Un auto a toda velocidad cruzó la carretera principal ignorando todas las señales y semáforos, iba como una bala que acaba de dispararse, directo a un objetivo; aquella noche de otoño una pequeña sección del equipo de Scott fue enviado a la frontera para realizar un negocio armamentístico con un socio potencial, el auto parecía desvanecerse en la oscuridad de la noche corriendo a tal velocidad, esquivando puntos peligrosos y buscando atajos para asegurarse de que ninguna autoridad los pillase, era una misión bastante suicida, o la policía los aprendía, o sufrían un accidente en el auto, o su jefe los mataba por no cumplir las órdenes, no era un trabajo muy lindo.
-sigue derecho-dijo el castaño que iba en el asiento del copiloto-por aquí ya no hay ley así que creo que llegaremos bien al punto de encuentro
El de los rizos, quién iba conduciendo, asintió.
No sabía en qué momento se había llegado a meter en aquello, el momento en que puso su vida en peligro sin razón aparente, el rizado se golpeaba mentalmente todos los días desde que aceptó conducir aquel auto para ayudar en "entregas de productos varios", era una buena mascarada, el trabajo mejor disfrazado del que le hubiesen hablado y para un adolescente de diecisiete años como el que él era en ese entonces, ganar dinero por conducir un auto era la gloria pues Freddy no tenía nada más que eso, se había ido de casa y buscado refugio con la única personas que sabía que lo amaba sin importar lo que fuese, su abuela, ella por supuesto que lo acogió en su hogar pero la mujer no tenía condiciones de trabajar así que el rizado asumió el rol de cabeza de hogar, le prometió a su abuela que la cuidaría tal y como ella había hecho con él siempre. Los padres de Freddy no habían logrado comprenderlo plenamente y aunque hubo un tiempo en el que ignoraban el tipo de relaciones que llevaban su hijo decidieron cortarlas pues según ellos, dañaban su imagen de familia correcta, la verdad jamás les importó la felicidad de su hijo, solo el hecho de ser bien vistos ante los demás así que para ellos Freddy era un motivo de vergüenza al percatarse de su inclinación hacia los chicos y no las chicas como debe ser ante la sociedad.
A decir verdad, este suele ser un tema absolutamente controversial entre quienes dicen que está bien, quienes se mantienen neutrales y quienes dicen que no lo está, sin embargo el hecho de que te gusten los chicos o las chicas no define si eres una persona mala o una persona buena, no eres un monstro porque tus inclinaciones sexuales sean diferentes simplemente sigues siendo humano, alguien que siente y ama igual que todos; tampoco es el punto de decir yo lo apoyo, porque por favor, no puedes apoyar algo que no viene siendo parte de tu naturaleza pero, no cuesta nada respetar aquello que no conoces, respetar es algo esencial en las sociedades para llevar un mundo menos agresivo pero a fin de cuentas muchos prefieren la guerra que el amor entre hombres, a pesar de ello este caso es el mismo que se repite una y otra vez en nuestro alrededor, nunca nadie le preguntó al rizado como se sentía y fueron directamente a juzgar sus actos, nadie se tomó la molestia de respetar sus decisiones solo lo señalaron con el dedo, hicieron creerle que él estaba mal y confundido, quizás hasta roto, lo trataban como a un juguete que tenía que ser reparado porque no encajaba en el estante con los demás, esa había sido la vida de Freddy durante años hasta que sencillamente se cansó, como todos nos cansamos alguna vez, y decidió sin más irse de casa, total ¿quién le extrañaría ahí?, era simplemente la vergüenza de la familia.
Entonces de esa manera intentó ignorar todo aquello que le habían dicho durante años pero solo logró esconderse en sí mismo, se dedicó a cuidar de él y su abuela, esa mujer que le dio apoyo y le dijo que lo amaba sin importar nada, siguió estudiando hasta terminar el colegio y sin darse cuenta por un "amigo" consiguió aquel que parecía un trabajo de ensueño, él no se detuvo a pensar que las rosas disfrazan las espinas con su belleza, vaya error, así que cuando abrió los ojos era muy tarde, pronto amenazaron su vida y la de su abuela si es que él llegase uno, a hablar y dos, a salirse del juego. Típico de Scott. Por lo que ahora era simplemente el rizado que conducía el auto para unos mafiosos del asco, no era más que eso según él, se había encerrado para evitar las jodidas críticas del mundo, para evitar sentir el dolor de que pudieran dañarlo o dañar a su única familia, y sobre todo se había encerrado para no sentir amor, después de todo estaba mal que le gustaran los chicos ¿no?
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Detrás del Cristal
Teen FictionSomos la suma de las cadencias y aciertos del pasado, claro que está en uno cambiar el punto de retorno donde nuestra vida se renueva. Lastima que muchos extravían el pasaje de ese retorno fuera del abismo y es entonces donde el pasado queda y las...