CAPÍTULO 20

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Dejo a Eli en el sillón del porche, observando cómo estalla el caos a mi al rededor.

-Óscar, vamos al cobertizo, a por armas.-Grita Michael a su compañero, que camina de un lado a otro con nerviosismo. Reacciona al oír su nombre y se gira para mirarle.

Camino cerca, buscando a Alexander con la mirada. Las llamas me lamen los ojos y me paso ambas manos por el pelo seco. Tengo el cuerpo empapado en sudor por el calor. Sigo avanzando mirando a todas partes, observando como el fuego lo consume todo, y le veo, está levantando ambos brazos, con las manos extendidas hacia delante y me quedo asombrada. Atrae el fuego con sus dedos, formando una bola roja cada vez más grande por encima de nuestras cabezas. Le observo atentamente, la sangre me late en los oídos con fuerza, oigo los crujidos de las ramas al partirse y caer el suelo, reducidas a cenizas. La enorme esfera de llamas gira sobre nosotros, entonces, Alezander da una palmada y se vuelve negra, sin vida, apagada, explota en millones de fragmentos diminutos, cómo la ceniza, y cae sobre nosotros y sobre el bosque, cubriéndolo todo con una capa negruzca.

Pestañeo varias veces mientras me coloco las gafas. Me giro y miro a Óscar y Michael, curbiertos de hollín, sudorosos y agotados. Lo miran todo con el mismo asombro que yo. Mi mirada se encuentra con la de el chico de pelo castaño claro y veo como cunde el pánico en su rostro.

-¡No! ¡Corre! -Grita de repente preparándose para correr.

Giro sobre mis talones a tiempo de ver como el arbol se parte y empieza a caer sobre mi. No me da tiempo a correr, y, entonces, todo ocurre demasiado rápido. El cuerpo de Óscar choca contra el mío con una fuerza aplastante, salgo disparada hacia atrás, por los aires, con el chico rodeándome con los brazos. El golpe es inminente, lo noto en la cabeza y en la espalda. El dolor es tan agudo al principio que casi no lo noto. Se me ha rasgado la ropa por varios sitios, la piel de arde y la cabeza me va a explotarm solo oigo un pitido. Tiemblo violentamente, hemos caído sobre hierba, entre árboles. Ya no hay fuego, pero hay humo, y no puedo ver mucho más allá de mi. Estoy tirada en el suelo, incapaz de moverme, y giro la cabeza gimiendo de dolor. Clavo mis dedos en el suelo, manchandome de tierra.

Óscar está a un metro de mi, boca abajo, con la cara girada hacia mi, cubierta de sangre, tiene un corte profundo en la frente, cerca de la ceja. No se mueve, no le noto respirar, tiene un brazo extendido sobre cabeza y las piernas encogidas. Como puedo, me arrastro hasta él, notando el dolor en cada parte de mi cuerpo.

-A..ah, Ós...car.- Le llamo con la voz ronca, me desgarro la garganta al hablar. No obtengo respuesta. Y ahí está, un trozo de madera atravesando su hombro izquierdo, el charco de sangre bajo su cuerpo va creciendo.

Apoyo mi frente en tu espalda y alargo una mano sucia y temblorosa hasta el palo de madera. Sin saber por qué, tiro fuerte y se lo saco del cuerpo, su puño se cierra y oigo un gruñido. Eso me alivia, sigue vivo.

Intento ponerme en pie en un inutil intento de pedir ayuda, pero caigo de rodillas a su lado. Pero las pisadas llegan pronto. Distingo las figuras borrosas de Michael y Alexander correr hacia nosotros. Me dejo caer hacia atrás cerrando los ojos y busco con mi mano la de Óscar, agarrándola y apretándola con las pocas fuerzas que me quedan. Y después...nada, todo se volvió oscuro.

-¿Despertará pronto? -Susurra una voz cerca de mi, no soy capaz de abrir los ojos ni de moverme, pero estoy sobre una cama, tapada con mantas, y tengo algo frío sobre la cabeza.

La cabeza me vuelve a doler de una manera insoportable y caigo inconsciente de nuevo.

Cuando abro los ojos lo veo todo borroso y muy brillante, cómo si estuviese en un hospital, pero no lo estoy, estoy en la casa, en mi cuarto, y hay alguien a mi lado, mirándome. Eli.

-Te has despertado...-Murmura acercándose más a la cama.- Estábamos preocupados, pensábamos que te ibas a ir...

La observo intenando adaptar mi vista a la luz y a las formas que veo.

Abro la boca notando seca la garganta y los ojos. Me duele la espalda y la pierna derecha. No intento moverme esta vez, miro a la niña sin ser capaz de pronunciar palabra. Ella alarga una mano diminuta y me toca la mejilla con cariño. En mi mente pienso en Óscar, dónde estará, estará bien...

-¿Piensas en Óscar?

Asiento como puedo mirándola y pestañeo despacio, tragando saliva. La veo bajar la mirada y aprieta sus manos contra su pecho.

-Te protegió con su cuerpo, perdió demasiada sangre...-Susurra con la voz ronca.

El corazón me golpea en el pecho cada vez más rápido y muevo los dedos de una mano y luego el brazo, apoyandome en el borde de la cama para intentar incoporarme. Y con esfuerzo, lo consigo.

-E...Eli, respóndeme...a esto...¿está...vivo?-Pregunto con la voz aspera y grave.

Ella abre la boca para responder pero la puerta se abre y Alexander entra de golpe, mirándome, parece enfadado. Tal vez si Óscar ha muerto...ha sido por mi culpa y ahora todos me odien, tal vez me echen de aquí y me abandonen en casa del Presidente para hacerme Dios sabe que...

-Elizabeth, ve a la otra habitación.-Le ordena con la voz firme y dura.

Trago saliva viendo como la pequeña sale corriendo de la estancia. Alex me mira frunciendo el ceño y se cruza de brazos sentandose a mi lado en la cama. Una lágrima resbala por su mejilla y le miro asombrada, nunca me habría imaginado que le vería llorar. Pero...¿eso significa que mi amigo ya no...está aquí? La sangre me huye del rostro y siento un hormigueo desagradable por todo mi cuerpo. ¿Por qué nadie me dice nada?

-¿Dónde está? -le preguntó con miedo. Se limita a mirarme y me coge del brazo con cuidado, apoyándome en su hombro, para ayudarme a ponerme en pie.

Caminamos con cuidado, noto como me tiemblan las piernas y las manos, si no me estuviese sujetando ya me habría caído de bruces contra el suelo al poner el primer pie en el suelo. Salimos del cuarto y avanzamos por el pasillos hasta una puerta de color verde...La de Óscar, pero no quiero entrar, no quiero ver su rostro pálido sin vida, su cuerpo lleno de moratones y una herida en el hombro... Intento retroceder, pero ya es tarde, la puerta se abre y Alexander entra conmigo casi a rastras.

Y entonces lo veo...

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⏰ Última actualización: Jul 14, 2016 ⏰

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