Coincidimos.

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-Pasa, tranqui me dijo Francisco

Cuando entré me quedé mirando la casa. Veni me dijo él, ella es Mariela mi abuela.

-Mucho gusto señora, me llamo Giuliana

-¿Sos la novia de mi nieto? Preguntó la señora

Solté una risa, Francisco me miro y le respondió.

-No, es una amiga

-Que lástima dijo Mariela

-Si bueno, veni Giuli

Francisco me llevó a su cuarto, lo observé bien, me gustó como lo decoró. Las paredes estaban pintadas de verde manzana, las ventanas tenían cortinas de un verde mas oscuro que hacían resaltar la habitación y abajo de ellas se encontraba una estantería repleta de libros. Traté de controlarme, no quería parecer una loca yendo enseguida a ver que libros tenía.

-Deja la mochila por ahí, no pasa nada. Me dijo

Solté la mochila y me senté en su cama. Quería controlarme pero no pude.

-Veo que tenes varios libros

-Jaja si, vichalos si queres te puedo prestar alguno

No esperé ni que terminara de hablar que me abalancé hacia la estantería, me arrodille en el suelo y comencé a observar los libros que tenía.
Encontré muchos libros de Roy Berocay, Federico Ivanier, Gabriela Armand y Pablo Leguísamo entre otros. Pero hubo uno que me llamó la atención.

La otra vida de Belén! dije casi gritando.

-Ah, si jaja de Cecilia Curbelo tengo todos sus libros.

Francisco saco una bolsa de su ropero que tenía todos los libros de ella.

-Los escondo acá porque una vez me dijeron que era para mujeres los libros que ella escribe y como a veces vienen mis amigos acá los tengo que esconder. Ese se me debe haber olvidado de poner en la bolsa.

Lo mire sorprendida. Y le dije:

-Yo amo a esta escritora, también tengo todos sus libros, es más el otro día mi madre me compró el último que publicó y en menos de dos días ya lo había leído todo.

Francisco abrió la bolsa.

-¿Este? Me dijo sacando el libro del que yo estaba hablando.

Sonreí, contenta.

-Si Fran, ese. Ahora se que no soy la única loca por los libros.

Dije riendome, el me miro y también lo hizo.

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