El nacimiento del mal

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El castillo estaba sumido en un gran escándalo: La servidumbre corría de un lado a otro por todo el palacio llevando agua y mantas calientes, los guardias resguardaban todas las entradas, los consejeros reales trataban de tranquilizar a Rey Gakupo quien no para de dar vueltas de un lado a otro por el gran salón. Esta muy ansioso, pues hoy es el gran día. Al otro lado de la puerta se puede escuchar los alaridos y gritos de su esposa mientras es apoyada por las parteras reales: unas ancianas mujeres de mucha experiencia que se mofan de traer al mundo incluso al mismo rey.

Los gritos de la Reina Luka desgarran las paredes de la habitación donde ella y las parteras trabajaban dolorosamente por traer al próximo heredero al trono a este mundo.

Finalmente con el camisón mojado del agua que las parteras le echaban y el largo cabello rosa pegado a la frente por el sudor, una de las mujeres grito: ¡¡Ya viene!!

Cuando la habitación se lleno con el llanto de un bebe las parteras suspiraron de alivio.

-Es una sana niña- Dijo una de ellas mientras sostenía a la pequeña criatura en sus brazos.

Pero algo no estaba bien, la reina lo sabia, no fue asta que otra de las mujeres grito que supo el porque.

-!Viene otro bebe¡

En ese momento la sala fue inundada por el llanto de un segundo ser: Un niño.

La reina se quedo perpleja en ese momento ¿Dos bebes? Eso solo significaba que ahora habría dos príncipes en el reino Amarillo.

Las mujeres se llevaron a los bebes para limpiaros y cuidarlos mientras la reina descansaba de la tarea del parto. Cuando la mujer se quedo sola, rompió en llanto hasta que fue ahogada en el cansancio para después quedar dormida.

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-¿Dos bebes?- Cuestiono sorprendido el Rey al joven ayudante que acababa de llegar de la habitación de la Reina.

-Así es su Alteza- Se apresuro a asegurar el joven.

-Y, ¿Alguien mas sabe de esto?-

-No su Alteza, solamente lo saben las parteras, la Reina y su servidor. Como es costumbre, las parteras no dejan que nadie se acerque a bebe ni siquiera a verlo antes que el Rey.-

-Ya veo...-Pensaba el Rey.- En ese caso...

El Rey hizo una seña de que se acercara al guardia que se encontraba en la puerta de la sala, al otro extremo de la habitación, lo suficientemente apartado como para no escuchar la reciente conversación.

-Escucha jovencito, no quiero que le digas nada de esto a nadie, si alguien pregunta por el bebe no debes responder, ¿Quedo claro?

-Si mi señor- contesto el joven.

-Bien- Sentencio en Rey.

El Rey se giro hacia el guardia que llegaba a su lado.

-¿En que le puedo servir su Majestad?

-Escolte a este joven a la sala donde se encuentran las parteras y mi bebe- Luego bajo la voz y susurro al guardia- Y no permita que nadie entre o salga de esa sala si yo no lo ordeno.

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El Rey ahora se encontraba en una sala el solo, no dejaba de dar vueltas de un lado a otro. Habia echado a todos sus consejeros exigiendo que lo dejaran solo a gritos.

El Rey Gakupo era un hombre intimidante y que siempre había gobernado con mano de hierro. Nacido para gobernar y criado para ser lo mas justo posible, aunque esto ultimo era una diferencia de criterios, pues en los últimos años el termino "Justicia" había cambiado mucho haciendo que el reino entrara en una serie de conflictos internos que el Rey hacia todo cuanto podía para resolverlos.

La Saga Del Mal (Vocaloid)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora