Había pasado una semana desde que Julián me dijo que me iban a trasladar a la empresa Evans. Si, la empresa del nuevo socio y ahora mi nuevo jefe. Para mi fortuna solo habíamos cruzado las palabras necesarias. Ahora se encontraba de viaje pero no tardará en llegar.
-¡Buenos días!- Hablando del rey de roma...- Señorita Carvajal.- se dirigió hacia mi.- A mi oficina.
Creo que venía de mal humor. Era obvio ni siquiera un por favor salió de su boca, era de esperarse en mi poco tiempo que tengo aquí no lo había visto tan alterado. Me despedí de Cecilia y prácticamente corrí hasta la oficina de mi jefe. Entre en ella, él yacía en su silla giratoria sentado con la mirada perdida en su ordenador, como era de esperarse ni siquiera me miró, pero si hablo.
-Quiero que realice una tarjetas de invitación a una cena que daré, quiero que sean unas llamativas pero decentes ¿me oyó? Cuando las tenga viene para que le de la información que estas llevarán.- dijo un poco antipático.
-Disculpe pero ¿puedo saber el motivo de la cena?- le respondí de la mejor forma que encontré porque no me había enterado de ninguna cena.-
Dirigió su mirada a mí como si se tratase de una broma. No sé qué le haya pasado pero definitivamente estaba molesto, que digo molesto, enojado.
-Eso no es de su incumbencia, ¡haga lo que le pido!- grito.
-¡a mí no me va a gritar ¿me oyó?!- le respondí de la misma manera, si hay algo que no me gusta a parte de las mentiras es que me griten.-Si es de mi incumbencia, yo soy su asistente de gerencia no de motivos personales.-Me miro asombrado, al parecer nadie en esta empresa lo había enfrentado.-A mí me contrato Julián no usted, recuerde que yo fui trasladada aquí por un tiempo.
Dicho esto salí de la oficina un tanto molesta. No habíamos empezado con el pie derecho y después de esto me temo que seré transferida de nuevo a mi antigua oficina.
El intercomunicador comenzó a sonar y obviamente era mi jefe. Respondí para que me dijera que me quería de nuevo en su oficina. Adiós oficina espaciosa, eres lo único que extrañare de aquí. Fue un gusto habernos conocido. Me dirigí a con mi jefe.
-Dígame señor.- dije ahora más calmada espero que el también.
-siéntese por favor.- que amable, ¿qué le costaba ser así hace un rato? Lo hice y me prepare para lo que fuese que me dijera.- quiero pedirle perdón, me porte como un irrespetuoso y le grite cuando no debería. ¿Podría usted perdonarme?- concluyó.
De acuerdo eso no me lo esperaba, pero debo aclarar que me sentí incomoda. Yo no podía disculparme porque en realidad no lo sentía.
-Claro señor no se preocupe, pero debo aclarar que si me molestó el que me haya gritado. Esa es una de las cosas que más me molesta y créame que si me vuelve a gritar, yo también lo hare.-
El comenzó a reír. Era la primera vez en toda la semana que lo veía reír, lo peor se reía de mí, ¿Por qué?
-¿Sabía usted que es la primera persona que me grita en mi cara?-dijo aun sonriendo lo que provoco que yo también riera.
-Bueno, siempre hay una primera vez para todo.-
El día termino y no pude ver a mi bebe, termine tarde los estados de pérdidas y ganancias y mi nena ya se había dormido. Ahora me encuentro caminando a mi departamento. Es una de las noches donde no hay estrellas, creo que lloverá, no me sorprendería estamos en temporada. ¿Porque Melanie tenía que estar en un orfanato un tanto retirado de mi departamento? Me sorprende que no haya taxis. Saco mi móvil del bolso para revisar la hora y lo entiendo todo, son las 9:45 de la noche aun así debería de haber por lo menos un taxi disponible, los pocos que he visto están ocupados.
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Adoptando Un Futuro
De Todo¿Qué dirías si te preguntaran un día que gracias a una bebé ibas a encontrar al amor de tu vida? Normalmente dijeras que todo sería una broma, ¿cómo ibas a encontrar a tu hombre perfecto gracias a una bebé?, pero ¿qué tal si todo eso fuera cierto? ...