ME ABRIERON LOS OJOS

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Hola soy Kate, y esta es mi historia:

Todo empezó el primer día de clase en el nuevo instituto, empezaba segundo de ESO. Primero empezaron con bromitas, luego con cogerme las cosas, luego tirándomelas, luego empezaron los insultos, luego pegándome...

Hasta que ya no pude más, entonces empecé a autolesionarme. Un día mientras me desvestía para ducharme, mi madre entró en el baño sin tocar a la puerta. Así que me vió los cortes.

-¿Qué es eso que tienes en los brazos?

-Nada -dije nerviosa-.

-Ah vale -dice decaída-.

Al día siguiente por la tarde, mi madre cogió el coche y me hizo ir con ella. Como era viernes, íbamos a la casa que solíamos ir los fines de semana y en vacaciones. Que se encuentra en el pueblo vecino de donde vivimos.

Pasaron las semanas y me pasaba todos los días encerada en mi habitación, ya que no me llevaba demasiado bien con mis padres, sobre todo porque eran demasiado sobreprotectores. Eso también me ayudo a estar más afectada y a bajar aún más la autoestima.

Ya volvíamos a estar a viernes y teníamos que ir a la casa de los fines de semana. Así que cuando llegamos mi madre me dijo que allí había encontrado una psicóloga, me dió su dirección y me dijo que fuera. Vivía a dos calles de nuestra casa. Miré el papel donde llevaba apuntada la dirección y vi que estaba delante de la casa. Levanté la vista, era una casa moderna y nueva. De un suave color de vainilla, con unas persianas metalicas y una pequeña puerta de madera. Toqué el timbre y me abrió un chico encantador:

-¡Hola!

-Hola, ¿vive aquí una psicóloga? -le enseñé la tarjeta-.

-Sí, pasa.

Entré, era una casa no demasiado grande, pero muy acogedora. Con unos cuantos muebles colocados delicadamente, un cuadro bastante grande pintado en la pared, llamaba la atención, estaba pintado en blanco y negro, con un rostro triste pero a la vez le salían mariposas de diferentes colores de la herida que tenía en el corazón. Era una mujer medio desnuda, muy exótico.

Al cabo de un rato, se abrió una puerta, salió una chica joven. De pelo largo y medio castaño claro y medio rubio le llegaba por el pecho, era un poco más bajita que yo, bueno con los zapatos creo que igual. Aparentaba unos 20 o 22 años.

-¡Hola, buenas! ¿eres Kate?

-Sí, ¿tú la psicóloga? -dije nerviosa-.

-Sí, me llamo Elena.

-Encantada Elena.

-Adelante entra.

Era una habitación no demasiado grande, con una mesa y dos sillas, una lámpara, un mueble con varios objetos, un ordenador y un pequeño espejo. Se parecía bastante a las consultas de las películas.

-Bueno Kate, hablame de ti.

-No sé de qué quieres que te hable, mi vida no es que sea muy interesante. Mejor preguntame lo que quieras saber.

-¿Qué tal con tus padres?

-No muy bien que digamos, son muy sobreprotectores. Y el otro día le diagnosticaron cáncer cerebral a mi padre.

-Ah, lo siento -dijo decepcionada-.

-No lo sientas, da igual no es culpa tuya. Total una mierda más una menos.

ME ABRIERON LOS OJOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora