POR SIEMPRE TE AMARE (Willyrex) # Segunda temporada de "Siempre junto a ti"

Capitulo 34 Por siempre te amaré

Ya lo sé, queréis matarme. Yo también quiero hacerlo. Es insoportable no poder escribir porque lo poco que escribes es una puta mierda. Sé que no tengo derecho a explicarme ni poner excusas, solo disculparme. Así lo hago, lo siento. No puedo parar la novela, ya lo sé. Porque se cuanto jode que cancelen una novela. Solo espero que... que seáis pacientes (Aunque ya me hayáis mandando a la mierda, lo cual no me extraña) y... no sé, no sé que más decir. Solo que si, de verdad os gusta, leer, disfrutar y... aguantar un poco más. Lo estoy intentando, lo juro.

                                                                                                                               Besos de Regaliz. Fils

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                                                                                        CAPITULO 34

                                                                                            TRATO

Destrozado, masacrado, defenestrado. Esas eran las pocas palabras que se me ocurrían para definir el estado de Guillermo. No podía verle la cara pero no me hacía falta para saber que tendría golpes por toda ella y por todo su cuerpo.

Emití el más agudo de mis sollozos mientras sentía como las lágrimas reclamaban salir de mis cuencas. Otra vez no por favor.

Ante aquel acto, ambos hombres se volvieron hacia mí pero no emitieron ningún sonido. Sus miradas ya hablaban solas de por sí. Desolación, inconfundible sentimiento.

Me acerqué a la gran pantalla y puse mi pequeña mano en el gran pecho de Guille. Era estúpido, lo sé. Solo quería comprobar que podía sentir sus latidos, que él podía sentir los míos. Que sabía que estaba con él.

Pero no, él no podía saberlo. Porque esto era solo un vídeo.

Al verle solo podía decirme a mí misma lo egoísta e idiota que era. Las lágrimas ya habían salido. No sé qué me dolía más, sí que no me pueda ver porque tenga su mirada gacha o que no tenga fuerza ni para mirar a la cámara.

-Estoy aquí- susurré con el pequeño hilo de voz que ahora era mi voz.

No dejaba de sentir las lágrimas, cayendo de dos en dos al tibio suelo de metal o a mis pies. Quiero acariciarle, pero no puedo. Quiero que sienta que estoy aquí, que voy a rescatarle. Pero no puede. La impotencia se junta con el sentimiento de misantropía y hace que de mí solo quede esto, una masa de llanto.

Me aclaro la voz por un momento.

-¿Desde cuándo lo tenéis?- carraspeé- el vídeo ¿Desde cuándo lo tenéis?

Hicieron falta doce segundos para que contestaran a mi pregunta.

-Desde hace dos días.

La voz de Máximus, lejos de ser reconfortante, me hizo temblar.

-¿Por qué?

Las palabras salían de mí con urgencia y pesadez.

-Digamos que... no eres la única que le busca.

-Quiero matarlo Máximus- aparté la mano del pecho de Guille y quité las lágrimas, ya secas, que quedaban en mi cara.

Ojos grises tragó saliva.

Máximus cerró sus ojos con pesar cuando me giré para encararles.

-Deberías de ver el vídeo antes de tomar esa decisión.