Trece...

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Bostecé, coloque las sábanas más hacia mi pecho, enrede mis piernas en las de él, abrace su firme abdomen y recosté mi cabeza en su pecho; ¿En su pecho?, ¿Él?, ¿Un masculino?, ¿No podía estar pasando? o, un momento, ¿Que hice?

- ¿Qué está pasando? -Susurre, lo suficientemente alto como para que el chico de mi lado lo oyera.

- ¡Buenos días! -¿Qué? ese era...

- ¡Edgar! -Literalmente grité.

- Oye, no grites, tengo mucha jaqueca, mi cabeza arde -Colocó una almohada sobre aquella.

- Que haces aquí, o que hago aquí... un momento... estamos desnudos, ¿Edgar dime que no?, no toleraría esto -Definitivamente entre en crisis.

- Auch, no sabía que el que te acostaras conmigo... ¿te repugnaba tanto?

- No... Pero... no... Es que.

- Ok, gracias por el No.

- Es que, ¿nos acostamos o no?

- No Becca, por favor.

- Oh Gracias.

- Becca, eso hiere mi hombría.

- ¡Oh! ¿Ahora hablaremos de tu hombría? -Reí- Explícame, ¿Porque estamos aquí...así?

- ¿Tu qué crees?

- ¡Enserio no es lo que creó gracias al cielo!

- Tonta, solo recuerda lo que paso anoche y luego hablamos.

- ¿Recordar?, ¿Recordar que?

- Solo espero que lo hagas... mientras lo haces, me iré a duchar. -Se levantó, estaba desnudo, pero no le importo y se fue al baño, Dios, los chicos son tan seguros, yo no haría eso, siquiera sé porque estoy desnuda, y hace 5 minutos lo estaba con un hombre en la cama, mi vida está mal, está muy mal, estas cosas no me pasan, no le pasan a nadie, y mucho menos... con mi edad- Ah y otra cosa, para que sepas, ya guarde toda la imagen de ti desnuda en mi memoria, así que, sin penas por favor.

- Ok, está bien, me iré a bañar contigo, ¡espérame bebé!

- ¿Es enserio? -Se asomó por la puerta.

- Lamento decirte... ¡te quedarás con las ganas! -Grite.

- Sé que algún día lo harás -Reí.

- ¿Desde cuándo tenemos tanta confianza?

- Desde que dormimos juntos y DESNUDOS -Entró de nuevo a la ducha.

- Aun no me has dicho... ¿Porque hicimos eso? - Enarque una ceja.

- Ayer enserio estabas ebria.

- Si, eso ya lo sé.

Después de media hora de insistir, me contó todo, dijo que pasaba por el pasillo porque de verdad necesitaba algo para vomitar y escucho unos gritos provenientes de una habitación, no se lo pensó dos veces para entrar, cuando lo hizo estaba un chico encima de mí, tratando de quitarme la ropa, él se le lanzo encima, luego de un tiempo de golpes y chillidos, fue hacia donde estaba yo, desnuda y llorando, me coloco las sábanas, se quitó la ropa y se acostó junto a mí.

- ¿Quién fue ese gilipollas? -Estaba muy molesta, mi rostro estaba totalmente enrojecido, me coloque mis botas y salí de la habitación, seguida por Edgar.

- No lo sé, eso aún no lo recuerdo.

- ¡Lo mataré! -Grite.

- No es para tanto.

Diario de una Escritora más...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora