El destino de un amor inevitable (19 Days)

Sueños y Recuerdos

      Eran las dos de la mañana. Jian Yi acababa de acostarse en su cama tras estar jugando en su habitación desde la cena. Tenía bastante sueño pero, como siempre, no se le apetecía dormirse. Sabía que la posibilidad de que tuviera un mal sueño, casi una pesadilla, era muy alta; sin embargo, finalmente, como todas las noches, el cansancio le vencía. Justo antes de caer profundamente dormido, durante esos instantes en los que una serie de pensamientos irracionales acuden a la mente sin ningún tipo de orden lógico, supo que iba a tener otra vez ese sueño. Uno de los tantos sueños que le perseguían en sus recuerdos.

     En primer lugar, aparecía solo en el patio de su antigua escuela. Ni los colores ni las formas estaban bien definidas pero él sabía perfectamente que se encontraba allí. Se esforzaba por buscar a sus padres corriendo por el patio, pero jamás conseguía siquiera acercarse a uno de los limites exteriores de éste. Parecía que el espacio se deformaba para evitar que se reuniera con ellos aunque en le fondo de su ser, sabía perfectamente que a su padre no lo conocía y su madre, una mujer joven con la obligación de criar a un niño, tenía muy poco tiempo para casi nada, por lo que no había ido a recogerlo casi nunca al colegio. Era un sueño así que tampoco se esforzaba mucho en buscarle la lógica.

     Aun sabiendo todo esto, no podía evitar correr y buscarlos, hasta que comenzaba a escuchar la risa de sus compañeros alrededor suya. Nadie lo miraba directamente y la mayoría de ellos, que se encontraban en la parte más externa del patio y, por lo tanto, inalcanzable para Jian Yi, ni siquiera tenían una cara reconocible. Nunca tuvo una buena relación con ellos, debido a su personalidad y situación familiar, pero el sentir que se estaban riendo de él le ponía enfermo. Parecía que esas risas estridentes y agudas de niños, todavía muy jóvenes para saber el daño que hacen pero que señalan a cualquiera un poco diferente, se clavaban en su ser, provocándole náuseas y mareo. No era simplemente por ello, a la vez que escuchaba esas risas recordaba muchos de esos momentos amargos que había sufrido hasta el momento y demasiados sentimientos encontrados se arremolinaban en su mente. Aunque intentaba despertarse, cambiar el sueño, o salir del patio, era completamente imposible y se agachaba con las manos en los oídos a pesar de que sabía que las risas seguirían perforándole.

     Algunas veces se despertaba en ese instante, cuando no podía soportarlo más, sudando y con una sensación de cansancio atroz en el cuerpo; pero otras veces, cuando aguantaba en el patio observando todos esos recuerdos amargos, notaba en su hombro una pequeña y cálida mano que lo alcanzaba desde la espalda. Justo en cuanto lo tocaba, todos esos compañeros y la sensación de angustia por sus padres desaparecían. El espacio se volvía blanco y el silencio que lo acompañaba era tan tranquilizante que incluso le entraban ganas de dormirse en su propio sueño.

     Sabía perfectamente quien era; no necesitaba darse la vuelta pero siempre lo hacía. Lentamente giraba su cabeza hacia atrás, evitando que la mano perdiera el contacto con su hombro. Entonces, dentro de toda esa claridad, observaba el rostro de un joven Zhan Zheng Xi sonriéndole. Siempre intentaba esperar hasta ese momento porque no había nada mejor que ver esa sonrisa, infantil y sincera, que provocaba que una inmensa tranquilidad y alegría se encendiera en su corazón. Justo en ese momento, todo el sueño empezaba a difuminarse, y se despertaba con absoluta calma en su habitación, pocos minutos antes de que la alarma para empezar a prepararse para ir a clases tocase.

     Tras levantarse de la cama, apagar el despertador y pasar por el aseo, desayunó en la cocina sin sentarse. Su madre no estaba como era de costumbre y llegaría bastante tarde al piso. Se vistió rápidamente y salió del apartamento sin mucha prisa ya que tenía bastante tiempo hasta que diera la hora de comienzo de las clases. Mientras iba en tren hasta la parada más cercana a su instituto, vio a varios estudiantes de su misma clase sentados en un vagón más allá de donde él estaba. Le vieron y los saludó como solía hacer pero no se acercó, tampoco eran tan cercanos. Aunque la relación con sus compañeros de clases no era tan mala como durante el colegio, no solía profundizar mucho las amistades. Algunos eran más cercanos, otros menos. Además las críticas por ser tan cercano a Zhan Zheng Xi también provocaba que tanto chicos como chicas se mantuvieran considerablemente alejados de él. Consideraba a Zhan Xixi como abreviaba coloquialmente el nombre como su mejor amigo desde la infancia, y no quería separarse de él nunca. Había sido su apoyo durante muchos años y solía gastarle bastantes bromas por lo que la mayoría de conocidos suyos creían que su relación iba más allá de la amistad. No es que le molestara especialmente que la gente pensara tal cosa, así podía mantenerlo cerca suya ya que tenía bastante miedo de alejarse de él, pero tampoco quería que esto perjudicara a su amigo.