Prólogo

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«Sulli»

- Sulli, deja ese libro un momento - me pidió Amber luego de un rato. Suspiré.
Era increíble como nunca me dejaba leer cuando nos juntábamos precisamente a eso.

- Amber, ¿cuál es el sentido de juntarnos a leer si nunca me dejas hacerlo? - le pregunté, mirándola con los ojos entrecerrados.

- Es que... vale, lo siento - dijo levantando las manos - Henry me acaba de invitar a salir y no sé que hacer.

- Dile que si - le dije levantándome del sofá - Amber, llevas esperando mucho para que te invitara, di que si y ya.

- Si lo sé, pero - se calló, inhaló profundamente y luego botó todo el aire de sus pulmones - Estoy nerviosa, mucho.

- Tranquila - le dije sonriendo y abrazándola - Todo saldrá bien, ya verás.

- Gracias - dijo devolviéndome el abrazo - Espero que algún día tú también salgas con alguien.

- Auch, eso dolió - le dije fingiendo indignación - Ya sabes que no me interesa nadie.

- Porque no les das oportunidad - me dijo.

Vale, puede que tenga razón.

- No es que fuera la más popular de la escuela, no soy Yuri - le dije sin importancia.

- Amiga, hay muchos chicos del equipo de atletismo que quieren salir contigo, también del club de teatro, natación, fútbol...

- Vale, vale - dije moviendo las manos - Te dije que no me interesa nadie porque nadie tiene temas interesantes que decir. Todo es hormonas y fiesta. No, gracias.

- Como sea - Amber suspiró, poniendo las manos en las caderas - Debo irme, Henry va a pasar por mi a las seis.

- Suerte - le dije sonriendo.

- Gracias - me dijo y, luego de tomar sus cosas, se fue.

Y me encontraba sola, otra vez.

No era que me molestara, al contrario. Era demasiado perfecto vivir prácticamente sola. Aunque a veces extrañaba la compañía de mamá. Mi madre trabajaba en el hospital casi todo el tiempo y mi padre... desapareció cuando tenía cinco años.

Por suerte no tenía hermanos, ya era suficientemente pesado para mi madre trabajar tanto solo para que a mi no me faltara nada. Y yo solo quería que llegara el tiempo en que esa situación se revirtiera.
Por eso me esforzaba tanto en mis estudios, quería pagarle todo lo que ella hacía por mi. Quería que fuera ella quien se quedara en casa mientras yo trabajaba.

Eran las cuatro de la tarde de un viernes. No tenía nada que hacer por lo que decidí ir a dar una vuelta con la bicicleta.

Subí a mi cuarto y me miré al espejo. Era verano y el cabello corto me venía muy bien. En la escuela todas las chicas se quejaban de que su cabello era insoportable por el calor que hacía estos últimos días, además de sus insoportables quejas de que el sol les arruinaría el tono piel y aún así armaban planes para ir a la playa.
Yo solo deseaba que llegaran las vacaciones para ir a la casa de mi abuela junto a mamá en el campo.

Tomé mi teléfono y los audífonos. Escuchar música durante mi paseos en bicicleta me encantaba.
El vecindario era tranquilo y era un alivio. Si hubiera tenido un vecino ruidoso, bueno para las fiestas, no lo habría soportado. Mi paciencia era a veces, la gran mayoría, muy limitada.

Me puse los audífonos, dejando que la voz de Michael Jackson llenara mis sentidos. Subí a mi bicicleta y comencé mi recorrido de siempre.
Recordé que mamá no tenía turno en la noche así que de camino compraría algo para la cena.

****

«Minho»

- Minho, ven a ayudarme al garaje - dijo mi padre luego de terminar la cena. Se levantó y yo hice lo mismo.

- Gracias por la cena, mamá - le dije después de que papá se fuera.

- Está bien cariño, ve antes de que se moleste - me dijo y yo le obedecí.

A veces me cabreaba la actitud de mi padre hacia mamá. Nunca le agradecía nada, siempre exigía. Nunca lo había escuchado decir que la quería ni a mi tampoco.

Caminé lo más rápido que mis piernas permitían para alcanzarlo antes de que llegara al garaje. Y lo logré.

- Necesito que ilumines y me pases las herramientas mientras arreglo el auto - me dijo secamente.

Un 'por favor' de vez en cuando no estaría demás.

- Está bien, papá - fue lo único que dije.

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- Ah, de verdad que es imposible este nivel - dijo Kyuhyun cabreado. Teníamos una hora libre y había pasado la mitad de ella jugando no sé que juego que era imposible según él.

- Kyu, deja eso - le dije poniendo mi mano en su rostro.

- Vale - dijo. Wow, eso había sido fácil. Por lo general luchaba por seguir jugando.

Nos quedamos en silencio un rato, no era que no tuviéramos nada de que hablar pero... no era incómodo.

- Minho - dijo Kyuhyun - ¿Conoces a Choi Sulli?

- Si, solo sé que somos los únicos con ese apellido en la escuela después de que Siwon se graduó - le contesté.

- Ya veo - fue todo lo que dijo y no volvió a hablar.

¿De verdad pensaba que podía hacerme esto?

- ¿Por qué preguntas?

- Oh, es solo que Victoria me habló sobre ella - dijo, encogiéndose de hombros.

- De acuerdo... - dije desconfiado. ¿Tenía algún sentido?

- Hey, chicos - Taemin apareció frente a nosotros son una sonrisa de oreja a oreja y se sentó a mi lado.

- ¿No tienes clases Taemin? - le preguntó Kyu.

- Oh, teníamos examen y como lo terminé salí - dijo como si fuera normal.

Y de hecho lo era, todos los profesores dejaban salir cuando terminábamos el examen.

- ¿Viste lo linda que estaba Sulli hoy? - escuché que un chico del equipo de basquetball le decía a otro.

- Si, aunque siempre ve bonita - le contestó y luego estaban tan lejos que no pude seguir escuchando.
Tampoco era que me interesara de verdad, solo que Tae y Kyu estaban conversando del maldito juego que KyuHyun no podía pasar.

- Voy al baño - les dije y me levanté de la mesa.

Lo que odiaba del lunes era eso, que tenia una hora completa para hacer nada. Y con KyuHyun nunca conversábamos.

Era mi mejor amigo y todo, pero a veces cansaba su adicción a los video juegos.
Kyu era un año mayor que yo así que estaba terminado el instituto. El próximo año estaría solo con Taemin y Key.

Llegué al baño de chicos y pasé de largo, la verdad quería caminar el rato que quedaba antes de la siguiente clase. El baño fue la excusa para que no me siguieran, aunque no lo habrían hecho de todas formas si estaba hablando del estúpido juego.

Salí al campus para tomar aire fresco y busque un banco para sentarme un rato. Miré a todas direcciones y me fije que en uno ya había alguien. Una chica. Me acerqué solo para ver quien era, no me interesaba conversar ni nada. Aunque todas las chicas del instituto querían lo contrario.

Cuando ví que estaba a una distancia decente para pasar desapercibido, me senté en el cesped y miré cautelosamente a la chica. Estaba leyendo 'Orgullo y prejuicio' y llevaba audífonos. Podría haber pasado a su lado y ni por enterada se habría dado.

Tenía un bonito perfil, el cabello le llegaba a los hombros. Iba vestida con un vestido color crema y sandalias rosas que combinaban con su tiara.

Cuando observé su rostro por segunda vez me di cuenta de quien era.

Choi Sulli, la chica a la que todos llamaban nerd por sus buenas notas y antisocial porque no había salido con nadie desde que entró al instituto teniendo a la mitad de la escuela a sus pies.

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⏰ Última actualización: Jul 18, 2016 ⏰

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Ella era la Nerd «MinSul»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora