When Tomorrow Comes {Camren Fanfic}

Capítulo Veintitrés: 6/27.

Lauren's P.O.V.

Por fin había terminado el instituto y estaba de vacaciones, lo que significa que podría pasar más tiempo con Camila. Después de nuestra nochecita en París no hicimos nada parecido. Obviamente hubo momentos en los que los besos subían de tono pero siempre nos interrumpían, vaya suerte la mía.

Salí de mi habitación y bajé a la cocina para desayunar. Encontré a mi madre y a mi hermana sentadas a la mesa, ambas me miraron cuando entré y sonrieron. Sonreí y asentí.

"Felicidades, cielo", me acerqué a mi madre y le di un beso.

"Feliz cumpleaños, hermanita", pasé por detrás de Taylor y le alboroté el pelo.

"Gracias, gracias...", me senté y me acordé de Camila. No había mirado si tenía algún mensaje suyo. Al contrario de lo que ella hizo, Camila sabía perfectamente cuándo era mi cumpleaños.

"¿Qué tienes planeado para hoy?", me preguntó mi madre sacándome de mis pensamientos.

"Pues... no sé... Supongo que saldré con Normani, Dinah y Camila a dar una vuelta o algo. Tampoco quiero una gran fiesta ni nada por el estilo", mi hermana rió por lo bajo cuando nombré a Camila. "¿Y papá?", normalmente es el primero en felicitarme por mi cumpleaños y aún no lo había visto, era muy raro.

"Ha tenido que salir a hacer un recado -mi madre miró su reloj- pero no tardará", ambas sonrieron cómplices.

"Está bien... Voy a vestirme", subí a mi habitación de nuevo y comprobé si tenía algún mensaje de Camila pero nada. "¿Se habrá olvidado?", sonó el timbre y dejé que abrieran mi madre o mi hermana mientras terminaba de vestirme. Unos segundos después alguien llamó a mi puerta. "Adelante", la puerta se abrió, dejando ver a Tay.

"Preguntan por ti", sonrió. Fruncí el ceño y me levanté para salir.

"¿Quién?", mi hermana se encogió de hombros sin dejar de sonreír.

"No sé...", salí de la habitación y bajé las escaleras para ver al misterioso visitante.

Cuando llegué abajo la puerta de entrada estaba cerrada, me giré para ver si había alguien en la sala de estar pero una voz proveniente del salón captó mi atención con tan solo una palabra.

"Hola", sin duda alguna sabía de quién era esa voz, en menos de un segundo me giré y vi a mi morena de pie frente a mí sonriendo. "Feliz cumpleaños", sonreí y Camila sacó una rosa de detrás de su espalda. Miré la rosa sin saber qué decir y la morena se empezó a poner nerviosa. "N-no sabía que regalarte, soy muy mala con los regalos. Pensé que esto era lo más-"

"Camila... -cogí la rosa y me acerqué a ella- me encanta", soltó un suspiro de alivio y reí. "Al menos ya sé que no te has olvidado de mi cumpleaños", Camila frunció el ceño.

"No me olvidaría jamás", acaricié su barbilla con mi pulgar y me incliné para darle un beso pero un carraspeo nos interrumpió. Giré la cabeza para ver quién era y vi a mi madre cruzada de brazos. Mi cara palideció y me separé de Camila, que era una estatua.

"Veo que tenemos visita", Clara sonrió y se acercó a nosotras. "Un placer verte de nuevo, Camila", Camila le extendió una mano, mi madre la aceptó pero la atrajo hacia ella para abrazarla lo que me hizo tener que aguantar la risa.

"Lo mismo digo", respondió forzando una sonrisa cuando se separaron del abrazo.

"¿Te quedas a almorzar?", Camila titubeó un poco.