Prologo

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Tony POV

¿Alguna vez se han enamorado de su mejor amiga, aquella a la que consideran casi como una hermana? Yo sí. Y créanme que es difícil de admitirlo en un principio, más aun decírselo a ella en persona.

Eso es lo que me pasa con Nat. Ya que básicamente nos conocemos desde niños. Así que olvídense de eso de que Barton llego primero.

Si, si, lo sé. Sé que se están preguntado cómo es que nos conocemos desde niños si ella estuvo en el cuarto rojo y después fue una asesina de la KGB. La cosa es que, yo no tuve una dulce infancia como la mayoría del mundo cree. Mi padre, al ser un millonario diseñador de armas, siempre estuvo en la mira de secuestradores y esas cosas. Y cuando yo llegué al mundo también apareció un espectacular encima de mi cabeza con letras gigantes y brillantes que decían: ¡Hey, soy hijo de Howard Stark, un genio que tiene mucho dinero que probablemente yo heredaré!

Por lo que básicamente tuve a unos guarda espaldas pegados a mí como moscas. Si, fue algo difícil vivir con ello la mayoría del tiempo hasta mi adolescencia porque no me dejaban solo ni un minuto.

Pero en uno de esos secuestros, conocí a Natasha. Y fue uno de los más largos.

Había acompañado a mis padres a una fiesta de caridad en Moscú. Los únicos niños de ahí eran más grandes que yo, tenía cuatro años en ese entonces pero era un genio como mi padre, así que me era difícil hacer amigos. Así que salí a los jardines del salón, por supuesto que tuve que ingeniármelas para que mis guardias de seguridad no se dieran cuenta, lo cual resulto un éxito porque eran unos ineptos. Y me quede solo un buen rato.

Entonces alguien puso un trapo en mi boca y me quede dormido en segundos. Lo siguiente que supe es que estaba esposado a una cama de mi brazo derecho y el cuarto no tenía más que una pequeña ventana.

Más tarde descubrí que ese lugar era el Cuarto Rojo y entrenaban a niñas para convertirse en asesinas letales.

En un inicio era aterrador para mí y seguido era castigado por mi "insubordinación" y constantes intentos de escape. Estos últimos hicieron que se interesaran más en entrenarme como un asesino de elite.

Sin más que decir, comenzaron mi entrenamiento lo más pronto posible. Me entrenaron por separado pero siempre compartía una misma clase con la misma chica, Natasha.

Ella era un año mayor que yo y un prodigio en las artes marciales. Así que nos entrenaron para ser lo mejor de lo mejor. Y con el tiempo nos volvimos amigos pero en secreto porque no nos era permitido hablar entre nosotros.

Estuve ahí, casi hasta mi pubertad. Y valla que fue un infierno.

Si no hacía lo que me pedían, me llevaban a mi cuarto —más bien, mi celda— y me daban de latigazos. Mas tarde optaron por controlarme la mente como lo hacían con el Soldado de Invierno. Y eso me ha dejado secuelas hasta hoy.

Y de no ser por Natasha, creo que me habría rendido hace mucho.

En fin, escapamos un día, alguien anónimo me reconoció del algún modo y al día siguiente estaba en un aeropuerto en Nueva York de regreso con mis padres.

Nat y yo nos separamos por un tiempo, hasta que volví encontrarla en SHIELD. Claro, nadie sabía que yo había estado en el cuarto rojo con ella gracias a que Howard quizo mantener eso en secreto. Así que nos veíamos a escondidas para que nadie sospechara o preguntara, en especial Barton o Fury. Y más de una vez tuve que escabullirme en la bahía médica de SHIELD cada que Nat salía lastimada en alguna misión. Además ella estaba ahí para rescatarme de— o más bien sacarme— de cada escándalo mío con el alcohol y mujeres.

Pero lo que me hizo darme cuenta de lo que sentía por ella, fue cuando murieron mis padres y mi mayordomo en ese accidente de coche.

Ella se quedó conmigo en cada momento, se excusó con SHIELD de que quería unas vacaciones y así pudo cuidar de mí porque era un desastre total. Incluso soportó todo lo que le hice para que se fuera por miedo de perderla también.

Es por eso que me enamore de ella.

A veces intento devolverle el favor, pero no sé si es suficiente. Pero tampoco me he atrevido a decirle lo que siento por ella. Porque no sé si siente lo mismo, y porque tengo miedo de romper esa hermosa amistad que tenemos.

Así que espero algún día armarme de valor y decirle todo antes de que alguien más lo haga.

Viejas AmistadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora