Capitulo 11

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Lo empuje por el hombro al pasarlo y el golpe me dio dolor de cabeza
-oh, woo, no tan rápido rarita- dice el ojiazul sosteniéndome aún
-estoy bien- respondo intentando irme pero él me toma de ambos brazos y me guía a su auto, me alza tomándome de la cadera para sentarme en su jeep rojo, como si no pesara nada, bueno, es porque los Ángeles no pesan, son ligeros, tanto que parece que no tocamos el suelo
-traeré hielo, aguarda aquí- dice
-ya te dije que estoy bien- intento bajarme y un mareo horrible me golpea
-gracias, tú vomito en mis botas favoritas eran lo que faltaba para amarlas aún más- responde con demasiado sarcasmo
-lo siento- me disculpé sinceramente
-si, ya lo creo- de nuevo el sarcasmo, se alejó y yo tenía los ojos cerrados, de verdad ese golpe me afectó un poco
-toma- me ofrece un vaso con agua, tomo el vaso y bebo, juego con el agua un poco en mi garganta y luego escupo, siento algo muy frío en mi cabeza que duele
-no te muevas tonta- hago lo que me ordena, sigo tomando agua mientras él sostiene una bolsa de hielo en mi cabeza...
Después de que el dolor se fue, le agradecí y me fui a trabajar. Al entrar vi al chico rubio detrás del mostrador recibiendo la orden de los ancianos
-hola, lo lamento, llego tarde, es que tuve un pequeño problema- le respondo, de verdad no quería que me despidiera sin que haya trabajado
-no te preocupes Ada, se nota tu pequeño problema en la frente- nos reímos un poco, luego me pongo el delantal y a trabajar...
Me faltaban unos 5min para que termine mi turno, y la gente ya estaba comenzando a duplicarse
-Ada, ¿podrías atender la mesa 5?, por favor- asiento y me acerco a mi mesa, pero mi alegría se desvanece al ver al tipo,respiro profundo y me acerco más a ellos, si, porque él estaba con la chica del otro día que me sacó de la fila
-¿qué van a pedir?- pregunto, ambos se me quedan mirando
- yo quiero algo que no tenga grasas, lo que pasa es que estoy a dieta- la miro de pies a cabeza y estaba en forma la chica
-pues...le recomiendo el agua simple, la de botella- le respondo, dios estaba en una cafetería donde vendemos café y donas, que esperaba, ¿una ensalada?.

Entre la Luz Y La Oscuridad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora