¿A Salvo?

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Estuvimos una semana en el hospital, muchos de nuestros amigos vinieron a visitarnos deseándonos lo mejor, un día antes de darnos el alta a Gabriel-san, Mikael y a mi, Belcebú en su aspecto masculino vino a visitar a Uriel, casi empujando a todo aquel que se cruzara en su camino.

- ¡Uriel!

Llegó usando unos jeans y una camisa a botones blanca que apenas le quedaba y una cola de caballo, sosteniendo una bolsa de tela que le tiró a Mikael, posiblemente apropósito.

- ¿Cómo te sientes?- le dijo.- ¿Cómo pasó? Vine tan pronto me recuperé, no puedo creer que fueran tan crueles como para lastimarte, ¡Oh! ¿Qué le pasó a tu ojo?

- Tranquila Belli.- dijo Uriel.- El Todopoderoso ya lo regeneró, aunque aún está en recuperación.- tocó su vendaje divertida.- Es un poco complicado ver pero en unos días estaré bien.

- Mi niña.- le dijo abrazándola.- Y encima te ponen en la misma habitación que un montón de hombres sudados y olorosos.

- ¡HEY!- le gritamos todos.

- ¡No vengas a hablar de hombres cuando tú pareces un modelo anoréxico!- le gritó Mikael lanzándole el bolso, que atrapó en seguida.

- Ahora no tengo tiempo de pensar en mi aspecto.- dijo sacando algo del bolso.- Mi amiga está lastimada y necesita a alguien que la cuide.

- Pues Gabrielito la cuida muy bien.- se burló.- Se queda dormido luego de que revisa que su novia esté abrigadita, que ninguno de nosotros la mire mientras se baña, hasta le da de comer en la boca cuando cree que estamos distraídos, par de melosos.

- ¡OYE!- Uriel y Gabriel se sonrojaron tanto que parecían dos tomates, en serio hacían eso, pero como Mikael ayudaba a Raphael a sostener sus libros y Melchor y yo nos quedábamos hablando entre nosotros de cualquier cosa, creían que ninguno se daba cuenta.

- Wow, estan en la fase de luna de miel.- dijo Belcebú.- Aquí tienes Uriel, mi especialidad. Quería traerte un cheesecake pero tardaba demasiado, así que opté por algo rápido pero sabroso.

Le entregó un vaso de plástico con una serie de gelatinas de varios colores  y frutilla.

- ¡Ah! Me encanta.- dijo la chica emocionada.- Hace mucho que no como gelatina arco iris.

- Traje para todos.- dijo Belcebú dándole una a Gabriel.- Por cierto, cegato.- lo miró con seriedad.- Me molesta que Uriel esté así, pero veo que arriesgaste tu vida para salvarla así que te perdono. Quiero que sepas que la quiero como mi hermanita, si la haces llorar o la lastimas.......Te mataré.

- Entiendo.- dijo con la misma seriedad.

El chico travesti asintió antes de darme una gelatina, le dio una a Melchor y luego le dio otra a Raphael, pero al sacar la última del bolso viendo con mala cara a Mikael, se la lanzó haciendo que la atrapara en el aire, no parecía que fuera con mala intención, más bien lo molestaba como siempre, supongo que era su forma extraña de amistad.

- Por cierto, complejo de loli.- decía Mikael probando un poco de gelatina.- Me parece que Lucecita tiene el doble de trabajo, o más bien el triple con su secretario herido. Encima de que está investigando sobre el extraño ser que puede atacarnos, también está viendo si puede ayudarte a crear un sello que no te afecte pero que regreses a ser una llorica.

Belcebú abrió los ojos sorprendido, parecía como si tuviera miedo de creer en las palabras del hombre, pero realmente quería creer que eran ciertas.

- ¡BEL!

Hablando del Rey de Roma, Lucifer entró en la habitación.

- ¡Trajiste gelatina y no tienes ninguna para mi! ¡Pero bueno mujer que soy tu jefe al menos trata de ser amable conmigo!- se quejó haciendo una rabieta propia de un niño.

Mi Angelito InmortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora