La mirada del espejo

Agustina Brouce

-Mamá, no es linda
-Si lo es, eres tu
-¿Y porque tengo estas pecas?
-Porque saliste, eres hermosa
-Pero el espejo miente
-No, el espejo refleja lo que eres

Aun así la pequeña Agustina siguió llorando a más no poder, la mama ya estaba cansada, ella sabía que su hija en la noche lloraba horas y horas, y cuando dejaba de llorar ya estaba amaneciendo.

¿Cómo podía ser que una pequeña de apenas unos 6 años le afectara tanto su apariencia?
Generalmente las chicas se preocupan de su imagen en la adolescencia, y Agustina no esta ni cerca de ser una adolescente.

Entonces, la madre de Agustina, como tal, busco una solución poco común, las madres de hoy en día aconsejan a sus hijas de que a pesar de todo deben ser fuertes, valientes, a tener cuidado con lo que hacen y dicen, o incluso con quien están. Pero esta madre, en particular fue especial, hizo algo que la verdad, es sorprendente.

Hablo con su marido para pedir una opinion y se llevo a su hija a un lugar, y cuando volvieron a casa, luego de unas horas, Agustina esta estaba feliz, esa noche no lloró, lo cual es bueno.
Su mama sabía lo que hacia y el riesgo que corría, pero siguió igual.
Agustina siguio con su vida, o mejor dicho, comenzó una nueva vida donde hizo la primaria en perfecto estado, y parte de la secundaria igual, conoció a dos chicas que son sus mejores amigas, Samantha y Luciana (Sam y Luci), tiene su hermano menor, Connor, que aun va a la primaria, un nene sano y extremadamente alegre, sus padres son dueños de una importante compañía de cosméticos..
Agustina era chica común y corriente, era aplicada, pero tenía esos días donde no la para ni el perro y se mandó muchísimas cagadas, salía a bailar, y habían chicas con las que se llevaban mal, pero ella seguía ahí, sin importar nada.

Cualquier persona que la vea, puede pensar que es una chica feliz, que ella tiene la vida hecha, que nació en una cuna de oro, que a pesar de como es físicamente ella es feliz.

Pero no.

{Narra Agustina}

El día en el que no tenga rulos va a llover y va a explotar todo. Por Dios, lo que me cuesta peinarme y mi cara esta hecha un desastre.

Anoche salí a bailar con Sam, pero Luci se gobernó hace una semana y prefirió quedarse en su casa con Luke, bueno igual, espero que haya usado condones. -reí ante lo que había pensado.

-¿Agustina te podes apurar por favor? Ya pedí el taxi y llega en cualquier momento - Dijo mi mama apurandome

-Si mujer, ya bajo -No hice más que ponerme un gorro tapando todo mi pelo, un poco de rimel y base de color piel, y baje enseguida porque sabía perfectamente a donde íbamos.

Mi mama supongo que hizo lo correcto, creo que pensó que me hizo la vida mejor por unos cuantos años, pero ya no lo soporto, ya no aguanto tener que ir a ese lugar y salir hecha u a mentira. Una falsa.

Pero bueno, mi mama hizo mucho por mi, y la amo, amo en la manera en que se preocupó por mi, pero exagero y ahora no puedo hacer nada, bueno enrealidad si, pero .. No.

Otro grito me saco de mis pensamientos y me caí de la silla.
Bien. ¿Algo más?

Baje, agarre mi campera, mi celular y salí de la casa. Mama cerró con llave.
Cuando llegamos mire con desprecio ese lugar, ese puto lugar, donde me alejaba de quien yo era realmente, igual por la sociedad de hoy, mucho no me molesta ocultar este secreto.

-¿Lista? -me miró divertida.. Ay mamá.. Si supieras.

-Si, obvio, como siempre. -me animé un poco pero igual, hay veces que la rutina cansa, siempre lo mismo repitiendolo por AÑOS, Y AÑOS, ¿enserio? Díganme, si todos los días a levantan y les preparan café con medialunas, es rico, si. Pero ¿Porque no comer algo diferente? Unas tostadas no vendrían mal.

Me voy del tema. Ya estoy adentro y ... Díganme, PORQUE NO TENGO UNA METRALLETA.