Escuchó el click de la puerta al abrirse lentamente escuchando suaves pasos acercándose a donde estaba él.
- Chan..- lo llamaron en voz baja. – Hey. Ya es hora de irme, nos vemos más tarde.
Sintió el cálido fresco del contrario sobre su rostro, aun con los ojos cerrados, supo que éste estaba realmente cerca del suyo. Saco su mano izquierda de debajo de las sábanas colocándola en el hombro y lo atrajo hacia sí para darle un beso en la mejilla.
- ¿De verdad tienes que irte ya?.- preguntó con la voz ronca mirándolo aún adormilado.
- Humm. Tengo que presentar un examen en la segunda hora y aún necesito repasar algunos temas.- el chico pasó los dedos por entre sus cabellos haciéndolo sentir escalofríos. - Descansa un poco más.- dijo éste poniéndose de pie.
Chan Yeol se deshizo s las sábanas y fue tras el contrario. – Jong In, tienes que llegar temprano. Ven aquí en cuanto terminen tus clases, ¿si? Se Hun llegará a eso de las ocho.
- Tranquilo Chan Yeol.- desvió su mirada hacia el fuerte pecho desnudo del pelinegro. - ¿Preparaste algo para más tarde?.- regresó su mirada y vio la amplia sonrisa en aquellos bellos labios y adivinó que sí. - Bien. Estaré aquí a tiempo.- besó rápidamente la mejilla de Chan Yeol y salió de la recámara dejándolo sólo.
No podía concentrarse en lo que hacía. Debía contestar unos correos y hacer unas llamadas; Su secretaria se había comunicado muy temprano con él para avisarle que no podría presentarse hoy en la oficina y hasta ahora tenía que hacer él mismo lo programado para ese día. Tendría que darse prisa si quería llegar temprano a casa y preparar algunas cosas.Abrió un nuevo correo e intentó concentrarse de nuevo, pero fue inútil. Deslizó hacia atrás su silla y se acercó al ventanal que daba al frente de un parque infantil. Había algunas mujeres paseando y divirtiéndose con sus hijos. Localizó un par de niños, amigos o hermanos tal vez y entonces recordó cómo fue que cambio su vida los últimos cuatro años.
La madre de Jong In y su padre habían tenido una aventura, de la cual resultó su hermano. Cuando éste cumplió cuatro años ella lo abandono dejándolo a cargo de su padre y su madre. Ésta al principio había estado demasiado enojada cuando se enteró de la aventura de su esposo y aquella mujer. No soportaba tener a Jong In cerca de ella, así que todo el tiempo lo evitaba. Nunca lo regañó ni pegó, pues el moreno era un niño muy tranquilo y obediente.
Chan Yeol tenía casi siete años cuando su padre llegó con aquel niño a casa. Siendo tan pequeños y sin importarles los problemas de los adultos, ellos congeniaron en seguida. Su padre los inscribió en la misma escuela. Estudiaban y jugaban siempre juntos, por nada se separaban. Cuando Chan Yeol cumplió veinte años y Jong In tenía dieciocho, sus padres viajaron por cuestiones de trabajo perdiendo la vida en aquel vuelo debido a un fallo mecánico de la aeronave, quedando huérfanos, solos y a cargo de la empresa de ellos. Todo resultó difícil para Chan Yeol, ya que él era el que se encargaba y era responsable de lo que pudiera pasar; Tanto para su hermano menor y él, como con la empresa. Tuvo que madurar de prisa y pensar como un adulto, siempre viendo y buscando lo mejor para su hermano y para èl.Jong In iba detrás de él todo el tiempo, nunca alejándose de él y eso lo hacía inmensamente feliz. Pero, eso cambió una tarde que fue a recoger al moreno al colegio. Esa vez había decidido ir él y no enviar al chofer. Fue un error, por decirlo así.
Estaba de pie recargado fuera del coche. Su hermano apareció cerca de la entrada con un par de chicos, amigos al parecer, pero cuando uno de ellos pasó la mano por sus cabellos y disimuladamente le acarició la mejilla, inmediatamente sintió hervir su sangre y secársele la garganta. Parpadeó algunas veces desviando la mirada.
- ¡Chan Yeol!.- escuchó el grito de su hermano y en seguida estuvo frente a él. - ¡Viniste por mí!.- dijo el menor con una sonrisa alegre.