Capítulo 24

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Mi cuerpo se sentía acalambrado, mis párpados aún pesaban mucho, pero podía abrirlos con mayor facilidad.

Miré a mi alrededor, me encontraba en mi habitación. No recordaba haber llegado aqui, no recordaba nada salvo el desmayo, me había desmayado en el estacionamiento de los laboratorios y Diego me atrapó.

Pero no había nada más, no sabía que hora era, ni que día, sólo sabía que no estaba sola.

Mi tio Jaxon estaba sentado en una silla frente a mi, al parecer dormido.

Me puse de pie y caminé hasta él, toqué levemente su hombro para despertarlo, él enserio tenía el sueño pesado.

-¿Tio?- lo llamé preocupada.

-Jous.- susurró abriendo los ojos.- ¿Cómo te sientes?

-Cansada.- admití.-¿Qué pasó?- me quejé.

-Pues, Diego llegó contigo en brazos, era obvio que algo malo había pasado.- se quejó mientras tallaba sus ojos.- dijo que te habías desmayado, que no despertabas.

-Si, lo recuerdo.- aseguré molesta.- pero no se ¿porqué me desmayé?

-Pues tampoco yo, pero llevas 26 horas dormida.- sonrió mirando su reloj.

-¿¡Qué!?

No podía ser, tenía que ver a Ryan, tenía que buscarlo, tenía que ayudarlo.

Mi tío notó el pánico en mi cara y rápido me dio un abrazo, un torpe pero cálido abrazo. En ocasiones como ésta, me sentía muy bien, era reconfortante tener una figura paternal y que se preocupara por mi, pero no tenía tiempo de disfrutar aquel abrazo.

-Tengo que ir a buscar a Ryan.- aseguré mirándolo fijamente.

-Una de las señoras que limpia mi casa, me dijo que un chico raro vino a buscarte, yo supuse que era Ray, pero me dicen que parecía ser un drogadicto.- se quejó él molesto.- No quiero que te le acerques si es peligroso.

Lo fulminé con la mirada y me alejé un poco de él, mientras me dirigía al closet.

-Ray no es un drogadicto.- aseguré secamente.

Saqué del closet un pantalón nuevo y una blusa de manga, ya que afuera comenzaba a hacer frio.

Miré de nuevo a Jaxon y de la forma más amable que podía en ese momento, le pedí que saliera para poder cambiarme.

-Baja a comer algo, ¿si?, Solo para estar tranquilo.- pidió.

Asentí sin ganas y él se fue no tan convencido. Me deshice de la ropa que tenía con rapidez y ya totalmente desnuda me metí a la ducha.

El agua caliente ayudó a mi cuerpo a relajarse un poco, pero era difícil estar tranquila, cuando no sabía nada de Ryan.

Él me necesitaba, tenía que averiguar qué era eso que quería decirme y debía apurarme. No sabía si estaba bien.

Cuando salí envuelta en la toalla, entré al closet por mi ropa interior, pero al tener que estirar mi brazo, sentí una pequeña punzada de dolor entre el hombro y mi cuello.

Me deshice de la toalla y sin mada puesto, me miré al espejo, habían moretones en mi cuerpo. Eran de color verde, casi amarillentos, estaban distribuidos en diferentes partes de mi cuerpo y ahora eran más evidentes que la última vez.

Estaba comenzando a asustarme ver estas marcas en mi, porque no recordaba habérmelas provocado. Debieron hacérmelas mientras dormía.

Salí de mi habitación ya vestida, caminé furiosa al cuarto de Diego sin importar que estuviera haciendo. Entré violentamente y lo encontré recostado en su cama, estaba durmiendo plácidamente y con enojo, le arrojé un vaso de agua que había en la mesa de noche.

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