Detente, detente. Porque esas alas se mojarán.
Las mantas del muchacho se deshicieron bajo su cuerpo. Un susurro encantador le llamaba, irrumpía en sus sueños, y le obligaba a seguir la melodiosa voz tan ajena y a la vez tan cercana.
En pocos segundos JongIn ya estaba en pie junto a la ventana que él no había abierto y con precaución se deslizó fuera. La brisa fría de la madrugada pegó en su rostro y en sus pies desnudos la humedad del rocío se hizo presente, pero nada de eso le importaba cuando en su mente, la única imagen que se reproducía una y otra vez, era la de un delgado y pálido muchacho susurrando su nombre con un par de labios temblorosos.
La luna en su tercer menguante iluminaba apenas el sendero secreto limitado por enormes y frondosos árboles. A él le gustaba nombrarlo como algo oculto y misterioso, porque su pequeño ángel lo guiaba todas las noches a través del mismo en dirección a la laguna.
Solía quedarse en ese lugar durante horas solo admirando la belleza de las aguas cristalinas, en las que se reflejaba la silueta casi abstracta de una persona que comenzaba a creer, jamás existiría.
Mírame. Estoy aquí.
El moreno alzó la vista con un poco de pesar, pero la sorpresa fue clara cuando justo en medio de aquella laguna, pudo ver claramente al causante de todos sus desvelos, llámandole, invitándole a entrar y fundirse en un abrazo contra su cuerpo desnudo. El moreno no pensaba con claridad, no podía distinguir lo que era ficticio de lo que era real. Sus ropas cayeron lentamente al suelo antes de caminar al agua con una sonrisa de emoción; el frío calando sus huesos y sus manos extendidas hacia delante, queriendo alcanzar a ese chico. Su chico.
Él parecía querer jugar de alguna manera inocente y la pequeña risa que soltó antes de hundirse totalmente bajo el agua, resonó en los oídos del moreno como la melodía más maravillosa y encantadora que hasta ese entonces, había tenido el placer de escuchar. Las palabras parecían sobrar y lo único que pudo hacer fue sumergirse también. Sus ojos se abrieron con dificultad y sonrió al ver solo las delgadas y pálidas piernas del muchacho que parecía querer seguir jugando con él.
Entonces volvió a emerger, pero ahí no había nada.
JongIn parpadeó varias veces mientras apartaba el cabello húmedo de sus ojos; por un momento creyó que era otra broma y giró en su lugar varias veces, ahora con una fuerte sensación de soledad y pesar en el pecho. De pronto cayó en la cuenta de que el reflejo en la superficie, solo había sido él mismo, con el dolor y cansancio reflejado en sus ojos, y una miserable historia vivida en carne y hueso.
~~~
Recordar los encuentros nocturnos con esa criatura le desesperaba. Las palabras que KyungSoo susurró cada noche, inconscientemente, se tornaron más y más dolorosas entre las memorias de algo que nunca ocurrió.
Se había mudado a la ciudad hace ya un par de semanas pero no dejaba de pensar en esos profundos ojos que jamás miró, esos gruesos labios que nunca sintió y esa expresión de ensueño que solo se estuvo recreando en su cabeza durante todo ese tiempo.
JongIn solía pensar que era alguna clase de divinidad inalcanzable, que él iba en realidad hacia otro lugar pero perdía de vez en cuando su camino.
Las compras matutinas no eran realmente una distracción cuando todavía había mucho en lo que pensar, pero de todos modos chistó, porque al ir tan ensimismado, no notó que un chico venía exactamente en su dirección, al parecer igual de distraído que él mismo y provocando que entonces ambos cuerpos chocaran; el más bajo perdiendo ligeramente el equilibrio y JongIn sus bolsas.
El moreno alzó la mirada con intenciones de disculparse, pero lo único que pudo hacer fue quedarse helado al sentir un flechazo de reconocimiento atraversarle en cuanto su mirada se cruzó con la del desconocido. No sabía exactamente qué decir o cómo actuar, porque era KyungSoo, KyungSoo el pequeño ángel de sus sueños con quien se había dado un golpe que irónicamente le trajo de vuelta a la realidad.
Tragó en seco. Por supuesto lo próximo que haría era algo fuera de lo común para dos personas que no se conocen, pero se atrevió a estrechar al pequeño chico entre sus brazos con fuerza, pegándolo a su cuerpo y sin decir palabra alguna.
Estaba tenso y el pecho le dolía, le costaba respirar pero el temblor de su cuerpo cesó cuando esas pequeñas manos acariciaron su espalda con delicadeza y esos labios se entreabrieron para soltar un pequeño "lamento tardar tanto, JongIn".
***
Una viñeta basada en la canción Moonlight de EXO, que siempre me provocó esa clase de tristeza agradable.
¡Espero que les guste! ♡
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Moonlight ┇ KaiSoo
FanfictionLos encuentros nocturnos con esa criatura lo desesperaban. Las palabras que KyungSoo susurraba cada noche, inconscientemente, se tornaban cada vez más dolorosas. JongIn solía pensar que ese chico era una especie de divinidad inalcanzable, que se re...