Capitulo III

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  "El amor no puede permanecer en sí mismo. No tiene sentido. El amor tiene que ponerse en acción. Esa actividad nos llevará al servicio "

Pasaba el tiempo y aun no terminaba la noche, todo el mundo se marchaba, pero no quería irme aún y al parecer ella tampoco.

—Móntate en el carro—Le dije mientras entraba al carro.

—No me quiero ir de aquí, este viento me encanta— Respondió mientras estiraba sus brazos.

—Vamos, te llevare a un lugar mucho mejor, además iremos con los vidrios abajo para disfrutar más del recorrido—Dije mientras encendía el carro.

En ese momento arranque, y duramos como 20 minutos en el recorrido mientras escuchábamos Coldplay, algo demasiado relajante. Estaba sonando el teléfono de Ashley, era su madre quien le escribió un mensaje de texto preguntándole en qué lugar estaba.

—¿Puedo quedarme en tu casa hoy?— Preguntó con algo de pena.

—No—Le respondí.

Enseguida, ella bajo la mirada.

—Yo tampoco pasaré la noche en mi casa— Le comenté, mirándola de reojo. 

—¿Qué me estás diciendo?—Me miro con el entrecejo fruncido. Estaba confundida. En ese momento, detuve el coche y abrí la compuerta.

—Hombre precavido vale por dos—Dije mientras sacaba la carpa y otros materiales más.

—Realmente estás loco si piensas que pasaré la noche en la calle— Dijo mientras me miraba aun confundida y con cierto terror. 

—Nadie dijo que sería en la calle—Dije encongiéndome de hombros, y, posteriormente, me desvié de la ruta—Cierra los ojos y no los abras hasta que yo te diga—Le dije mientras sonreía.

 Tome la ruta hacia una playa que quedaba a unos minutos aunque el camino era muy oscuro y solo.

—Abre los ojos—Le dije.

—¿En dónde estamos, Andrew?—Dijo con cierto nerviosismo.

—Ya verás—Dije y enseguida la miré.

—Pero... tú no conoces California—Insinuó ella.

—Tengo mis secretos—Dije con una sonrisa. 

Pasaron cinco minutos y llegamos al lugar, era el lugar justo donde quería estar con ella, pues era una montaña altísima que al llegar a la cima se podía admirar toda la ciudad de noche, entonces cogí las cosas que traía y organicé una carpa. Saque otra ropa que había traído y suficiente comida que había comprado (Incluida muchas golosinas), y por último, saque una venda.

—No hagas trampa—Dije mientras le vendaba los ojos.

—¿Y ahora que tramas?—Preguntó con una gran sonrisa.

La agarré de las manos y la lleve al lugar donde se podía ver toda California.

—Sorpresa—Dije en un tono bajo.

Ella había quedado impactada; estaba completamente sorprendida. 

—Esto es... perfecto—Susurró pausadamente mientras observaba el hermoso paisaje con unos ojos que le brillaban a todo dar.

Estaba muy feliz porque todo salió como yo lo planee. La invité a sentarse conmigo.

—Nunca había imaginado algo tan hermoso—Dijo y no despegaba su mirada del paisaje.

—Eres una gran chica—Le dije mientras la miraba fijamente.

En ese momento, ella giro su cabeza y me miró fijamente, también. Sin embargo yo no podía evitar sonreír; era totalmente hermosa.

Deseos OcultosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora