Te juro que hoy he salido a la calle y no he oído a mi cabeza recordarte.
Creo que todos mis pensamientos hacia ti se han ido con sus propias alas
y solo los que no me hacen daño se han quedado como si no les dejasen volar.
Mis ojos ya no te ven cuando se cierran
y mis manos ya no se acuerdan de tus curvas,
de hecho ni siquiera quedan palabras en mi boca para decirte lo que siento
porque relativamente
me olvidé
me olvidé de lo que era sentir tu respiración en mi cuello cada vez que me despertaba
y de aquello de que mirara las estrellas cada vez que te necesitara
porque nosotros
éramos la que más brillaba.
Pero ahora
ni mis ojos brillan cuando mi mente te recuerda.
Dicen que el tiempo todo lo cura
y mi reloj
mi reloj ya ha acabado con tu tiempo.
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