Solo una carta

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Antes que nada agradezco a mi amiga hoodoesheknow quien escribio esta historia en base a la carta que escribi y lo que paso.

Después de casi cinco años, tuve las agallas de decirle lo que sentía. De decirle cómo me sentía cuando se sentaba enseguida de mí, cuando había un roce de piel entre nosotros, cuando agarraba su mano, cuando había contacto visual, cuando... Cuando simplemente lo veía a lo lejos o pensaba en su sonrisa, sus ojos o su voz.
Lo amaba. De eso estaba segura.
Estaba total y completamente loca por él.
Todo había empezado por un simple crush desde primaria, pero cuando pasamos a secundaria y aún lo seguía viendo, mi corazón latía desfrenadamente, las palabras se atoraban en mi garganta y sinceramente me sentía desfallecer.

Y dolía.

Dolía porque sabía que nunca me vería de esa forma. Dolía porque sus "te quiero" no iban más allá de un cariño fraternal. Dolía porque su mirada nunca era como la mía: llena de amor y esperanza. Dolía porque siempre me decía mejor amiga.

Así que ahí estaba, a casi las tres de la mañana en mi escritorio, con la luz sólo iluminando las hojas de cuaderno previamente arrancadas y mi temblorosa mano sosteniendo la pluma negra.
Tomé un profundo respiro antes de empezar a garabatear en las hojas.
"Necesitas calmarte", me dije a mi misma. Y sí que necesitaba, mi mano no dejaba de temblar, haciendo las palabras inentendibles, mi pulso iba a mil por minuto y mi respiración estaba irregular. Agarré la hoja y la hice bolita, para seguidamente tirarla en el bote el cual estaba a casi un metro de mí. Solté un suspiro frustrado, aquella era la tercera que tiraba.

Me levanté, miré toda la oscura habitación y llevé una mano a mi cabello, quitándolo de mi cara. Suspiré. Miré de nuevo al único lugar iluminado: la pluma al lado de las hojas, y las hojas pidiéndome a gritos que escribiera en ellas.

"Es suficiente". Me dije. No pensé en cómo iba a darle aquella "carta" ni pensé en cuál sería su reacción. Solamente tomé la pluma y me desahogué.

'Hola'.

Comencé.

'Sé que no es la mejor forma de decirte esto pero no me sé expresar verbalmente así que lo siento sí es mucho.' "Bien, vas bien", me alenté. Ya comencé a escribirlo, ya no me puedo retractar. Necesito hacer esto por mí más que por él. 'Siempre creí que una de las cosas que más me encantaban en el mundo eran los libros, pero el otro día, viendo mi lista de prioridades caí en cuenta que no es así'.
'Hay algo que su pera eso, y basado en mis estándares eso es muy difícil. Y necesito decirlo de alguna manera, no importa sí queda como un grito silencioso al vacío, sí mis palabras se pierden entre millones de recuerdos, de tus recuerdos. Tengo que decirlo como es.
La realidad no es algo con lo que me lleve muy bien, no como tú. Tú eres realista. Mientras para mí, eso es ser negativo, para ti es ver las cosas como en realidad son. Pero aquí está mi más grande e inevitable realidad. Dos palabras que espero que puedan expresar lo que siento: Me gustas.
Y eso que sinceramente, esas dos cosas se quedan demasiado cortas para lo que siento verdaderamente.
Me agrada estar contigo, tú forma de ver el mundo, que no te importe mucho lo que digan. Adoro nuestras pláticas tan largas pero distantes, tan frías pero reconfortantes. Me gusta tú sonrisa, tus ojos, tú todo. Simplemente... me gustas.
Y es inevitable, sin importar lo que haga, diga o suceda, y sin importar cuánto daño sufra en esta realidad, me encanta tu forma de ser. Estoy perdida entre lo que eres y lo que soy porque de alguna manera hay algo de mí en ti y algo de ti en mí.
Es tonto, y lo entiendo. Entiendo que entre todas las cosas de mundo, que algo suceda entre tú y yo es imposible, aún mas que un humano pisando el sol. Porque así son las cosas. Porque tú eres el sol y yo soy el humano. Porque somos como dos imanes de un mismo polo y es imposible que se junten. Y así somos, somos tan diferentes pero al mismo tiempo tan iguales que nos repelemos.
Pero no importa. No importa lo que pase, ni si no sientes nada por mí, o sí sólo nos quedamos como amigos, para mí siempre serás importante, a pesar de que éstas palabras se queden en el fondo del olvido, no me importa.
He leído de tantas maneras lo que causa el amor, el amor no correspondido, el amor ventajoso y cualquier otra cosa sobre éste, pero he descubierto por mí misma que el amor daña más cuando no se dice.
No digo todo esto esperando una respuesta, estoy bastante segura que mi mundo cambiaría sí me quedara esperando algo de tu parte, pero no lo hago. No espero nada a cambio.
Sólo me basta con que sepas, con quedarme con la tranquilidad de que entendiste que existe la amistad, el cariño y todo en lo que dudas que pueda haber. Porque por todo lo que tú dudas, es todo lo que yo siento por ti.
Las amistades superan problemas, y quiero que sepas que esto no es un problema. Esto es sólo la verdad, es un pero menos para mí. Eres mi amigo y no quiero que te sientas mal ni te culpes porque creas que me duele que no sientas lo mismo. Sí duele, pero es parte de la vida caer y levantarse, amar y que te rompan el corazón una y otra y otra vez. Aprendemos de nuestros errores y tú eres una gran enseñanza aunque no un error. Hay mucho que no entendemos en la vida. Tú eres esa enseñanza: No siempre vamos a tener la respuesta a nuestras dudas por más que busquemos una.
Sin importar que pase después de que termines de leer esto, para mí es de suma importancia que recuerdes lo siguiente:
Eres mi amigo y te quiero. No importa la reacción que tengas ante todo lo que acabas de leer. Yo seguiré siendo tú amiga, y sí me necesitas estaré ahí para ti porque así soy, guardar sentimientos innecesarios no es para mí, sé superar las cosas con madurez porque creo que estamos lo bastantemente grandecitos para hacerlo.
Eres y seguirás siendo de mis mejores amigos sin importar cómo me sienta ni qué suceda, y espero que lo tengas claro tanto cómo yo lo tengo claro.'

Y terminé.

No firmé ni puse mi nombre, porque esperaba que él lo descubriera, y sí no lo hacía, me daba igual. Había necesitado quitarme éste sentimiento de asfixia desde hacer rato y no me importaba sí se entera que fui yo o no.

Porque no había un futuro para nosotros, entonces no le vi el caso.

No mentía sí decía que no había una parte de mi que esperaba una respuesta. Porque sí la había, una porción de mi esperaba siquiera un "no siento lo mismo" o un "entiendo lo que escribiste, pero no puedo perderte por algo cómo eso".

Luego de meterla a un pequeño sobre, pasé lo que restaba de la noche pensando en cómo hacerle llegar la carta, no queria ni podía entregársela yo misma. Después de lo que sentí como una eternidad, caí rendida en los brazos de Morfeo.

A la mañana siguiente me sentí desesperada por no saber cómo hacerle llegar palabras que había descargado sobre las hojas, y lo hice por medio de alguien. Me gustaría decir que me sentí cobarde por el hecho de no hacerlo yo pero sinceramente no fue así, me sentía tan desgastada emocionalmente que me importó nada.

Una vieja amiga que se ofreció a ayudarme le entregó aquella carta llena de mis sentimientos. Pude ver desde la distancia cómo ella le entregaba el pequeño sobre, le decía un par de cosas y luego se iba. Él tomó la carta, la observó y finalmente la guardó dentro de su mochila para luego desaparecer de mi vista.

Mi corazón esperó por un algo, por un pio, por lo que fuera, pero mi mente me decía una y otra vez que era pérdida de tiempo.

Cuando la respuesta nunca llegó, no me sentí mal pues ya lo esperaba, sabía que sus sentimientos jamás serían lo que mi corazón anhelaba, pero estaba bien, al fin y al cabo todos sabemos que el cerebro es más inteligente que el corazón.

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⏰ Última actualización: Jul 11, 2016 ⏰

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