¿A alguien que le guste madrugar e ir a la escuela? ¿Nadie? Lo sabía. La vida que llevo no es de Satán.
Hoy es Lunes, por lo que es un día en el que suelo estar de muy mal humor. No desayuno y simplemente me arreglo para ir a clases. Si no llevo el uniforme bien puesto pueden castigarme y no me arriesgaré a que el señor Kim esté de guardia y me mantenga con los brazos en alto frente a todos, pasando vergüenza. No, así que arréglate Kyungsoo, péinate bien.
El trayecto hasta el instituto no es especialmente largo y, como siempre voy con los audífonos puestos, se hace corto. Sin quitar el hecho de que Baek, mi mejor amigo me acompañaba medio camino hasta que él se desviaba para llegar a su escuela. Podría ir con otros amigos pero esos no serían amigos, solo son gente a la que le interesa acercarse a mí. Ya sea por mi ''popularidad'' indeseada o porque son mujeres y quieren una oportunidad.
Antes, tanta atención femenina, me resultaba halagador pero, como todas las cosas en esta vida, acabé por cansarme de tanto ''Oppa por aquí, Oppa por allá''. Soy un amargado.
Llegué a clases con el ritmo de Skrillex resonando en mi cabeza. No es que sea fan de ese género, solo que he comenzado a tener una leve obsesión por una canción en particular.
En mi aula, como siempre, los Simios se mostraban salvajes. Faltaban los árboles para que a alguno que otro balanceándose sobre las ramas aunque, claro, había uno subido encima de la mesa del profesor.
Gritaban, reían, se maquillaban, veían videos de sus grupos Idols o jugaban videojuegos mientras esperaban a que la clase diera comienzo y yo simplemente, me fui a sentar a mi mesa al fondo de la clase, y apoyé mi cabeza en mi mano derecha, cerré los ojos e intenté descansar un poco. Recuperar aunque sea un segundo de sueño... No, parece que no me dejarán tranquilo.
-Kyungsoo... ten. –Dijo la chica que había toca mi hombro.
Me quité unos segundos mis audífonos para poder escucharla mientras tomaba entre mis manos el pequeño paquetito que Krystal, la niña bonita de mi clase, me entregaba. Bien decorado en tonos pastel.
-Son galletas... Uhm, espero que las disfrutes.
Y, sin esperar ninguna respuesta de mi parte, se fue. No dejó ni que un gracias saliera de mis labios, o tal vez ella pensó que lo rechazaría... ¡Ay! Tampoco soy tan cruel como para deshacerme de algo en lo que ha puesto esfuerzo.
Dejé las galletas sobre mi mesa con la intención de comérmelas en el receso mientras el profesor de filosofía hacía acto de presencia, acompañado de otro chico. Por el uniforme y por cómo se colocó frente a toda la clase, que por cierto ya se había calmado y estaban todos en silencio y en su sitio, supuse que sería nuevo.
Mientras el profesor le daba la palabra de aliento y le daba ánimos, el nuevo se presentó pero deje de prestarle atención. Si iba a estar en esta clase, significaba que tendría que sentarse a mi lado. Soy el único sin compañero, y a mí me gusta estar solo. Seguro es un Simio más... ¡Noo!
-Puedes sentarte junto a... ¡Mira! Allí hay un sitio libre. –Dijo señalando a mi lado.
Mierda me lo temía. No, no te acerque. No... ¡Aishh! No toques mis cosas.
-Hola.
Supongo que la primera impresión que le di fue la de un niñato estúpido ya que ni le contesté y solo volví a cerrar mis ojos y a apoyar mi cabeza en mi diestra.
Filosofía a primera hora no es de Satán. Fin.
Cuando el timbre sonó y me despertó de mi pequeño descanso, me di cuenta que algunas chicas miraba en mi dirección, sonriendo como chicas hormonales que son... Espera, no me mirar a mí.
¿Y este quién es?
-Veo que has despertado. –Dijo mi nuevo compañero.
Volví a no contestarle y solo lo observé con el ceño levemente fruncido mientras lo analizaba ¿Qué es este sentimiento? Tengo un mal presentimiento con ese chico que parece estar siempre feliz. Su sonrisa me está poniendo enfermo y a la parte femenina de mi clase también pero de una forma distinta a la mía.
-Jongin, soy Soojung, pero me dicen Krystal... Delegada de la clase. Bienvenido.
Ella se había acercado a nosotros, bueno a él, con esa sonrisa que me conocía tan bien. Mientras le decía palabras de bienvenida, pude observar como tocaba su cabello en una clara actitud de coqueteo de su parte. Que Simia.
Decidí no seguir prestando atención a mí alrededor y abrí el paquete de galletas que antes me había obsequiado para acallar mi estómago que pedía comida. Mientras me llevaba la primera galleta con chocolate a la boca, sentí como alguien me arrebataba las restantes. Mis ojos se abrieron desmesuradamente al ver la desaparición de mis galletas que hace un segundo estaban en mis manos.
-Ten. Las he hecho yo.
¡Será perra! Eso era mío... y se las da a esos. No siquiera es tan guapo ¿Qué está pasando aquí?
-¡Oh! Muchas gracias, Krystal. –Respondió el tal Jongin, aceptando mis galletas- Las disfrutaré.
¡A la mierda! Que se vallan allí Soojung, las galletas, él y esta clase de Simios. Mientras más los conozco, más me gusta usar auriculares.
-Podemos compartirlas... ¿Cómo es tu nombre?
El tal Jongin había concentrado su atención en mí, seguramente se ha dado cuenta de mi cara de desprecio.
-Mi nombre es: no me molestes. –Dije con el tono más despectivo que pude.
Vale, sí. No lo conocía de nada pero me estaba poniendo nervioso con su sola presencia. Sentía que no iba pasarme nada bueno mientras él estuviera cerca.
-Veo que tienes un mal despertar... Kyung... Kyungsoo.
Puta placa del uniforme con el nombre grabado, ahora él sabía mi nombre y yo sentía que quedaba en ridículo delante de los Simios.
¿Qué pasó después de todo eso? Pues lo peor.
Jongin se me pegó como una lapa, y me estaba incordiando mientras caminaba por los pasillos en dirección a la cafetería a la hora del almuerzo. Ahora, no era yo el centro de atención, la garrapata se llevaba la mitad de las miradas por no decir casi la mayoría, por lo que intentar ignorar su presencia comenzaba a resultarme difícil.
-Oye, ¿por qué me sigues? –Le pregunté poniendo una expresión de como si algo oliera mal mientras iba a sentarme a una mesa libre entre tanto bullicio, con mi bandeja de comida- ¿No tienes a otro a quién molestar?
-No. Más bien creo que tú eres el único que se molesta conmigo... ¿He hecho algo mal?
Genial, se ha sentado en frente mío.
-No, simplemente no me gustas.
Jongin pareció sorprendido por mi sincera opinión de él o algo así que sus ojos se abrieron por primera vez. No es que me burle de sus ojos rasgados como cualquier asiático, si no que mis ojos son más grandes, muy grandes y... ¡Soy mejor que él y más guapo! ¿Qué tanto le ven?
-¡Oh, vamos Kyungie! Seguro que si lo intentamos, podemos llevarnos bien.
¿K-Kyungie...? ¿He ido bien? ¿¡Acaba de llamarme Kyungie!?
No,definitivamente Jongin. No me caes bien.
Set Me Free – S.M. THE BALLAD
Lamento si hay alguna falta de ortografía o si alguna parte no se entiende ʕ•ᴥ•ʔ
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Orgullo vs Orgullo [Kaisoo]
Fanfiction¿Sabéis qué es lo que más odio? Que me quiten lo que es mío, lo que tanto me costó conseguir. ¿Pero qué es lo qué odio más? ¿Qué es lo que más me molesta por encima de todo? ¡Él! Sí, Kim Jongin... un negro poseedor de una sonrisa tan estúpidamente p...