I. Piloto.

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Canadá.15 de enero de 1998.

Karen caminaba con dificultad,mientras miraba a su pequeña llorar en sus brazos. La mujer no tenía alimento que llevar a la boca,ni para ella ni para su bebé. Sabía que si ambas pasaban otra noche en aquel agujero,qué desde hacía tiempo llamaba hogar,ambas iban a morir. Pero también sabía que era imposible encontrar otro sitio.

Y justo como ella predijo,la noche se hizo,y Karen empezó a temblar,intentó mover sus piernas pero éstas no funcionaban,al igual que sus manos, con las que abrazaba al bebé. Los temblores se volvieron más fuertes y se volvió de un color azul venoso. Sus órganos empezaron a fallar.

La mujer lloraba,pues sus movimientos eran torpes,y no podía hacer mucho por calentar al bebé. Hasta que tres horas después, murió.

A la mañana siguiente,unos agentes de bajo rango,revisaban aquel lugar,pues la pasada noche había sido la más fría desde los últimos ciento cincuenta años y las personas que malvivían allí no tenían los recursos para conseguir una simple manta o un café caliente.

En un túnel abandonado,encontraron a Karen. Rápidamente pidieron más efectivos,para retirar el cadáver,y entonces descubrieron a Alexandra,la hija de la fallecida,que aún vivía con dificultad, rápidamente fue llevada al hospital.

Semanas después la pequeña fue dada de alta,tras haber llegado con desnutrición y los servicios sociales la llevaron a una pareja millonaria.

Diecisiete años después... Los Ángeles,California.

Alexandra despertó como cada día a las seis de la madrugada,ya que debía preparar el desayuno a la familia y acudir al colegio pronto.

Cuando hubo terminado,caminó hacia la segunda tortura de su vida,claramente la primera era la casa dónde habitaba,a la que no podía llamar hogar,sin duda era una casa de locos. La segunda se trataba de la escuela,en la que todos hacían lo posible por amargarle la existencia,gracias a Sherry una chica un tanto peculiar,en la que su pasatiempo preferido era fastidiar a Alexandra,tanto dentro como fuera de la escuela,pues por desgracia convivía con ella.

En el instituto más prestigioso de la ciudad,las cosas eran muy diferentes a cómo todo el mundo pensaba,pues aunque pareciera decente,no era más que un montón de mierda,dónde lo único que importaba era el poder y las falsas apariencias.

Esta cárcel funcionaba así sólo con dinero se obtenían las mejores calificaciones,sólo con buenos contactos se obtenían becas y sólo con una cara linda y algún que otro encuentro sexual,podías justificar faltas de asistencia. Y para Alexandra era más bien complicado pasar de curso,pues no tenía ninguna de esas tres cosas, por ello aprendió la ley de los tres monos;no ver,no oír,no hablar porque así todo era un poco más fácil.

Cuando el instituto finalizó se dirigió al único lugar dónde sentía paz : El taller de arte,era el pequeño secreto de Alexandra.

Cada lunes acudía con más ganas que el anterior,y la profesora alababa su gran potencial,pero claramente ella no tendría el dinero suficiente como para ir a la universidad, sin esa familia de locos,no tenía dónde caerse muerta.

Alex salió del taller relajada,aunque sabía que eso duraría poco,debería de estar en casa para cuando llegase Ariana y Bill los amos y señores de la casa y eso significaba gritos,desprecio y superioridad,así se podría resumir a esa familia.

Pero antes,quiso ver a su mejor y única amiga Marie,quién trabajaba en una tienda de golosinas,y esto sería el paraíso sino fuera porque Alexandra era diabética.

— Hola Patito — saludó Alexandra,su amiga se levantó del suelo,dónde colocaba unas cajas,se acercó y le dio un tierno abrazo.

— Hola Rapuncel,te he echado de menos— sus brazos rodearon con más fuerza,el pequeño cuerpo de Alex,pero no por ello dejaba de ser una rubia con unos intensos ojos azules.— ¿Crees que puedes escaparte? — preguntó Marie.

— Lo dudo mucho,la bruja me tiene vigilada— bufó.

— Una pena,quería que conocieras a alguien— A Alexandra le pareció extraño,sobre todo por el tono aterciopelado con el que su amiga decía aquellas palabras.

— ¿Es un chico?— la pelirroja asintió— Cuéntamelo todo— la rubia se sentó en el mostrador.

— Bueno,es algo mayor,y guapo muy guapo— suspiró de forma dramática.— Pero no por ello es vanidoso,sino bastante dulce,al menos conmigo.

— ¿Por qué solo contigo?— Marie,vaciló en contestarle,pues sabía que no le haría gracia,el tipo de chico que era su ¿novio? Sí,se podría decir así.

— Vive en los barrios bajos— lo dijo en voz tan baja que a Alexandra le costó. Pero en cuanto lo hizo,su mente sólo pensaba en todos los reproches que le soltaría.

— ¿Pero tú eres tonta o traficas con lacasitos?— preguntó — Marie esos chicos no son una buena influencia,trafican con droga,con armas y más de uno muere.— su compañera bufó.

— No es tan malo como piensas.

Ibiza,España.

— Martijn,esta vez te has pasado de la ralla — espetó José Woldring,su mánager.

— Venga,no ha sido para tanto— rió el chico,aún bajo los efectos de la droga. La mujer enfureció y le tiró un almohadón.

— ¿Qué no es para tanto ? ¿Tú acaso saber cuanto va a costar pagar el daño al hotel? Y todo esto sin que la prensa se entere.— José retiraba los cientos de vasos que se agolpaban en la encimera.— Tu madre está muy preocupada,y Scooter furioso,te vas a ir con tu familia de California.

Martijn bufó,siempre se le ponía la misma amenaza,pero jamás se realizaba.

Me necesitáis — rió con arrogancia y prepotencia.— El verano ha terminado— se encogió de hombros— Por lo tanto,haz las maletas.

He vuelto y con otra historia,siento la inactividad pero he pasado por un momento difícil,espero que os guste

#DE PARTE DE UNA TORPE 

Cinderella (Martin Garrix)Where stories live. Discover now