11 de febrero, 2016.
Guardé mis cosas en el bolso y me apresuré a salir de la oficina, la verdad estoy agotada y quiero ir a dormir a mi cama. Detuve mi paso y fruncí mi ceño, lo único que estaba interponiéndose entre mi persona y mi sueño, era Dominic. El chico se acercó con su sonrisa ladeada y me tendió un sobre amarillo, odio esos malditos sobres.
– Nathan lo dejó en la recepción, dijo que te lo entregara porque él no podía. – tomé el sobre y asentí. Me despedí del chico y seguí mi camino.
Subí al auto, miré la hora y tomé mi teléfono para marcar al número de Nat. Luego de dos timbrazos contestó, se escuchaba algo agitado, enarqué mi ceja y recé por no haber interrumpido algo.
– ¿Pequeña Eli?
– ¿Estás bien? Descuida, te puedo llamar luego.
– Dame media hora para poder dormir a este niño, solo a Hannah se le ocurre darle chocolate a esta hora. – reí por lo bajo. Corté la llamada y dejé mi celular sobre el sobre amarillo en el asiento del acompañante.
Puse el auto en marcha de vuelta a mi casa, subí el volumen a la música y me entretuve en el camino, se podría decir que tardé el doble de lo que siempre tardo en llegar a Queens. Estacioné el auto en el garaje, saqué las llaves del bolso y bajé del auto. Abrí la puerta, dejé las cosas en la mesa de la entrada y el olor a comida recién hecha inundó todo mi espacio.
Me acerqué a la cocina y ladeé mi cabeza al ver a Jane con un delantal rodeando su cintura y a Clarie a su lado picando cosas. Me recosté en el mesón y esperé a que se percataran de mi presencia, mi madre lo hizo después de un par de segundos y casi le provoco un infarto.
– ¡Elizabeth! – chilló llevándose su mano a su pecho. – ¡No hagas eso, niña!
La carcajada de Clarie resonó en la habitación ganándose una mirada fulminante de parte de mi madre.
– Lo siento, no recordaba que te concentrabas tanto en la cocina. – me excusé. Ella entrecerró sus ojos y volvió a lo que estaba haciendo.
– La cena estará lista en diez minutos, no te duermas. – asentí y caminé hacia mi habitación con el ideal de cambiarme.
Escuché mi celular resonar, me lancé a la cama y lo tomé, contesté la llamada para escuchar a Nathan del otro lado.
– Listo, domé a la bestia. – reí por el comentario. – ¿Te dieron el sobre?
Volteé mi vista a la derecha y asentí.
– Sí. ¿Qué es?
– Nick y yo encontramos información que quizás te interese, pero hoy debía quedarme en casa con Sam... – lo interrumpí.
– Pero Dom me dijo que tú me habías dejado el sobre. – lo escuché maldecir.
– No puedo creer que aún me confundan con el puto de Nick. – volví a reír. – En fin, no enloquezcas con eso.
Rodé mis ojos, me despedí de él y corté la llama. Me estiré para tomar el sobre, lo abrí y saqué una de las hojas, comencé a leer lo escrito en ella y con forme avanzaba la lectura mis ojos se abrían cada vez más. Sentí mi mirada cristalizarse y pequeñas lágrimas resbalar por mis mejillas.
Saqué otra hoja y la miré. Escuché dos toques en la puerta, guardé todo en el sobre rápidamente, lo guardé en mi bolso y me dirigí a la puerta de mi habitación.
– ¿Qué haces? – volteé a ver a mi madre.
– Se presentó un... – sorbí mi nariz. Ella se acercó con su ceño fruncido. – Estoy bien. Vuelvo pronto.
ESTÁS LEYENDO
Recuperando El Pasado.
Fiction généraleUn pasado intenso. Un presente comprometedor. Un futuro sorpresa. Un individuo inesperado. Una reacción confusa. Una explicación nueva. Conoce la mitad de la verdad escondida, vive el misterio y descubre el secreto completo. +++...