*Narra María*
Salgo de mis clases, y me dirijo a mi apartamento, como toda veinteañera sigo estudiando, con la diferencia que estoy totalmente independizada y no precisamente gracias al dinero de papa y mama sino al de mi novio, el es maravilloso, pero no nos podemos ver muy seguido.
Cuando llego a mi apartamento me dispongo a cambiar mi vestuario, me pongo un conjunto negro bonito que consistia en una falda de tubo hasta las rodillas y un crop top de encaje negro, con unos tacones altos,me peine con una coleta alta y me dirigi a ver a mi novio.
Después de conducir casi una hora, llegue hasta la prisión para presos de máxima seguridad, mi novio no es el director ni un guardia sino Justin Bieber el delincuente más perseguido, pero gracias al dinero y influencias que tiene, le permiten pasar tres horas diarias conmigo en una habitación nosotros solos.
Entro a la cárcel y hacen un procedimiento para permitirme entrar, consiste en registros y identificación, nada que no hayan hecho antes.
Entro a la sala donde esta Justin y me echo a sus brazos, el me acoge en estos, pero rápidamente no tarda en bajar sus manos a mi trasero.
-Te he hechado de menos bebe -dice sentandose en la cama que nos proporcionaban y tirandome a mi en su regazo-.
-Yo a ti también -dije rozando nuestras narices-.
-Has traído lo que te he pedido? -pregunto rápidamente, ya me extrañaba que me hechara tanto de menos-.
-Obviamente no te iba a fallar - me quite el crop top y de mi canalillo saque una tarjeta SD con la información semanal de sus clientes-.
-Eres un angel lo sabes no mi amor?
Necesito un favor cariño -dijo acariandome el pelo-
-Cual? -pregunte temerosa, el siempre me encargaba misiones difíciles en la que casi siempre salia ilesa pero cuando lo mire a los ojos vi un brillo de maldad en estos
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