Para Siempre. II

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La historia perfecta, eso es lo que todos creen que es. Todo mundo compro el perfecto cuento de enamorarse de su mejor amigo, todo mundo cree que es perfectamente mágico, que va a funcionar. Yo pase por eso, estuve ahí, y lo único coherente que tengo para decir es que es una mierda. No funciona, nunca funciona.

Nos lo contábamos todo, lo sabíamos todo, pasábamos juntos el día entero. Teníamos la relación perfecta. El chico perfecto que estaba con todas y la chica divertida que nunca se enamoraba. Era genial, encajábamos a la perfección. Hasta que él se cansó de estar con todas y no quedar ninguna y yo me canse de ser el hombre en la relación.

Una película, un estúpido fin de semana que lo cambio todo. Quizá si hubiese dicho que no, que no podía ir, nada de esto estaría pasando, hoy no estaría acá, llorando. Pero fui, pase otra noche en su casa, solo que esta vez fue diferente. Creo que lo que necesitábamos era amor, solo que no éramos la persona indicada para el otro, y en la necesidad, tiramos una relación a la basura y lo complicamos todo.

Esta vez no decidimos salir a emborracharnos y fumar como cada noche estrellada, no, esta vez vimos una película como cada noche de lluvia, solo que esta vez la noche estaba estrellada, esta vez no llovía. Esta vez la película no termino, nosotros la terminamos. Puso un pie entre los míos, me abrazo y me hablo al oído. Me dijo que me quería, que me amaba. Esta vez, nos amamos.

Gire para estar frente a él, lo bese. Nuestros labios conectaron por primera vez en cuatro años. Parecía perfecto, fue perfecto. Nuestras lenguas se encontraban y luchaban por que nada de esto terminara. Paso su mano debajo de mi remera, me acaricio la espalda. Gire, le di espacio, puso cuerpo sobre el mío, lo mire a los ojos, me miro a los ojos, no podía soportar esos ojos marrones sobre los míos un segundo más. Le bese el cuello, me toco el pecho. Y ahí cambio todo.

Mitad de la noche, una vez más, sus ronquidos no me dejan dormir, pero no es como siempre, ya no, ahora estamos desnudos. Si fuese consciente de lo que acaba de pasar estaría preocupada, pero por alguna razón no lo estoy y sonrió.

Hablamos, prometemos cosas sin sentido, juramos jamases que jamás cumpliremos. Imaginamos la relación perfecta en nuestras cabezas, compramos la historia perfecta, creemos que puede funcionar, creemos poder ser felices.

Que idiotas.

Paso el tiempo, jamás paso tan lento. Me canse de ser yo quien hiciera que esta relación funcionara, decidí dejarlo en sus manos. Pasaron tres meses ya, y sigo igual, llorando. Yo no lloraba, yo no amaba, yo no me arriesgaba por nadie. Ahora todo es más importante que yo. Yo sigo pensando en vos. Sé hay que otras, sé que siguen estando, sé que para ellas tienes tiempo, pero por alguna razón para mí no.

Mi vida es un constante de malas elecciones. Siempre el camino que agarro no es el correcto, la opción que es elijo es la menos indicada, el momento menos oportuno, la situación menos propicia, el comentario menos adecuado, es la historia de mi vida. Deje escapar amores que podían llegar a valer la pena por uno que no tuvo el coraje de arriesgarse por mí, cuando por el arriesgue hasta lo que faltaba, porque creí que valía la pena, que valía el riesgo. Deje ir a varios queriendo ser alguien en su vida, queriendo ser más que una de su colección, cuando al final de la historia termine siendo ninguna.

Ya me canse de esperar cosas que nunca van a llegar, hasta acá llego yo. Esta historia la termino yo, termina acá, hoy digo basta y lo digo para siempre. Un para siempre que todavía no sé qué tanto de efímero tiene.

Para Siempre. IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora