Estoy hecho un ovillo en la orilla del pasillo, frente a la sala donde se encuentra Eli internada con todos esos aparatos que le salen por todos lados, mi cabeza da vueltas me siento mareado y perdido, comienzo a recordar cómo fue que llegamos a esta situación, como es que ella termino en cama y yo sigo con vida.
Recuerdo con dolor que pasamos una buena semana, que íbamos de viento en popa. Había estado con Eli en su cabaña, recuerdo eso, puedo sentir su respiración en mi oreja mientras ella duerme y yo la miro despierto, acaricio su mejilla ella se queja y dice palabras que no tiene ningún sentido, me da risa verla así.
<< Eres tan hermosa princesa eres un verdadero ángel, no sé cómo has dado conmigo yo un ser tan superficial y tu una hermosa criaturita repleta de emociones... te amo mi vida eres todo para mi >>
Si puedo recordar el momento exacto cuando le dije esas palabras, tomo mi cabeza entre mis manos y comienzo a llorar, siento que una mano toca mi hombro, pero la aparto de un golpe vuelvo a hundir mi cabeza entre mis piernas, siento un fuerte dolor en mi pecho que no logro contener.
- Kobe... por favor los médicos deben revisarte -reconozco la voz de Max.
< ¡¿QUE HACE ESE IDIOTA ACÁ?! GRACIAS A EL CAT ESTA EN ESA CAMA... yo la aleje y el la trajo directo a los brazos del enemigo>>
- Vete Max...- no tengo fuerzas ni ganas de discutir con él.
-Bueno tendrás que levantarte de ahí de todos modos... el padre de Eli viene en camino -levanto la cabeza y lo veo directo a los ojos, él se arrodilla quedando a mi altura.
- Vamos te ayudo... -el toma de mi mano y ayuda a ponerme de pie.
-Argh - siento un fuerte dolor en mi muñeca, al parecer ha vuelto abrir la herida.
Vuelven pequeñas luces de imágenes a mi cabeza, estoy en la ambulancia, un para medico esta por cocer la herida de mi muñeca y hombro, no siento nada, busco con la mirada a Eli, pero la maldita mascarilla que me han puesto en la boca no me deja ver con claridad, cargo la cabeza a un lado y ahí la veo... sus ojos están cerrados un para medico sostiene un suero sobre su cabeza y con la otra mano contra su pulso.
- ¡Eli! - Grite mientras me quitaba la mascarilla.
-Debe quedarse quieto no se quite eso...- me ordena el hombre frente a mi mientras vuelve a ponerme la mascarilla.
Nos bajan de la ambulancia y veo como llevan a Elizabeth por otro pasillo, en ese momento entro en pánico, me invade la adrenalina de pie a cabeza. Con una mano me quito los sueros que me habían puesto y de golpe me saco la estúpida mascarilla, el hombre intenta retenerme, pero sus esfuerzos son inútiles corro tras la camilla de Eli y todos los médicos que la siguen.
- ¡Eliiiii! - grito con desesperación.
Alcanzo a llegar a su camilla y cojo su mano mientras corro a su lado, la siento tibia y eso logra calmarme un poco.
- Debe soltarla tenemos que trabajar - un médico trata de persuadirme.
Le niego con la cabeza, al ver que no la soltaría hace señas a unos guardias para que me retengan junto con otro equipo de médicos. Un hombre alto y corpulento me agarra de la espalda y me sostiene firme junto a otro hombre más pequeño, pero igual de fuerte.
- ¡NOOO deben dejarme ustedes no entienden tengo que estar con ella! - el hombre me aprieta con fuerzas al ver que intento soltarme desesperado.
Una enfermera sostiene una jeringa en sus manos y veo que la acerca a mi brazo, puedo ver las intenciones que tiene, pero no me dormirán tan fácil haré lo que sea para estar al lado de Elizabeth. Tiro todo mi cuerpo hacia adelante con todas las fuerzas que me van quedando y logro votar al guardia hacia adelante, este cae al piso y aprovecho el momento para correr, pero no intuyo que el otro hombre más pequeño está cerca, este me hace una especie de estocada y logra que caiga sobre las cerámicas, veo como la enfermera corre detrás y pincha mi antebrazo con la jeringa.
- ¡NOOOO POR FAVOR ...!¡NO LA ALEJEN DE MI! - grito con fuerzas antes que mis ojos comienzan a cerrarse.
No recuerdo cuanto tanto habré dormido, pero lo primero que hice al despertar fue quitarme todas cosas que me habían puesto, mirar por ventana y ver que era de mañana, recuerdo que corrí en batas hacia recepción y busque en todas las habitaciones por ella hasta que una enfermera se topó de frentes y me indico que la tenía en cuidados intensivos. Ella noto las bandas en mi cabeza y brazos, por eso llamo a unos médicos para que me siguieran, antes de esperar a que llegaran corrí a su habitación.
La vi llena de aparatos por todos lados, el silencio en su habitación era interrumpido por la máquina que marcaba sus pulsaciones. Me acerque más a ella, tenía sus pequeños ojos cerrados y sus manos estaban estiradas sobre el cobertor.
- Eli... cariño -bese su frente.
Un médico se acercó a mi espalda.
- ¿Qué es lo que tiene cual es el daño? - pregunte preparado para la peor respuesta.
-Ella está en coma ahora.
Sus palabras fueron como una daga que daba directo en mi corazón, podía sentir la fría y dolorosa noticia entrar en lo más profundo de mis entrañas. Tome una de sus manos y la aferre con fuerzas.
-Necesito que se retire... entiendo su dolor, pero debemos hacer los controles para que mejore- el hombre poso una mano sobre mi hombro.
- Usted no entiende nada...-murmure.
- Todo esto es mi culpa... ellos nunca me van a perdonar ni yo me perdonare por haberle hecho esto.
-Lo siento, pero debe esperar afuera...
-Ella ... Elizabeth despertara -acaricie su rostro con delicadeza y deposite otro beso en su frente.
-No lo sabemos.
Asentí mientras soltaba su mano y caminaba fuera de la sala, me recargué sobre la muralla y lentamente me senté en el piso quedando como un ovillo. Recuerdo todo eso... así fue como llegue hasta acá.
Veo a Lisa caminar hacia mí, su rostro es de compasión, ella se acerca y me abraza sin decir nada, no puedo evitarlo apoyo mi cabeza en su hombro y comienzo a llorar nuevamente, mis lagrimas brotan como un río y me ahogo en mis sollozos.
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Eternamente Tuyo
RandomTantas carreteras, tantos caminos y muchos de tropiezos... Cuando el mundo se siente plano, sin matices, las carreras es lo único que me hacen sentir que estoy vivo, llenan todo ese vació en el que a veces pienso. La música retumba por todo el bar...