Capítulo 14.

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Axl Rose

  Recuerdo que Izzy me había dicho que traer una botella de vodka de emergencia en el auto iba a ser  estúpido. Mañana iba a restregarle cuánto pudo haberse equivocado, ya que me estaba siendo útil ahora.

  Estacionado tres casas después de la residencia de Seymour, vigilando que nadie se detuviera siquiera a mirar la casa y así al menos, me aseguraría de que nadie se acercaría para intentar lastimarla. ¿Qué demonios habría pensado Stephanie sí ella volvía y como por arte de magia su hija desaparecía? Les debía esto, a ambas. Al menos el vodka haría que se me fuera rápida la noche, junto con un casete de The Doors.

  Por cada vez que pensaba en irme, algo tiraba de mi consciencia y pensaba en _____. ¿Por qué demonios no podía irme? La respuesta era tan fácil. Por cada vez que pensaba en prender el vehículo e irme, ella se me aparecía en la maldita cabeza. No debería de estar siendo la niñera, pensarlo me ponía incluso de mal humor, pero yo quería cuidarla. Al menos una noche, ¿No? Fui el imbécil que la dañó y ahora era el imbécil que dañaría a cualquier otro imbécil que pretendiera acercarse... Eso seguro.

  Incliné el asiento hacía atrás, subí las botas vaqueras al tablero del coche y me recosté en el asiento. Todo esto sin despegar los ojos de la casa. Incluso pude bajar manualmente la ventana y prender un cigarrillo.

  Hoy había sido de la utilidad de ella, de todos modos. Pensarlo por poco me provocaba reír. Un puto obeso había ingresado a su domicilio... Fue la solicitud de rescate más extraña que me hayan solicitado. Y vaya que la asustó pero no lo suficiente como para mantener a esa caprichosa mujer que me aborrecía con la boca cerrada. Me quería hablando y fui honesto para ella. Solamente siendo honesto conseguiría llevar mejor las cosas para ella. Lo dije, se lo debía. Y a Stephanie... También le debía.

  Pensando seriamente en qué sería lo siguiente que haría, salí de mis pensamientos cuando recibí una llamada de Tiffani. Ahí estaba ella de nuevo, y tuve que responder, pero ahora sabía que le debía a Stephanie más de lo que pensaba.

— ¿Sí, bella Tiffani? —pregunté y me forcé para sonar animado, pero no engañaba a nadie. Ni siquiera a Tiff.

—Creí que dijiste que volverías, ¿Dónde demonios estás, idiota?

—Ouch. —hice un falso sonido y puse una sonrisa. Tiffani estaba irritada, tanto que comenzó a hablar sin parar y tuve que alejarme el teléfono del oído y esperar. Cuando la escuché calmarse, volví a hablar. — ¿Terminaste, Tiff?

— ¿En verdad crees que pude terminar cuando simplemente te largaste? —iba a corregirla, pero pensé seriamente en lo que dijo.

—Te corriste, mentirosa. —dije, inevitablemente alegre por el recuerdo. La misma Tiffani acababa de ablandarse. —La próxima vez recuerda que gracias a este "idiota", sabes lo que es un orgasmo.

—Lo recordaré, pero la próxima vez que decidas dejarme te enviaré al demonio. —aseguró. No pensaba responderle puesto que para ser totalmente honesto, no me importaba sí eso sucedía. Pero no me apetecía ser honesto ahora. — ¿Valió la pena?

— ¿Qué?

—Me dejaste por irte con otra chica. No me mal entiendas, no me importa. Solo quiero saber sí valió la pena. Sí ella te folló tan bien cómo yo y si te gustó. —solo un par de días habían bastado para que el pensamiento fuese repentinamente molesto. Sí hace unos días acostarme con ella había sido todo en lo que había pensado, ahora no tenía tanto o nada de sentido.

—La desubicada madre de la chica que mencionas, que por cierto, es mi novia, dejó a su chica sola y un imbécil entró a su casa. Tenía que ayudarla.

A rapist stepfather. |#1| Axl Rose.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora