Episodio 1: El Nombramiento

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El día llegaba tan rápido como un estornudo, las calles del centro de Zootopia se llenaban poco a poco de los habitantes en su apuro por comenzar su semana de la mejor manera posible. Judy aún no despertaba, se encontraba en su departamento, completamente cubierta por sus cobijas, y sin dar ni la más mínima señal de querer despertar. El reloj despertador ya marcaba las 5:28 de la mañana. Solo dos minutos más para que la conejita debiera empezar a prepararse para su trabajo. Los sonidos de los cláxones y el grito mañanero de los dos vecinos gacelas que Judy tenía, fueron suficientes para hacer que se levante de un salto que la llevó a toparse con la silla de su escritorio.

-¡Auch! ¡Por todas las coles!- jadeó ella en lo que se sobaba la pata izquierda y se recomponía. -¿Es que no pueden esperar a que mi despertador haga el trabajo?

Justamente tras esa pregunta, el aparatejo soltó sus pitidos con los que se suponía, iba a despertarla. La coneja simplemente se estiró y apago tal ruido, de cualquier forma, ya no lo necesitaba por el resto del día.

-¡No vuelvas a dormirte, holgazán!- se escuchó tras la pared. La respuesta no se hizo esperar

-¡Argh! ¡Ya cállate!

-¡Tú cállate!

-¡Tú cállate!

-¡Tú cállate!

Ya era costumbre para Judy escuchar semejante escándalo, así que prestó la mínima importancia y tomo el camino directo hacia el baño comunal de su edificio. En donde, justo antes de llegar, se topó a la señora armadillo que le había dado la bienvenida tiempo atrás.

-¡Buenos días!- dijo Judy con mucho ánimo y moviendo su pata derecha en forma amistosa de un lado a otro.

-No sé cómo puedes llamarle bueno a un día que empieza con los gritos de esos dos. -contestó la señora- Siempre montan una ruidosa pelea por algo, y si no me equivoco, no han ofrecido una disculpa a los demás inquilinos ni una sola vez.

-Ah, bueno. Son de esas cosas que ocurren en todas partes. -dijo Judy sin borrar su sonrisa y tomando una de las toallas que colgaba de un perchero. -Al final, creo que una termina acostumbrándose, ¿No es verdad?

-Si tú lo dices, querida... -la señora armadillo sólo se retiró, entrando a su habitación. Mientras que nuestra conejita finalmente entró al baño.

Ya cuando el sol estaba en su máximo esplendor en el cielo, Judy se encontraba en la comisaría de Zootopia. Al pasar por la entrada, fue justo que pasara a saludar a su buen amigo Garraza, quien, como de costumbre, ya se encontraba disfrutando de un buen plato de cereal y leche mientras jugaba con su aplicación móvil de "Habla con Gazelle".

-¡Garraza! -Exclamó la pequeña- ¡Buen día! ¿Cómo está mi guepardo favorito!

-¡Judy Hoppity Hopps! -el alegre regordete dejó de lado su plato para saludar a la conejita que se asomaba apenas por el escritorio- ¡Qué bueno que llegas! ¡Mira! ¡Mira! ¡Es la nueva app "habla con Gazelle"! ¡Salúdala! ¡Salúdala!- Garraza acercó su teléfono a Judy, lo sacudió un poco mientras repetía la solicitud de saludo.

-Emm... ¡Hola! ¿Gazelle...? -un segundo después, salió una voz femenina del móvil que apenas y mencionó "Hola, soy Gazelle. Es un gusto conocerte". Lo que provocó que Benjamín se estirara casi como si estuviera a punto de desmayarse.

-¿No es increíble? Te ayudaré a conseguirla si quieres.

-Me encantaría, Garraza. Pero debo reportarme lo antes posible, o el Jefe Bogo va a...

-¡Oh, sí, sí! ¡Tienes razón! Por cierto, hace un momento vi al Jefe teniendo una conversación un tanto incómoda con Nick. Parece que tu compañero tiene un problema, deberías hablar con él.

Zootopia: After StoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora