La Casa en el Árbol

Solíamos ir a una casa en el árbol, el era mi mejor amigo, a veces cuando estábamos en la escuela me acompañaba a comer, compartíamos e intercambiabamos panes aunque usualmente el no tenia mucho apetito, por alguna razón los demás niños no querían acercarse a nosotros, el decía que los demás le tienen miedo a los niños inteligentes, es por eso que se alejaban de nosotros.
Cuando mis padres murieron el estaba ahí esperándome en aquella casa del árbol listo para consolarme y brindarme su apoyo como suelen hacer los amigos.
Vivía con mis tíos, ellos me dieron educación, me dieron comida, y me quisieron como si fueran mis padres, ellos solían decirme que me alejara de aquella casa en el árbol, era muy antigua y las cosas polvorientas me podrían hacer daño, no les hice caso ya que era el único sitio donde podía reunirme con mi amigo para divertirnos.
Cada tarde nos reuniamos en la casa del árbol ya habiamos hecho un club solo de nosotros dos al que solo los dos podia entrar y nadie mas, el siempre me decia que no importa que tan triste esté yo, mientras esa casita del árbol este ahi el tambien lo estaria para subirme los ánimos y divertirnos un rato, y asi fue por mucho tiempo.
Hasta que un día, para mi sorpresa vi a mi tío desmantelando la casa del árbol, sin aviso alguno, me puse furioso por un momento, por suerte, alcancé a ver a mi amigo cerca al patio esperándome para jugar, me emocioné y corrí junto a él, dijo que ya no necesitaba la casa del árbol para poder divertirnos ahora podriamos reunirnos y divertirnos donde sea; mientras jugábamos pude ver a mi tía de reojo, estaba hablando con un doctor algo preocupada, creo que mencionó algo acerca de un amigo imaginario.