23

1K 48 4
                                    

Virgo entraba sin permiso a la habitación de su novia, Sagi bailaba frente al espejo le encantaba bailar era uno de sus pasatiempos favoritos.

- Me veo sexy, ¿no, Virgo? Sagi paró y sé acercó a él.

- Sí, bailas muy bien. Deberías estar en una academia.

- Me gustaría esa es una de mis metas, pero la verdad no he visto ninguna por aquí cerca.

- Yo te iría a ver a todas tus presentaciones.

- Eso me gustaría mucho.

- ¿No te parece que tú habitación está muy desordenada, Sagi?

- La verdad, sabes que no me gusta ordenar, lo odio.

- Parece que pasó un tornado por aquí, mira tú ropa ahí tirada deberías cuidarla un poco más. Yo te ayudo a ordenar.

- No, gracias. Creo que no necesito tú ayuda ni la de nadie, Virgo.

Vio como Virgo entrecerraba sus ojos y la manera en que movía sus labios, le daba la sensación de que sé molesto un poco por eso.

- Bien, sólo quería ayudar, sabes que me gusta lo ordenado e incluso te estoy dando mi ayuda.

- Pero deberías respetar un poco mis gustos, a mi me gusta las cosas así, lo siento sí a ti te molesta, pero es así. Y como dije no necesito tú ayuda, porque ni la pedí.

De nuevo Sagi no sé guardaba ninguna de sus palabras.

- Sólo quería ayudar.

Virgo salio de la habitación de su novia, a veces le molestaba que fuera tan desordenada y que sé comportara cómo si fuera una niña.

- VIRGO VEN. Grito Sagi de su habitación.

Virgo resignado volvió a la habitación, sabia que si no volvía Sagi volvería a gritar más.

- ¿Qué quieres, Sagi? Voy a estar ocupado leyendo.

- ¿Sabes qué lo siento, Virgo? No quería decir todo aquello. Como sabes estaba muy cómoda bailando y me hablas del desorden, he estado estresada y me desquite lo siento muchísimo, amor. Sí quieres ayúdame a ordenar mi habitación.

- Bien.

Virgo empezó a acomodar la ropa de Sagi, ella lo abrazó por la espalda y le dio un corto beso en el cuello, seguido de un suave mordisco.

- No me gusta que estés molesto, osito. ¿Qué querés haga para que me perdones?

- Leamos un libro, nada más eso Sagi.

- Está bien, amor. Te amo mucho.

- Yo también, mi chica sexy.

(...)

Sagitario y Pis decidieron ir a caminar y a la vez conocer el bosque. Todo iba muy bien en ésta aventura.

- ¿Qué es ese sonido, amor? Pregunta temerosa Pis.

- No lo sé, no te asustes no debe ser nada.

- Vayámonos ya, Sagitario. Es peligroso, está anocheciendo.

El Internado Del Zodiaco ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora