La puerta se cerró con un golpe seco y ambos nos giramos encontrando nuestra miradas de terror antes de separarnos desesperadamente para acomodarnos la ropa. Mis manos temblaban cuando fueron a mi cabello y sentía que no tenía voz en ese momento porque los nervios, el terror y la vergüenza se mezclaban en una sola combinación que bordeaba lo letal.
-Iré a hablar con ella –dice Piera dejando un vaso en el lavado, supongo que había tomado agua, la verdad es que no había estado mirándola. Asiento y arrastro mis pies tras ella para pero nos detenemos en la puerta de entrada porque Rocco estaba ingresando con Tomás pegado a su espalda.
-¿Qué sucede? –consulta con sus ojos entrecerrados mirándonos a uno y luego al otro. Era evidente que por nuestras caras algo muy malo había pasado.
-Tomás vete a casa.
-¿Qué? –consulta Rocco con un dejo de enojo en su voz. Tomás sólo nos mira sorprendido pero aprieta el hombro de mi hermano y le susurra algo. –No –se niega a él. –Tomás se quedará aquí esta noche.
-No, no esta noche. Lo lamento, no es nada contigo pero debemos hablar con los muchachos –continúa Piera con voz firme, en ese momento me siento estúpido y no puedo mencionar palabra.
-Pero...
-Está bien Rocco –lo tranquiliza captando su mirada. –Mañana pasaré por ti para ir al colegio ¿Si? –el chico asiente bajando su mirada avergonzado y sólo lo mira cuando Tomás levanta su rostro tomando su mentón. –No pasa nada.
-De acuerdo –sonríe forzadamente y acepta el beso que Tomás deposita con naturalidad en sus labios. Con tanta naturalidad que ambos nos miran espantados y el chico sale despavorido sin mirar atrás dejando a un Rocco completamente avergonzado.
-¿Puedo traer yo también a mi novio a casa? Digo... ya que todos estamos en esa "onda" –se queja Lucy obligándonos a girarnos a ella que aún tiene sus manos arriba por las comillas.
-Todo tiene una explicación Lucy –dice Piera con voz temblorosa acercándose a ella con nosotros a su espalda.
-Oh, no hace falta que me la des Piera tuve educación sexual a principio de año.
-¿De qué hablas? –quiere saber Rocco con cuidado. –Ese fue un maldito beso, no es como si estuviéramos teniendo relaciones Lucy, no exageres.
-No hablo de ustedes –suspira con enojo dejándose caer exageradamente en el sofá. –Sé lo de ustedes hace mucho tiempo Rocco, no soy estúpida. Digo, habría que ser ciega para no darse cuenta que ustedes dos están juntos por cómo te pones cada vez que juego con él.
-Lucy –suelta avergonzado mirándome de reojo. Claro, él no sabía que yo ya estaba enterado de su orientación sexual y su obvia relación con Tomás. -¿Entonces de qué hablas?
-De tus hermanos apunto de tener sexo sobre la mesada de la cocina.
-¡Lucila! –exclamo con horror encontrando por fin mi voz. –Dios...
-Es cierto ¿O me vas a decir que no es así? –desafía cruzándose de brazos. –Yo no... -traga saliva –no lo entiendo.
-¿Ustedes qué? –ahora es Rocco quien está sorprendido y hasta horrorizado.
-Oh dios –suspira Piera sentándose para poder sostener su cabeza entre sus manos. –Lo lamento tanto Lucy.
-¿Qué hicieron? –insiste sentándose junto a Lucy que se acomoda más a su lado en busca de protección. –Fidel –me llama cuando ve que Piera sólo está concentrada en poder respirar. -¿Recordaste? –lo miro confundido. -¿Recordaste lo que ustedes tenían?
-¿Qué?
-Rocco ya sabe lo nuestro Fidel –dice Piera débilmente.
-Oh... no, no recuerdo eso.
-¿Recordaste? –negué con la cabeza y él pareció sorprendido.
-Yo lo presioné un poco, eso es todo...
-Tú no –la miro enojado porque ella parecía querer decir que me había obligado; una imagen de Roxanne diciéndome aquello me hizo enfurecer aún más. –Tú no me obligaste a nada Piera por dios.
Respiro unas cuantas veces antes de arrodillarme a Lucy que me observa con temor. Rocco no se mueve de su lado, pero él no está mirándome porque seguramente nosotros ya habíamos tenido esta charla.
-Hay muchas cosas que aún no recuerdo ¿Sabes? –ella asiente suavemente. –Pero hay sentimientos que aún tengo aquí, en mi corazón... yo sé, sé que es difícil de entender porque no es algo que le pasa a todo el mundo, hasta creo que somos el único caso en el mundo pero –trago saliva y tomo sus manos –me enamoré de Piera.
-Pero ustedes...
-Lucy –dice Rocco y ella lo mira.
-Sé que no son hermanos Rocco, lo sé, pero es lo mismo.
-¿Cómo que sabes que no somos hermanos? –quiere saber Piera recuperándose por completo. Lucy mira a Rocco y baja su cabeza a su regazo.
-Sé que nos pediste que vayamos arriba ese día, pero no podíamos quedarnos si saber qué iba mal contigo que estabas hecha una loca –confiesa Rocco con tranquilidad. –No podíamos dejarte con esos sujetos luciendo como estabas Piera, quizás hicimos mal pero tú hubieras hecho lo mismo.
-Pero...
-No dijimos nada porque luego pasó todo lo del accidente de Fidel pero nosotros ya sabemos que ustedes no están relacionados biológicamente. Sabemos que Dante es tu hermano y que tienes otro papá distinto al nuestro.
-Yo entiendo que no son hermanos, pero no lo sabían antes y ustedes igual estaban juntos... por lo que oímos ese día, ustedes estaban juntos –continúa Lucy mirándome bastante asustada. -¿Cómo...? Ustedes eran hermanos.
-Lo sé –sonrío apretando sus manos. –Yo tampoco lo entiendo ¿Sabes? Me gustaría decírtelo, explicártelo pero no puedo. Menos aún porque faltan gran partes de mis recuerdos; lo único que puedo decirte es que fue algo que no pude contener... supongo. No fue algo que elegí, el amor no se elige. Y aunque sé que aunque está mal no me arrepiento de ello.
-Pero, no lo entiendo, tú tuviste muchas novias y Piera también ¿No pudieron simplemente enamorarse de alguien más?
-No es tan fácil como suena –asegura Piera con una sonrisa amable. –Estuvo mal que no encontraras en esa situación en la cocina, lo lamento por eso, pero yo amo a Fidel y eso no es algo por lo que me voy a disculpar. Eres una niña aún y quizás no lo entiendas en este momento –reflexiona un poco y continúa –quizás no lo entiendas nunca Lucy, y está bien, pero no quiero que nos juzgues por eso, porque el amor no es algo que puedas poner en una balanza y decir qué tan bien o tan mal está.
-Yo sé eso –dice mi pequeña hermana tomando la mano de Rocco dando a entender que él no tenía culpa por enamorarse de Tomás. –Pero cuando son familia ustedes no pueden... lo lamento pero no es algo que puede aceptar así como así.
-Tienes derecho a eso Lucy, no te obligaremos a nada –aseguro amablemente. –Sé que no es algo fácil y que no lo aceptarás así como así pero espero que algún día puedas por lo menos respetarnos.
-Lo intentaré. Pero noquiero verlos más besándose así porque realmente fue asqueroso –dice de malagana y disimulo una sonrisa. –No sólo porque ustedes son hermanos, sino porquees asqueroso –mira a Rocco y su rostro se ilumina. –El beso de Tomás en cambiofue muy tierno, deberías dejarlo que te mime más seguido.
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Trilogía Imposible: 3. Pide un deseo
Novela JuvenilPrecuela: 1. Imposible 2. Queda Prohibido Cuando todo parece que está perdido ¿Podrá el deseo cambiar el rumbo del destino de este amor imposible? ¿O quedará prohibido para siempre? Advertencia de contenido. Todos los d...