I just need an answer

Una pequeña despedida.

Narrado por Hiccup.

Las siguientes tres semanas la pasamos juntos, ella se escabullía a altas horas de la noche y entrenaba conmigo, yo le había prestado una de mis espadas, una de las pequeñas que habíamos traído y habíamos entrenado hasta la madrugada. Nos habíamos pasado riendo por horas enteras, era realmente divertido pasar tiempo con ella ya que me contaba todo lo que hacían en su pueblo y las razones por las que las personas decían que ella y su familia eran un problema...o más bien...el por qué había sido un problema al llegar a aquel pueblo. Al parecer se decía que en su familia había una gran maldición...no quiso decirme más pero a parecer todo era simplemente la idea de la sociedad de que ellos eran peligrosos pero la darse cuenta de que nada sucedía decidieron comenzar a acercarse a ellos, junto con otros clanes como el de Lord Dingwall.

Se suponía que estaríamos ahí solo un par de días pero mi padre se había hecho muy cercano a los reyes y a los jefes de los demás clanes por lo que permanecimos ahí un buen tiempo.

Recuerdo todavía lo que dijo.

"-A ellos solo les ha importado el poder que mi padre tiene e incluso mi madre, he tratado de advertirles pero nunca me escuchan-dijo ella un día sonriendo débilmente-sé que...sé que suena algo tétrico pero es lo que realmente pienso, nadie de los que estaba en aquella fiesta es unido a mis padres pero solo están con nosotros por miedo a que en algún momento mis padres decidan...decidan acabar con ellos."

Recordé la razón por la que estaba ahí, para salvar a Berk de aquella amenaza, de aquel poder que podría acabar con todo en lo que hemos trabajado por años. Pero por alguna razón yo no veía a Merida como una amenaza. Yo le conté acerca de Berk. Le conté a cerca de los dragones, de la forma en que vivíamos y de todas las armas que teníamos. Estaba seguro de que ella lo podía entender ya que cuando le hablé acerca de eso ella simplemente sonrió cuando le dije acerca de los dragones pero aquella no había sido una sonrisa burlona, parecía más bien una sonrisa de "Lo sabía" y no sabía por qué pero aquello me reconfortó. Le sonreí de la misma manera.

Ahora nos encontrábamos en aquella planicie sentados era de madrugada, apenas los oscuros colores  del cielo comenzaban a volverse más claros hasta que dejaron ver un azulado cielo completamente. Merida estaba sentada a mi lado, estaba muy tensa. Llevaba en aquel momento un sencillo vestido  y sus rizos anaranjados se movían con la brisa de la mañana. Aquel día debía partir de vuelta a Berk. Ella lo sabía bien.

-¿Estas bien?-pregunté de repente, llevábamos desde la noche del día anterior callados, únicamente sentados uno al lado de otro.

-Si-dijo ella alzando su mirada y dirigiéndola a la mía, pareció dolida por un momento pero luego rió y me sonrió, a pesar de que aquella sonrisa no había llegado hasta sus ojos-Si, estoy bien. Es solo que...no puedo creer que hoy...hoy tú...

La miré de nuevo y pude notarlo, su sonrisa se había desvanecio por completo.

-Es solo que he tardado años para que alguien logre entender...entenderme-dijo ella colocando su cabello detrás de su oreja y pude ver que su mano temblaba levemente- Y ahora...ahora tu vas a irte y yo...yo voy a estar sola de nuevo.

Me acerqué a ella  y tomé su mano.

-No tienes que preocuparte por eso, bana-phrionnsa bheag agam -dije acariciando suavemente su blaca piel.

Ella levantó una ceja pero pude ver que sonreía.

-¿Con que ahora soy tu pequeña princesa?-dijo ella peor parecía seguir algo tensa.

"Siempre lo has sido" las palabras aparecieron en mi mente pero al mirarla me dije a mi mismo que no era correcto decírselo si estaba apunto de irme.

-¿Te molesta?-dije alzando una ceja de manera desafiante.

Ella se giró para mirarme, levantó una mano lentamente y la dejó suspendida en el aire como si no supiera que hacer con ella en aquel momento, entonces yo con mi mano libre guíe su mano para posarla en mi mejilla.

-No-dijo ella, sus ojos brillaron como nunca antes-No, no me molesta.