Se me saltaron las lágrimas de felicidad, aún estaba conmigo.
—¿Qué pasó? ¿Por qué estás aquí?— pregunté riendo nerviosa.
―No podía irme sin verte dormir una última noche antes de nuestro reencuentro.
Me desarmó por completo, era tan especial que casi no lo podía creer, su amor y devoción me dejaban tocando el cielo, con detalles como este; como el océano, que me hacía sentir parte de ese su mundo; mi collar, con el que podíamos comunicarnos; mi anillo…
―Te amo, preciosa, te amo demasiado, no quisiera alejarme de ti, no quisiera tener que irme…
―¿Por qué te vas?
―Tengo cosas que hacer…
―Es por ella, ¿verdad?
―¿Qué dices?
―La mujer que escuché amenazarte en mi sueño. ―Él debía saber lo que yo quise decir, pero se hizo el desentendido.
―Preciosa…
―¿Temes que me haga daño?
No contestó, sólo acarició mi rostro con verdadero miedo, cerrando los ojos, como si eso fuera suficiente para saber que el temor lo dominaba.
―Eres un dios, ¿no se supone que eres más poderosa que ella?
―No sabes cómo es ―murmuró.
―Dímelo.
―Preciosa, viste tu sueño, viste las consecuencias, por favor, no vuelvas al muelle, por lo menos no antes que vuelva, sé que te he ocultado muchas cosas, sé que puede ser difícil para ti entenderme, creerme, confiar en mí, pero te lo suplico… no vuelvas al mar, si estos sueños se te presentan es para que no cometas los mismos errores.
Subí mi mano y acaricié su rostro suavemente para luego tocar su pelo enmarañado, aún así era suave. Noté que su expresión se relajó y me dedicó una sonrisa cariñosa.
―No sé lo que pasa, pero mi hermano me pidió que confiara en ti y eso haré, no porque me lo pidió mi hermano solamente, sino porque te amo y sé que me cuidarás, si me dices que no lo haga, no lo haré, lo prometo.
Sin pensarlo, me acerqué y lo besé, siendo correspondida plenamente, pero sólo unos segundos antes que me separara de él, sin dejar de observarme con verdadera pasión.
―No quiero faltar a tu casa, si me escurrí en tu habitación fue para llevarme el mejor recuerdo de ti antes de irme, no para aprovecharme de ti y tu amor. Te deseo, pero quiero hacer las cosas bien, no quiero apresurarlas ni hacer que tú des un paso para el cual no estás preparada.
Lo miré, aunque al primer momento me sentí frustrada, lo que acababa de decir me confirmó que su amor era sincero, no simplemente sexo.
―Nunca lo ha sido, preciosa y nunca, jamás, lo será.
Acomodé mi cabeza en su pecho, él me abrazó como siempre, como me gustaba.
―Cuídate, mi amor, no hagas nada impulsivo y espérame, que muy pronto podremos estar juntos para siempre ―susurró besándome la coronilla.
―¿No estarás cuando despierte?
―No, preciosa.
Me apreté más a él, no quería que se fuera, pero sabía que no podía evitarlo, por lo menos ahora dormiría en sus brazos, aunque no se quedara hasta la mañana, sabía que él siempre estaba conmigo, me amaba y eso me bastaba por el momento. Una lágrima rebelde cayó por mi mejilla, él la sintió llegar a su cuerpo y acarició mis ojos con su pulgar.
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Una Tarde Especial
FantasyFantasía y Romance. Dioses mitológicos, sirenas y humanos se mezclarán en esta historia de amor donde el amor sobrevive por los siglos de los siglos... Portada: Muelle del Faro del Mall Antofagasta Karolina Asgard Disponible también...