Todos los raros fuimos al concierto de "El gran telepata del Dublín", media hora antes invadimos el metro, yo iba obligado y ellos en extasis. Frente al estadio ya cantaban sus temas, primeras filas, era su obsesión. Yo no soy un fan de John Boy. Odio a John Boy.
-Esta muy emocionada el día de hoy. - Me dijo Lee sentado en la acera.
-Si, lo se, es su banda preferida. -Me coloque en cuclillas y a continuación me senté junto a él.
-Y le gustas demasiado. -Dijo algo indiferente.
-¿Yo? ¿A Marlene?
-Si, a la vecina del Ártico.
-¿Cómo sabes que le digo así? -Pregunte apenado y creo que me sonroje un poco.
-En todas tus libretas tienes escrito "M, la vecina del Ártico" con corazones alrededor. -Dijo riéndose.
-Ah, mierda. -Pensé en voz alta.
El concierto de John Boy comienza en aproximadamente 30 minutos, acabamos de llegar y hay muchísima gente. Afortunadamente, o en desgracia para mi, Lee compro boletos para poder ver al sujeto a menos de 2 metros de distancia. Marlene esta vuelta loca, se la ha pasado comprando artículos de la banda desde que llegamos, tiene todos sus discos y los acaba de comprar de nuevo... TODOS ¿para que? No se, esta loca.
El estadio por fin abre las puertas para los fanáticos, las masas empiezan a avanzar y Marlene no ha llegado. Lee me indica que nuestra entrada (por el asunto de los boletos especiales) es del otro lado, vemos a Marlene doblando la esquina y le llamamos, nos voltea a ver -estaba comprando otro artilugio más- le lanza un par de billetes al tipo que la atendía y corre hacia nosotros.
-Hola. -Dice Marlene enseguida.
-Hola. -Coreamos Lee y yo.
Entramos al estadio, recorremos un par de metros y empezamos a divisar el escenario. Los instrumentos ya están preparados y toda la gente espera impacientemente a su idolo. Marlene esta más calmada de lo que esperaba, tal vez un poco ida de la emoción.
-¿Con cual crees que van a empezar?
-No lo se, me da igual. -Responde sin voltear a verme.
Las luces se desmayan y se escucha un ensordecedor aullido por parte de todos los fanáticos. Allí está el gran John Boy, levantando las manos para provocar mi rabia. Todos los fanáticos lo ovacionan como a un dios.
Toma su guitarra y comienza a tocar los primeros acordes, los fanáticos envueltos en una euforia total comienzan a corear junto al cantante. De esa manera John Boy provoca a los fanáticos durante más de 45 minutos. Marlene hipnotizada gritando a todo pulmón, empapada en sudor. Lee y yo soportando este pequeño infierno, aunque Lee parece tolerarlo más que yo.
Estamos ante la penúltima canción que interpretará el artista. Es una balada un tanto triste y calmada. Los fanáticos sacan de sus bolsillos los encendedores con los que encienden sus exquisitos Marlboro para iluminar la sala. En eso, Marlene voltea a verme mientras canta junto con la multitud "¿Cómo hablar y estar ausente? Dimelo tu."Mirada universal de alcance personal, me hipnotizo Marlene por fin, con ese verso letal.
Se acerca a mi, coloca sus manos sobre mi rostro, y ahí está: mil constelaciones estallan justamente dentro de un pequeño estadio, aunque solamente Marlene y yo las podemos ver. Mis huesos se encienden, se rompen, se curan. Mis músculos y articulaciones disfrutan cada una de esas fibras de piel contra mis labios y todo se siente como si apenas hubiera empezado. Mis manos comienzan con su breve paseo alrededor de su cintura y la sostengo tan fuerte que pienso que estoy a punto de quebrarla, solo que tengo la vaga sensación que lo que en realidad está sucediendo es que estoy reacomodando sus partes más rotas.
Mi pecho a punto de estallar.
Termina nuestro beso. Termina el concierto. Apenas comienza la noche y se que pasara de ahora en adelante.Ahora ya soy otro fan de John Boy.
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Marlene, la vecina del ártico.
Short StoryEsta pequeña historia data las vivencias que se generaban poco a poco en mi imaginación y otro poco en mi vida diaria. Basado también en el desamor cotidiano. Para lo que estás a punto de leer se tomaron dos fuentes de inspiración: un corazón roto...