovaba y liberaba, era su vida y su pasión. Todo era genial con su mejor amiga, tenían los mismos pensamientos, hacían locuras y la pasaban genial, pero tenían dos problemas, o al menos eso pensaba ella; a Natasha no le gustaba la pintura y a Lexie le gustaba Louis Tomlinson, un chico tranquilo, un poco bromista y más o menos popular, se la pasaba soñando con ser el enamorado de Natasha y hacía de todo para obtener su aceptación, pero ella siempre se negaba.
Lo que él ignoraba era que ella soñaba con él, como él soñaba con su mejor amiga, solo que decidió no decir nada por el bien de su amistad. Lo quería en secreto, hacia retratos sobre él, muchas veces cuando pintaba, cuando trataba de plasmar su idea de felicidad, lo veía a él, sentado a su lado en un lugar tranquilo, en medio de la naturaleza, sujetados de la mano, compartiendo tiempo, palabras. Habían muchos cuadros cubiertos con mantas y en la gran mayoría estaba esa escena grabada con pintura, ella sufría cada vez que su mejor amiga le contaba lo que había hecho Louis esta vez por ella, sus nuevas hazañas para obtener un "sí". La rubia le contaba cómo lo rechazaba y como él se iba triste, con otra derrota encima, la castaña no sabía cómo decirle que a ella le gustaba ese chico, ese que ella tanta veces rechazaba y que la lastimaba oír como lo despreciaba, pero algo era cierto y ella lo sabía, no diría nada por ahora, no hasta que no tenga claro que tenía alguna oportunidad con Louis, aunque, quién sabe, el futuro es incierto.
