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Bajó hacia el lugar más infectado, diablos fue lo que susurró antes de encontrarse con aquellos inhumanos. Con sigilo avanzó hacia uno por la espalda y lo estranguló. Una de las partes que más temía era tener que separarse de su acompañante y cruzar un lugar completamente sin luz y con la máxima posibilidad de convertirse en una de esas cosas.

Se encontraba con uno de los infectados más complicados de matar, revisó sus armas. Pocas balas. No iba a salir de ahí fácilmente. ChanYeol suspiró y con lentitud pasó por al lado de todos sin llamar la atención hasta que todo se fue abajo.

— ¿Cariño puedes ir a comprar la lista del supermercado? —dijo su mamá asomándose por el marco de la puerta.

— ¡Ah! —exaltó. Hizo correr al personaje torpemente apretando varios botones a la vez.

Intentó abrir una de las puertas estancadas y no hubo caso, aquel gigantón había ido tras suyo y lo mordió, comió... lo había matado.

Has muerto. ¿Desea continuar?

Sí/No.

— Channie, la lista está en el mesón —sonrió su madre al salir.

—Ya voy —bufó. Pasó el pos infarto y se levantó dejando la joystick en su cama.

Fregó sus ojos y abrió las persianas de su habitación, era de día. Solo arregló un poco su cabello camino a la sala de baño y al estar ahí lavo su rostro. Bajó por lo que su madre le encargaba y salió con el seño fruncido, odiaba salir.

— Ella lo sabe, prefiero jugar, si no hubiese aparecido ya estuviese en la otra etapa —se quejó en murmullos mientras iba pateando una piedra.

Park ChanYeol, 17 años. Aficionado por los juegos.

Gamer #1.

***

Caminaba con lentitud, estaba rodeado de cazadores, con pocas balas no había otra alternativa más que atacarlos por la espalda. Atacó a la primera víctima con la daga, todo iba bien, el franco tirador aun no lo divisaba.

Se agachó y justo cuando iba por otro pasó lo que arruinaba sus juegos.

— ¡Tres veces ya! Que apagues eso y ve a comprar, estarás castigado si no lo haces —advirtió su madre.

En un impulso desesperado volvió apretar el botón para levantarse y todo se fue al demonio. Con la mira fija en él un disparo en la cabeza fue su fin.

Has muerto ¿Desea continuar?

Sí/No.

— Bien iré, pero luego no me molestes.

— ¿Cuándo lo hago, cariño? — rió la mujer mayor saliendo de la habitación.

Cogió la lista y salió murmurando odio hacia el cielo. Al cruzar el parque una piedra le llegó en la pierna y fijó su vista de donde venía.

Kim JongIn, 17 años, un adicto a los videojuegos.

Gamer #2.

— Cuando lo siento por el piedrazo ¿estás bien? —dijo el más alto acercándose.

— No es nada —miró de un lado a otro no sabiendo que mas decir. Notó que el chico traía el mismo un polo que el suyo—. ¿Te gusta ese juego? —inquirió.

— ¿Qué si me gusta? ¡es mi favorito!

— ¡Uau! el mío igual, incluso antes de salir lo jugaba.

LOVE GAME ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora