+ Capitulo 11 ×

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Desperté sintiendo la ausencia del cuerpo de Martijn a mi lado. Me senté en la cama y busqué el short de Martijn en el piso, no estaba. No había indicios de él. Mis ojos empezaban a aguadarse mientras entraba en pánico. Me volví a acostar, me puse las manos en los ojos y aunque me evité llorar, lo hice. Pero no me voy a anticipar. No voy a suponer nada. Recuerda esto cerebro: ¡Nunca hay que anticiparse a nada!

Me limpié las lágrimas y me senté de nuevo. De pronto, escuché que alguien tocaba la puerta de mi habitación.

- Adelante - me tranquilicé pensando que podría ser Mahogany. Al fin y al cabo, le dejé llaves de mi casa para cuando me vaya a Dubai.

- Buenos días, nena - me saludó Martijn vestido con su short y con una bandeja en las manos, en la cual contenía comida. Había olvidado por completo que anoche le puse el short y que yo llevaba puesta su bendita camiseta. Suspiré sonoramente en forma de alivio. Tenía razón al no anticiparme a nada. Y que tonta al no fijarme con detenimiento en lo que llevaba puesto.

Dejó la bandeja sobre mi buró, se sentó a mi lado y me besó la mejilla.

- ¿Lloraste? - continuó Martijn. Me tomó la mano. Asentí lentamente y sonreí. - Ay nena, ¿por qué? - me abrazó. - te dije que no quería verte así de nuevo.

- Pensé que te habías ido - suspiré conteniendo las ganas de llorar. - no estabas aquí y no vi ninguna cosa tuya. Fue algo tonto, porque tú usabas tu short y yo tu camiseta. - me reí nerviosa.

- ¿Por qué me iría sin decirte nada? - me besó la cabeza - me diste lo mejor de ti, al igual que yo y además nos iremos juntos a Dubai, sólo un cretino te tomaría y no aparecería hasta el día del vuelo. Yo seguiré viéndote antes del vuelo. Tal vez me vaya en un par de horas, pero regresaré mañana contigo.

Sus palabras me llenaron de alivio por completo. Me sentía mejor y mis ganas de llorar se esfumaron.

- Oh bien - le besé el pecho, que por cierto estaba desnudo. Reitero, había olvidado por completo que tenía puesta su camiseta. - ¿dónde estabas?

- Bueno, estaba en la cocina. Tú seguías dormida y quería hacerte algo de desayunar antes de que despertaras. - señaló la bandeja. Me alejé de él y la vi. - veo que llevas mi camiseta puesta - sonrió - con razón no la encontraba.

- Te la devolveré, sólo déjame cambiarme - me dispuse a levantarme pero me detuvo.

- No, déjatela puesta. Me gusta como te ves con ella. - me veía sonriendo. Lo miré confundida. Me gustaría usar su camiseta pero ¿qué usaría él?

- No puedo ¿qué usarás tú?

- Tengo una playera en el Ibiza y otra en el Cobra. Iré por una de ellas.

- Bien - me hinqué en la cama y me acerqué a él. - ¿te quedarás a desayunar conmigo? - le besé la mejilla y lo abracé.

- Claro nena - me besó. - vamos.

Me bajé de la cama, me paré junto con Martijn y tomé la bandeja del buró. Ambos salimos de mi habitación y nos dirigimos a la cocina.

- Si me permites, yo quiero cocinar lo que comerás. Ya que tú lo hiciste conmigo. - le dije cuando nos sentamos en el comedor.

- Bien nena. Estoy seguro de que estará delicioso lo que sea que vayas a hacer. - adoro profundamente a este chico, pero no me gusta que me alabe demasiado.

- Oh vamos, estará rico pero no es para que exageres. No me gusta mucho que exageren las cosas.

- Je, está bien. A mi tampoco me gusta eso, la gente se escucha muy falsa. Pero realmente creo que lo harás bien.

- Jajaja bien. Oye, iré al baño a lavarme las manos, vuelvo en un momento. - salí de la cocina y fui al baño.

Siempre que entraba al baño, me veía al espejo de reojo y en una de esas veces que lo hago, vi unas manchas tipo moretones  en mi cuello. Me acerqué al espejo y me miré mejor. Me di cuenta de inmediato de lo que tenía: eran un par de chupetones que tenía en el cuello. Recordé la noche anterior y el momento en el que sentí cuando Martijn me los hizo: cuando me senté por última vez en su regazo y me había quitado la blusa.

La alegría me había llenado y junto con ella, un breve episodio de excitación. Deseaba devolverle el favor haciéndole uno.
Me lavé las manos, salí del baño y regresé a la cocina. Martijn se encontraba parado viendo la comida en la alacena. Me posicioné detrás de él, me puse de puntas y abracé su rasguñada espalda desnuda. Él se sobresaltó pero correspondió a mi abrazo. Se dio la vuelta y lo besé. Lo conduje a un banco de la barra de la cocina e hice que se sentara para yo sentarme sobre su regazo y como imaginé, una erección ya estaba presente. Dejé de besarlo y me dirigí a su cuello. Le hice un chupetón y puso sus manos en mi espalda. Le hice el segundo, mientras me movía un poco sobre su regazo haciéndolo gemir.

Lo besé por última vez y me bajé de su regazo con una sonrisa. En su mirada, se podía observar confusión y excitación.

- Fue interesante que me alborotaras de una forma tan sexy - se rió y se acercó a donde yo estaba - ¿tienes algo que hacer hoy? - me preguntó.

- Mmm no, creo que no. ¿por qué?

- Planeba ir con mis padres y pensaba que podrías acompañarme. Sería divertido. - me sorprendí por eso. No sería mala idea conocer a su familia.

- ¿Qué dices? - lo miré nuevamente a la cara - ¿quieres llevarme con tus padres?

- Sí, me gustaría salir más contigo y pensé que no estaría mal salir con mis padres y que los conozcas. Entonces, ¿qué dices nena?

- Se escucha interesante mi querido Garritas, está bien. Pero primero, debemos desayunar algo y yo tengo que arreglarme al igual que tú.

- Sí, lo sé. Quedé con ellos a las cinco. Tenemos aún mucho tiempo nena. - acarició mi cabello y me besó.

- Bien. ¿qué tal si iniciamos con el desayuno? - encendí la estufa y puse una cacerola.

Saqué algo de comida y me puse a cocinar.

- Iré al baño, no tardaré. Regreso en un momento. - me dijo Martijn un rato después.

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Ninias, hemos conseguido nuestra primera K de leídas. Les agradezco mucho esto :3

Nos vemos entonces in the next part.

Now That I've Found You | Martin Garrix (2T El Chico Del Segundo Grado | M.G.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora