The Way I Love You | myg.kth

XXVIII

(Momento especial con Prince Seokjin-ah)

PRÍNCIPE DE MI VIDA 👑

Nadie sabía. Y joder que en serio no tenían ni la más remota idea. Yo mucho menos. Pensar que el día donde me tomaran más importancia por ser el mayor, y no el líder de este grupo de soñadores.

Quería volver, estar ahí para ellos, volver a la calidez de mi amada cama y despertar con amabilidad a mis cohabitantes. Pero estábamos por llegar a nuestro destino a una hora de la mañana que incluso <si no es que sólo él> Suga encontraría ofensivo aún con los horarios que manejamos desde hace años, o al menos eso esperaba.

Me había negado varias veces el dejarlos solos, sobre todo al amanecer de un día nuevo, porque aunque no me explique cómo, se les olvida su propia independencia al desayunar. Como que se olvidan de comer si uno no les dice que desayunen, y se les olvida bañarse si uno no les moja antes con un trapo sucio o calcetín mojado directo al rostro o la espalda acompañado de un "te toca baño" como si fuera alarma personal.

No me agradaba para nada la idea de estar lejos de ellos <ni de mi bebé que me acobija y apapacha todas las noches>, ni mucho menos el ocultar cosas, no porque no sepa cómo hacerlo, pero mi moral me traiciona y se burla de mi poca habilidad. Ser el mayor tenía sus ventajas y desventajas, hasta ahora eran más ventajas. Pero la mayor recompensa de todas, eran mis seis chicos, seis chicos que estaba dejando solos a la mañana de un sábado libre de obligaciones. No por que me apeteciera hacerlo. Y aunque me hayan dicho más de veinte veces antes de venir y en el camino que no tomaría el asunto más de dos horas, las sorpresas existían cuando de Bangtan al amanecer se trataba. Quién sabe, se les podría ocurrir acoplar su reloj biológico y despertar al son de las 8 de la mañana, y es entonces que el pánico desastroso iniciaría.

Si antes el manager me caía mal <no del todo, solo era divertido molestarlo con ello>, ahora podría hasta planear su funeral e incluso entregarle un boleto <falso, por su puesto, para que lo regresen> de entrada al cielo justo en la puerta <porque queriendo o no, él y todo el staff merecían un cielo y mar de agradecimiento y buenos deseos>. Un funeral que durara poco para no prolongar su estadía y librarlo de nuestra rebeldía.

A veces los adultos podían llegar a ser demasiado... adultos. O quizás era que no entendían ni un carajo de lo que significaba para otros el ser joven, no lo hacían. Por que de no ser así, en este mismo instante no sentiría esa fuerte opresión en el pecho, ese instinto alerta cuando se trataba de mis chicos, por que a pesar de ponerme los nervios de punta o hacerme enfadar como nadie más lo logra, ellos han invadido cada parte de mi corazón. Y no quería marcharme así como así. No era justo, no para mi poco sentido de paz lejos de ellos.

— Ya, Seokjin. Quita esa cara de pocos amigos y deja de arrugar tanto esa frente que te harás viejo más rápido. Créeme, parece mito o leyenda urbana, pero mírame. Tengo 32 y parezco el padre de mi padre. — esa fue la voz de manager hyung tratando de sonar cómico mientras con su dedo trataba de relajar mi frente.

—No me parece justo.— en lo absoluto. Casi podría tirarme a llorar si lo quisiera. Pero somos pseudoadultos y hacer eso frente a la puerta de Bang PD sería descortés e inmaduro.

— Por favor, ya hablamos de esto Seokjin. No son unos niños, y tú tampoco eres su madre o padre o lo que quieras ser.— su voz sonaba severa además de cansada. Y no me importaba parecer una madre ansiosa por saber que le deparaba a su hijo en la soledad, como si los abandonara por primera vez en una guardería, y el hombre a cargo era Namjoon alias genio estúpido <será el más listo, pero es estúpido para bastantes cosas>.

Hijos míos, apadrinados míos, nada más no me quemen la casa. Por favor, duerman como hacen siempre, hibernen si quieren, pero no hagan su fiesta descabellada usual.