''Uno aprende a amar, no cuando encuentre a la persona perfecta, sino cuando aprenda a creer en la perfección de una persona imperfecta''
Mientras repicaba pensaba en que le iba a decir pero no me dio tiempo y contestó muy rápido.
—Holaaaa—Contestó Ashley con una voz que contagiaba alegría.
— ¿Por qué tan alegre?—Pregunté mientras soltaba una risa.
—Soy así cuando entro en confianza—Dijo.
—Ohhh que bien, yo soy siempre el mismo jajaja—Hice una pausa—¿Qué haces?— Pregunté.
—Ya lo noté jaja, me iré a dormir y ¿tu?—Dijo detenidamente.
—Duermes muy temprano, pues en el computador—Dije curiosamente.
—Sí, ya me adapté— Dijo mientras soltaba una carcajada.
—Bueno te dejo, descansa—Dije.
—Okey, hasta mañana—Dijo y segundos después colgó.
Enseguida me instale a jugar mientras tomaba un Gatorade y esperaba una partida. Segundos después, me llegó una notificación al Skype; eran mis amigos. Enseguida acepté y empecé a jugar con ellos, luego terminamos de jugar y llego la hora de irme a dormir, así que, me fui a dormir.
Me desperté con la alegría de todo los días. Llegué a la secundaria y busque a mis amigos... Estaban en la cafetería, el mismo lugar de siempre.
—¡HOLAAA!—Exclamé mientras me sentaba.
Todos se me quedaron viendo con una sonrisa. Luego, las miradas se dirigen hacia Lizzie, quien acaba de llegar.
—Hey chicos, organizaré una piscinada, pero solo los invitaré a ustedes—Dijo Lizzie con una gran felicidad dibujada en su rostro.
Todos en ese momento nos emocionamos, y la verdad es que yo me emocione demasiado porque sabía que sería un gran día...
Pasaron los días, y ya había llegado el día de la piscinada. Aquel día me levanté temprano y me coloque la mejor ropa que tenia, baje las escaleras dirigiéndome hacía la cocina. Una vez que llegue hasta el lugar antes mencionado, me encontré a mi padre conversando con mi madre.
—Papá necesito que hoy me lleves a la casa de una amiga, iré a su piscinada— Le dije mientras buscaba algo de comer.
—Lo siento Andrew, pero estaré ocupado cortando el césped del patio— Dijo mi padre mientras me miraba.
En ese momento pensé en muchas cosas opcionales de cómo llegar a la casa de Lizzie, pero se me ocurrió una brillante idea.
—Préstame el auto por hoy— Lo miré tipo: "Por favor, que diga que si".
Se me quedó mirando seriamente, y puedo jurar que habían pasado como 30 segundos, hasta que por fin se dignó a responderme.
—Está bien, pero cuídalo como si fuera tu consola—Dijo.
En ese momento me alegre demasiado, ¿saben por qué?, pues tenía muchas ideas.
—Claro—Dije con una sonrisa que intentaba ocultar, pero que me era imposible.
Ya estaba listo, luego, le mande un mensaje a Ashley.
"¿Ya estas lista?, te pasare buscando en unos minutos"
"¿En qué me pasaras buscando? Jaja"
"Solo avísame cuando estés lista"
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Deseos Ocultos
Teen FictionAndrew Lago es un chico que nació en Alaska pero a los 17 años de edad se tuvo que mudar a California, no llevaba ni 5 meses y ya se había adaptado perfectamente al cambio de ambiente. Cuando ingreso a la secundaria, conoció a un grupo de personas q...