5

43 12 2
                                    

23/06/2016

Jueves

¡Cómo pasa el tiempo! Ya ha pasado una semana desde que comencé a escribir, además de que hoy son tres días desde que Daniela está aquí (Me ha dicho que se llama Daniela) ha tratado de hablarme, pero solo bajo a llevarle agua y comida. Aunque eso no importa ahora.

A Xavi no le ha caído mal el gato, en realidad lo disfrutó mucho, ahora tengo en mente otra cosa, algo más grande, pero para eso debo hacer que Xavi no coma por mucho tiempo, tal vez tres días sean suficientes.

Planeo esta vez darle un perro, uno pequeño, y ya tengo en mente cual. Mi vecina del frente tiene un viejo beagle, el pobre animal está tan viejo que apenas se mueve (ni siquiera lo he escuchado ladrar) solo debo ver cuando lo puedo tomar y traerlo sin que se den cuenta. Tal vez esta noche, cuando estén todos dormidos.

En estos momentos Daniela no deja de hacer ruidos, se pueden escuchar en toda la sala, pero no son lo suficientemente fuertes como para que se escuchen afuera. Aún no sé que debo hacer con ella, pues todo lo que deseaba hacerle ya no puedo hacerlo porque ya no la amo, es mas, me da asco verla ahora. Por los momentos debo tenerla aquí, cuidando de que no escape. Tengo una pequeña sorpresa para sus pequeñas manos, un poco de ácido sulfúrico (mi preferido) y también había pensado en removerle la lengua, pero eso no evitará que que deje de hacer tanto escándalo, por lo que desistiré de esta idea... Por ahora.

¿Qué más para decir? Debo arreglar las cosas para tomar al perro viejo... Mientras tanto encerraré a Xavi para que no haga escándalo al ver al otro perro. Solo a él le tolero esas cosas. Me voy antes de que se haga más tarde.

Me despido de mí mismo.

Diario De Un Enfermo AsesinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora