Capítulo 22

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Harry's POV

Creo que debería sentirme mal por volverle a mentir acerca de que no pedí deseo pero mañana estará agradecida.
Estoy feliz de que me haya perdonado después de haber hecho lo que hice.

-Si necesitas algo sólo dime, no importa si estoy dormido.

-Gracias Harry.

Le tapo el cuerpo con las sábanas y acomodo un poco su almohada.

-Descansa Jul.

-Tú igual -sonríe.

Me voy a la cama y por primera vez puedo descansar bien.

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Al despertar me doy cuenta de que Jul ya lo está, es la primera vez que despierta antes.

-¿Todo bien? -Me levanto.

-Perfecto -exclama con una pequeña mueca a la que ignoro- entregaron el desayuno, ¿Crees que podrías pasármelo?

Sin decir nada voy a la puerta y recojo los dos platos. Le entrego uno a Jul y dejo el que me corresponde en la mesa.

-Me bañaré en lo que desayunas ¿Te importa?

-No, claro que no. Gracias Harry -sonríe aún acostada pero con la cabeza levantada.

Entro al baño después de tomar mi ropa de hoy y me doy una larga y caliente ducha.
Me visto, peino y salgo del baño pero Jul no está en su cama.
No de nuevo por favor.

-¿Jul? -Digo preocupado esperando una respuesta.

-Aquí.

Al escuchar su voz viniendo del vestidor mi corazón se alivia.

Entro y la veo sentada en el suelo observando el oso de peluche que encontró hace días.

-¿Estás bien? -Me agacho.

-Si, si -seca con su dedo una pequeña lágrima- es sólo nostalgia -se para y yo hago lo mismo- tomaré un baño rápido.

Se va hacia la puerta de enfrente y deja la puerta entreabierta.

Antes de salir veo que Jul ha olvidado su muda y la tomo para entregársela, ya que la puerta no está cerrada supongo que no hay problema en que entre.

-Oye olvidaste tu...

Antes de poder terminar la oración veo a Jul sin blusa, sólo la cubría su sujetador, pero eso no era lo que me sorprendía.
Lo que en verdad sorprendía era su espalda y abdomen llenos de moretones.

-¡Largo!

-Jul, ¡Mírate! -Me acerco un poco.

-Mierda Harry sólo vete -grita.

-Maldición Jul no lo haré ¡Esto no está bien! -Grito aún más.

-¿Y qué harás? ¿Me pondrás un curita? Déjalo así, estoy bien. -Dice mientras abre la puerta transparente de la regadera- ¿Dejarás que me bañe?

-Como gustes -salgo y cierro la puerta con un poco de fuerza.

Jul tarda 10 minutos en bañarse, supongo que hasta el agua rozando su piel duele.

-Siéntate -tomo la silla y la pongo frente a ella.

Jul no dice nada y sólo me hace caso.

Me hinco y llevo mis manos hacia los costados inferiores de su blusa, sin dejar de verla. Ella tampoco me quita la mirada de encima, lo que me hace creer que está de acuerdo con lo que haré.
Lentamente voy subiendo su blusa mientras ella hace lo mismo con sus brazos. Al retirarle la blusa por completo bajo la mirada hacia su abdomen, las marcas no evitan que pueda notar el buen cuerpo que tiene.
Paso mis manos por su cintura y me paro para tomar el botiquín.

-Creo que esto podría ayudar -saco una pomada que sirve como analgésico, espero que al menos se calme el dolor para que pueda dormir.

Comienzo a untar la pomada por su abdomen, la espalda, sus costados y cerca de sus pechos, Jul sólo se dedica a ver.

-No te pongas la blusa, deja que se absorba -digo ahora viéndola a los ojos.

-Muy bien -ella parece algo confundida por lo que acababa de pasar.

Pasaron un par de horas y yo tengo mi libreta en las manos, no me atrevo a abrirla ahora por lo que le pasó a Jul, veo al techo con una cara de furia ya que no sé a dónde mirar, no sé desde dónde me están observando.
Dejo mi libreta debajo de la almohada y de pronto escucho la puerta abrirse para entregar la comida... junto a nuestros platos están nuestros deseos.

Primero tomo el plato y el deseo de Jul y se lo entrego.

-Genial -expresa como una niña ilusionada lo cuál me hace sentir de una manera extraña.

Tomo mi deseo, lo escondo detrás de mi espalda y lentamente me aproximo hacia Jul...

-Tengo que pedirte perdón por todo como lo hacen los hombres.

Jul deja de ver su yoyo y me voltea a ver- ¿De qué hablas? -Ríe tímidamente.

Al terminar su pregunta dirijo mi mano con mi deseo hacia ella y veo como sus ojos cambian al verlo y también veo como su sonrisa se hace un poco más grande y sincera.

De cualquier forma... ¿A qué mujer no le gusta una rosa roja?

Encerrados | Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora