Por Amor - Brittana (Adaptación)

Parte sin título 25

Capítulo 25

—¡Eh! ¿Dónde os habíais metido? —preguntó Luke aquella noche al entrar en la salita de estar—. Os buscamos después de la competición.-

—¿Cómo están George y Tim? —se interesó Brittany, levantando la vista del libro que leía.

—Bien, hemos arrasado. Ese juego nuevo es increíble. —Luke se sentó y se dirigió a

Susan —. ¿Qué, enana? ¿Cómo te fue en la competición?-

—Me caí, pero he aprendido mucho —dijo Susan, con seriedad. Sam, que estaba leyendo el periódico, lo bajó en ese momento.

—¿Sí? ¿Te hiciste daño?-

—No, sólo me quedé sin aire.-

—Guay —exclamó Luke—. Fui a verte, pero estabas ocupada hablando con Santana, así que... — Luke miró a Sam y se mordió la lengua, demasiado tarde.

—¿Santana estaba en la competición? —le preguntó Sam a Brittany directamente.

—Fuimos a comer helado de mango —intervino Susan.

—¿Fuiste a tomarte un helado con ella? —inquirió Sam, exasperado.

—Mamá y yo.-

Luke miró a su madre, consciente de su nerviosismo.

—¿Por qué no me lo habías dicho? —Sam, exaltado, se puso en pie y se encaró con Brittany.

—Y a mí me cae bien —añadió Susan, con insolencia.

—Tú, a tu habitación —Sam señaló la puerta.

—¡Sam! ¿Se puede saber qué te pasa?-

—¡Me cae muy bien! ¡Me cae mejor que tú! —le soltó Susan. Sam se puso furioso.

—¡Fuera!-

Susan se levantó y salió de la sala dando un portazo.

—¿Pero qué te pasa ahora? —preguntó Brittany, incrédula.

—¡Luke, vete de aquí! —gruñó Sam.

—¡No! —se negó este.

—Luke cariño, por favor. Tengo que hablar con tu padre —intervino Brittany, para alejar a Luke de la ira de Sam.

Luke miró a sus padres alternativamente hasta que, al final, se levantó y salió de la habitación.

_¿Qué has estado haciendo con Santana y con mi hija?-

—¿Ahora de repente es tu hija?—replicó Brittany sin arredrarse.

—¡No esperes que está vez me quede sentado mirando mientras ella te folla!-

—¡Sam! Eres repugnante. —Brittany sacudió la cabeza y se volvió, dispuesta a irse.

—¡Me das asco!- Brittany se giró y lo miró a la cara.

—El sentimiento es mutuo —le dijo antes de salir. Aquella noche, algo más tarde, Sam le dijo que estaría fuera dos días. Brittany dejó escapar un suspiro de alivio. A decir verdad, cuando le oyó cerrar la puerta al marcharse, fue como si le quitaran un peso de encima.

Brittany entró en casa a toda prisa, cargada de bolsas, y las dejó sobre el mármol para contestar al teléfono.

—Hola.-

Se hizo el silencio.

—Me gustaría... Necesito verte —soltó Santana de repente.

—¿Por qué no vienes a comer? —la invitó Brittany, nerviosa.

—De acuerdo — Santana parecía desilusionada.

—¿Tienes mi dirección?-

—Sí.-

—Entonces te espero.-

—¿Ahora?-

—Sí.- Brittany oyó la señal de línea y colgó el teléfono.

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Cuando estuvieron por fin cara a cara fue como si el tiempo se hubiera detenido.

Perdidas en los ojos de la otra, Brittany y Santana se sentían como suspendidas en un sueño.

—¿Te gusta la sopa de tomate?-

—No la he probado nunca.-

Santana se le acercó, paso a paso, mientras Brittany seguía hablando.

—Bueno, está rica y calentita. También te estaba haciendo un bocadi... -

Los labios de Santana la silenciaron de golpe y el ardor que había permanecido dormido durante tanto tiempo se convirtió en un fuego abrasador, que ni las convenciones sociales ni los prejuicios fueron capaces de sofocar. Brittany se aferró a la melena negra de Santana y echó la cabeza hacia atrás, mientras Santana le besaba el cuello.

Santana exploró, hambrienta, la piel que tanto placer le había dado y deslizó una mano bajo la blusa de Brittany en busca de su pecho. Al hallarlo, gimió de placer y aquel sonido le llegó al alma a Brittany, que gimió a su vez y buscó sus labios de nuevo.

—Mamá, estoy en casa.-

Santana y Brittany se apartaron de un salto. Cuando Luke entró, notó la tensión que reinaba entre las mujeres, de pie la una enfrente de la otra, separadas apenas por unos centímetros.

—Lo siento —musitó, sin estar del todo seguro de por qué se disculpaba.

Brittany se dio la vuelta y se alisó el pelo y la ropa. Santana fue hacia Luke y le extendió la mano, para darle a Brittany un momento para recomponerse.

—Hola, Luke.-

—Hola —le sonrió él, mirándolas a ambas.

—Tu madre me ha invitado a comer —explicó, algo apurada. Ni siquiera se atrevía a mirar al chico a los ojos.

Brittany se volvió y los observó a los dos con asombro.

—Luke, ésta es Santana.-

—Hola —Luke exageró el saludo—. Ya sé quién es mamá —añadió con una sonrisa

— A Susan le gustas —le dijo a Santana.

—A mí también me gusta ella. — Santana le devolvió una sonrisa radiante de felicidad.

Atónita, Brittany no pudo más que asistir a la conversación entre su hijo y Santana.

—¿Es sopa de tomate lo que se huele?-

—Según tu madre, sí.-

La sonrisa de Santana se ensanchó al mirar a Brittany, que le devolvió la mirada y negó con la cabeza, mientras soltaba una carcajada.

—Vosotros dos, seguidme a la cocina.

Pasó entre ellos y Luke y Santana la siguieron entre risas.