Milo:...
Desde la era del mito, nuestro destino ha sido el de estar juntos.
Desde que todo comenzó, el cosmos y las estrellas decidieron por nosotros que nuestras vidas debían de estar unidas.
Cuando supe esto, decidí no darle importancia porque, realmente, creía que no era algo importante, que las estrellas pueden equivocarse y los destinos también pueden alterarse y cambiar.
Considere que las antiguas generaciones de Escorpio y Acuario habían estado unidas por obediencia ciega a ese supuesto lazo que era más grande y profundo que aquel que simplemente tienen compañeros de armas y lucha, que habían fundido sus vidas en una porque así se les había enseñado.
Me negué un tiempo el hecho de que yo también debía de seguir ese destino, no quería unir mi vida y entregar mi corazón a alguien que tal vez no lo amara, o que si lo hiciera pero jamás me lo demuestre y sinceramente, el pensar eso me hacía sentir muy triste.
Me sentía triste y aun no conocía a esa persona, y mientras esperaba su aparición, solo rogaba a todos los Dioses que no fuera un imbécil como Degel de Acuario. Realmente lo veía como un idiota a pesar de que se hacia el intelectual, pero mi maestro, Kardia de Escorpio, lo amaba y parecía feliz.
-Como puede ser feliz, si él le es tan indiferente?- Me preguntaba todas las noches acostado en mi cama.
Una de esas tantas noches en la que mi mente divagaba acerca del amor, algo llamo mi atención en lo alto del cielo. Me acerque lentamente al gran ventanal que había en mi habitación y mire hacia afuera, hacia ese gran manto celestial cubierto de millones de estrellas brillantes pero había unas que brillaban más que otras.
Las que más brillaban eran aquellas que conformaban la Constelación de Acuario.
Una sonrisa algo tonta pero tímida se escapó de mis labios y se posó en mi cara unos breves minutos que pasados hizo que se agigantara aún más y se me erizara la piel al notar algo más en aquel oscuro firmamento...
-Antares brilla hoy con mucha más intensidad que otras noches.-
El corazón de mi constelación brillaba y titilaba con pasión pero con serenidad también.
Entonces recordé las palabras de mi maestro, aquellas que me había dicho cuando estaba recién llegado al Santuario...
"Cuando la constelación de Acuario y Antares brillen juntas, entonces será el momento en que tú y el amor se encuentren"
No voy a mentir, me puse nervioso al recordar eso, el brillo indiscriminado de nuestras estrellas me anunciaba, y seguro que a ti también, que nuestro encuentro estaba cerca.
Mirando fijamente tus estrellas, pronuncio el único deseo que tenía...
-Por favor... quiéreme... porque yo ya te estoy amando.
Me aleje de la ventana y me metí a la cama dispuesto a dormir.
Camus:...
Eran casi las 4 a.m. y yo seguía dando vueltas en mi cama. Estaba nervioso, algo alterado también a decir verdad. ¿La razón? Mi entrenamiento en los hielos había concluido y era hora de partir junto a mi maestro, Degel de Acuario, hacia el Santuario de Athena para terminar mi entrenamiento y finalmente ser envestido con la Armadura de Acuario.
Bueno, en realidad no me tenía nervioso tener que irme a un nuevo lugar a entrenar con personas que no conozco, sino que mis nervios se debían a que mañana conocería a quien, supuestamente y por capricho estelar y mitológico, sería la persona con la que compartiría mi vida y a quien amaría eternamente.
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Ejecución Escarlata
FanfictionNuestro amor es fuerte y duradero, como el brillo intenso de nuestras estrellas guardianas... y porque proviene desde Eras Mitológicas