Una vida con Tony Stark.

Gusto en conocerte.

"Esta es tu vida ahora ¿De acuerdo?" Dice Steve mientras trata de sacar la idea que él prácticamente soldó en su cerebro. Hace tan solo unas horas estaba seguro de que iba a morir congelado después de estrellar el avión que piloteaba. Pero resulta que no fue así, aún que a su cerebro aún le cuesta trabajo procesarlo. Hace apenas ayer había perdido a su mejor amigo y estaba seguro de que iba a perder a todo el mundo, o bueno, el mundo lo iba a perder a él. Pero no, Dios le dio una nueva oportunidad, una nueva oportunidad que él no desea, una nueva oportunidad que se ve tan oscura que no puede tomarla. Esta solo, o bueno casi, Peggy al pensar que él iba a morir había hecho lo que cualquier persona que perdía al posible amor de su vida, huir. Peggy se había esfumado y nadie lograba encontrarla, estuviera donde estuviera Steve se preguntaba si ella se había enterado de su milagroso rescate, de lo cual no tenía duda porque estaba por todas partes maldita sea, y eso era lo que más desesperaba a Steve, lo hacía sentir miserable. Ahora tiene que vivir una vida que él no pidió sintiéndose miserable, sin su mejor amigo y sin la chica de sus sueños. Miserable era su nueva palabra.

Trataba de adaptarse lo mejor que podía, era como estar en otra época, era como si el mundo hubiera estado allí todo el tiempo pero él nunca lo había mirado de esta manera. Las semanas pasaban vacías, aburridas. Ahora era un héroe, la guerra seguía sin él, no lo necesitaban, nadie lo necesitaba. O eso pensaba hasta que la única persona con la que aún se sentía familiarizado lo llamo por teléfono.

"¿Bueno? ¿Hablo a casa del Capitán Rogers?"

"El habla" contesto Steve poniendo los ojos ante la palabra Capitán.

"Habla Howard Stark, tú sabes amigo el del foundue, bigote, bien parecido"

"Acabo de verte hace una semana Howard, mi memoria no está tan mal"

"Me alegro mucho compañero, lo que pasa es que necesito un favor, es más bien una misión, una de muy alto riesgo"

"Te escucho" dice Steve emocionado ante la idea de una nueva aventura.

"Lo que pasa es esto, yo y María tenemos este importante, muy importante evento en Italia y estaremos fuera por un par de días exactamente, será una cena grandiosa Steve, deberías de ver el tipo de gente que está tras mis inventos últimamente, gente lujosa, este tipo Jorge es un idiota no podría diferencia entre una válvula y una vulva, pero tiene toneladas de dinero y le gustan las cosas que se mueven solas y ya sabes que en eso tengo experiencia, así que..."

"Howard" lo detuvo Steve " Me alegro mucho por ti y por Jorge pero ¿Dónde quedo yo aquí?"

"Estaba a punto de llegar a eso, sabes que María y yo tenemos un precioso niño Anthony, dos años o tal vez tres, completamente llorón y necesitado de atención, creo que lo saco de su madre por qué sinceramente nadie en mi familia es así, solo mi tío Bruce, él es un gran llorón..."

"Howard..."

"Bien, bien. Iré al grano, ¿Podrías cuidarlo hasta que regresemos?"

"¿Qué? No, de ninguna manera, paga una niñera"

"Bueno genio, ¿Crees que si pudiera hacerlo te pediría este favor?"

"¿Y por qué no puedes hacerlo?"

"Mira amigo, María es una mujer dura por algo me casé con ella y tiene la loca idea de que me acuesto con cada niñera de Estados Unidos, literal, no importa si tienen más de 80 o si les falta un ojo y la mitad de la dentadura ella eventualmente piensa que tendré una aventura con ella y en serio viejo, me tiene sujetado de las bolas" Steve suelta una risa a través del teléfono "Te reíste, ¿Eso es un sí? Anda por mis bolas"